Ben Sills y Charles Penty para Bloomberg
El presidente de la Generalidad de Cataluña, Carles Puigdemont, tiene hasta las 10:00 de la mañana de este lunes para decirle al Gobierno central si él, indiscutiblemente, declaró la independencia de su región la semana pasada.
Si dice que sí, o incluso si ignora la fecha límite, el presidente español, Mariano Rajoy, podría iniciar el proceso para tomar el control la administración rebelde durante las próximas semanas. El canal de televisión catalán TV3, que está bajo el control del Gobierno regional, informó que Puigdemont no le dará a Rajoy un “sí” o “no” claro.
Tras declarar la independencia e inmediatamente suspenderla, Puigdemont se quedó sin opciones. Eso logró irritar tanto a la administración central, en Madrid, como a los separatistas radicales que él necesita para afianzar su mayoría en el Parlamento catalán. Rajoy le ordenó aclarar su confusión “deliberada” y estableció un plazo de sólo unas horas.
“La presión sobre Puigdemont es enorme”
“La presión sobre Puigdemont es enorme”, comentó por teléfono Ángel Talavera, analista de Oxford Economics, en Londres. “Cualquier cosa que parezca evasiva hará que el Estado actúe” contra la administración regional.
Cataluña fue un tema frecuente para los inversores que charlaban en el marco del Fondo Monetario Internacional, en Washington, que terminó este sábado. Los bonos de Cataluña para 2020 subieron la semana pasada, lo que llevó el rendimiento a 43 puntos básicos.
Elecciones tempranas
Esta semana se perfila como una posible línea divisoria para la región, después de que la economía catalana, de 212 millones de euros, vio docenas de sus principales compañías anunciar que se mudarán a otros lugares de España, para no enfrentar el limbo legal de la secesión.
Si Puigdemont deja claro que no declaró la independencia, su alianza separatista podría comenzar a desmoronarse. Esto pone a Cataluña en camino a unas elecciones regionales tempranas con un resultado incierto para el poder, que actualmente se desarrolla a favor de la secesión.
Si el periodista convertido en político afirma que sí declaró la independencia, Rajoy podrá hacer uso del artículo 155 de la Constitución española para tomar el control directo de la administración catalana y dejar de lado a Puigdemont y su equipo. En este escenario, Rajoy -eventualmente- tendría que convocar elecciones regionales para poder volver a la normalidad.
Los bancos más grandes de España acordaron no reconocer al Gobierno de Cataluña si declara su independencia esta semana, informó el diario El Mundo, citando a personas de la industria bancaria que prefirieron no ser identificadas.
El ultimátum de Rajoy
Rajoy fue claro con respecto a que no negociará con Puigdemont hasta que los catalanes retiren su amenaza de una declaración unilateral de la independencia y acepten la autoridad de los tribunales españoles.
Los bancos más grandes de España no reconocerán a un gobierno independiente en Cataluña
La vicepresidente de Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, dijo el viernes que Puigdemont aún puede frenar una posible intervención del Gobierno, para volver al estado de derecho. Agregó que la incertidumbre en Cataluña afecta la economía de la región y que, si la crisis no se resuelve, el Estado podría tener que revisar su estimación de 2018 para el crecimiento de la económico.
Según El Mundo, al menos 531 compañías transfirieron sus bases legales fuera de Cataluña a otras partes de España desde que el Gobierno regional celebró un referéndum el 1ero de octubre. La administración de Rajoy indicó que, además de ser ilegal, el resultado no es válido porque carece de salvaguardas operativas básicas.
Otra opción sería que Puigdemont convoque elecciones regionales él mismo. Eso haría que el proceso político catalán vuelva a estar en línea con el estado de derecho español. También permitiría un debate más meditado sobre el futuro de la región y le dará a él un par de meses más en el cargo.
El líder catalán intenta encontrar un camino a seguir, después de celebrar una consulta electoral ilegal y prometer a sus partidarios que, de ganar, formalizaría la independencia de España en cuestión de días.
Sin embargo, desde que el Gobierno catalán anunció que 90% de electores respaldaron la secesión, Puigdemont ha visto a las principales empresas de la región trasladar su sede legal a otras partes de España y ha enfrentado la presión de la Unión Europea para buscar una solución más ordenada. “El juego final tiene el mismo aspecto que Puigdemont”, señaló Talavera. “Cataluña probablemente se dirija a elecciones regionales”.