La nueva FCC: cuando la construcción ya no es lo más importante

En la maraña de cifras, la gran mayoría todavía en contracción, que presenta FCC se esboza una nueva configuración de la misma. La compañía ha tenido que pasar más de cuatro años en números rojos, un cambio de poder dentro de la misma, una fuerte ampliación de capital y una reconversión de su actividad. Todo ello, la ha permitido revalorizarse en bolsa este año un 18,5%.

En la nueva FCC la construcción ya no es el pilar sobre el que se erige la estructura del grupo. La misma actividad que enterró en dinero al apellido Koplowitz y a cuantos surfearon la ola del inmobiliario. Tanto en la burbuja, como en los años posteriores en los que la demente inversión pública en infraestructuras las permitió aguantar el tipo. Ahora apenas sirve para mantener su propio negocio.

Las cifras han caído en picado, hasta su punto más bajo que fue 2016

La construcción en 2007, en pleno pico de la burbuja, representaba cerca de un 57% del total de los ingresos. Un año después, en 2008, FCC alcanzó su cifra más alta de facturación en construcción alcanzando los 7.744 millones de euros. El de 2011, fue el último gran año para la compañía, todavía propiedad de Esther Klopowizt y sus hijas, que facturó solo en construcción 6.686 millones, un 60,6% de los ingresos totales. Desde ese año, las cifras han caído en picado, hasta su punto más bajo que fue 2016 en el que solo el 27% de los ingresos correspondían a la construcción.

La evolución de los trabajadores ligados a la construcción en FCC también han visto como han quedado relegados a una pequeña fracción de lo que fue. Entre 2009 y 2016, los ingresos aportados por el segmento de la construcción se redujeron un 77%, mientras que el número de trabajadores en el mismo ha caído hasta un 78,5%.

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Número de empleados en el segmento de la construcción en FCC.

Además de la construcción, otro segmento vital que se le ha atragantado a FCC ha sido el mercado español. El principal caladero de ingresos de la firma ha ido perdiendo su atractivo. En la última década, FCC ha perdido más de 5.000 millones en ingresos en España, un 62% menos. Es por ello, que el actual propietario de la firma, el multimillonario Carlos Slim, ha comenzado a introducir a OHL en su holding en México para asumir grandes construcciones.

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Evolución de los ingresos en España de FCC y ACS.

Frente al abrumador desplome del segmento de la construcción, han aparecido dos nuevos que han sostenido las finanzas de la firma. Situación contraria, por ejemplo de lo que ha ocurrido en OHL dónde la única alternativa viable ha sido la de malvender activos. En la firma controlado por Slim, los ingresos del área de medio ambiente y negocios de agua han ganado una cuota muy importante en los ingresos.

El segmento más desarrollado en este momento en FCC es el área de Medioambiente, que supuso en 2016 el 46% de los ingresos totales, frente al 28% que suponía en 2007. A pesar del aumento de cuota, la cúpula mexicana de FCC ha querido en este 2017 recortar en la plantilla porque los resultados no han sido todo lo buenos que se esperaban. Aunque la razón de pedir este ajuste va más allá en el tiempo, entre 2009 y 2016, mientras que el ingreso en esta división se redujo un 33%, el número de empleados solo lo hizo un 20%. Por ello, es probable que al no mejorar cifras se opte por los despidos.

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Evolución de los ingresos en FCC por segmentos del negocio.

La otra gran división que mantiene los ingresos de FCC, aunque por debajo de construcción es la de potabilizadoras y agua. Es el único segmento que a día de hoy factura más volumen de ingresos que hace cinco años. En concreto, entre 2012 y 2016 sus ingresos han crecido un 10%. Además, ese aumento se ha traducido un incremento del personal también del 10%.

Cuatro razones para ser optimistas

El esbozo de la nueva FCC parece que ha contado con cierto respaldo de analistas e inversores, pero el camino todavía es largo e irregular. Aunque la firma dirigida por Slim cuenta con algunas ventajas que sus competidores no tienen.

La primera y más importante es que antes, y más en serio con la llegada de Slim, la compañía ha desempolvado todas sus facturas. Todos los activos nocivos y todo el polvo se han sacado de las alfombras con el resultado negativo de casi 5 años consecutivos arrojando pérdidas, pero con el positivo de que pocas cosas más se esconden en la estructura de la constructora.

En segundo lugar, el brazo armado de Carlos Slim que tras invertir una millonada en la firma es impensable que pueda dejarla caer. El último ejemplo de ello, lo tenemos el pasado 1 de agosto cuando el mexicano decidió inyectar al valor cerca de 780 millones de euros para que la firma continuase con la construcción de una línea de metro en Panamá por valor de 1.850 millones de dólares.

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Esther Alcocer Koplowitz, Presidenta de FCC, durante la Junta General de Accionistas 2013

En tercer lugar, FCC es una compañía en mayor medida saneada gracias a la ampliación de capital que acometió hace unos años. Este punto es clave, por ejemplo en OHL ni con una ampliación, ni mal vendiendo activos ha podido sanearse con solvencia. La ampliación de FCC se llevo a cabo con la única idea de reducir deuda, al contrario que cualquier ampliación que busca aumentar inversión para crecer. Pese a que es un alto coste para el accionista, que pagó con una dura reprimenda en bolsa, los efectos han terminado por ser positivos al rebajar la deuda en más de un 50%, eso son casi 5.000 millones menos.

Por último, la firma ha sabido reconstruir una estructura donde la construcción ya no tiene tanto peso. En los próximos años los analistas prevén que los pedidos vuelvan a aumentar pero tanto en el sector del agua como en el de medio ambiente se han combinado para dar más estabilidad. Además, queda todavía cierto potencial por explotar en Estados Unidos, donde FCC está bien colocada, aunque todo dependerá de las próximas decisiones de su excéntrico presidente, Donald Trump.

Pedro Ruiz
Pedro Ruiz
Colaborador de MERCA2