Ven Ram para Bloomberg
Los bonos españoles sobreviven a los problemas con Cataluña. Tras la declaración de independencia llevada a cabo por el president Puigdemont, tuvieron un repunte que indica que, por ahora, esta situación no arrastra a problemas económicos.
No obstante, las tendencias al alza de los últimos días también han tenido repuntes negativos. De esta forma, y tras las palabras del president, esa dinámica positiva provocó un fuerte descenso a la espera de las conversaciones que se deben llevar a cabo entre Madrid y Barcelona. Por ello, el futuro de estos bonos se mantiene a la expectativa de la decisión que tome Mariano Rajoy.
«El mercado ha eliminado parte de la prima de riesgo», ha manifestado Marc Ostwald, estratega de ADM Investor Services International, con sede en Londres. No obstante, añade el analista, «este es un juego de ping-pong entre Rajoy y Puigdemont, y son parte de una provocación deliberada”.
Así, el rendimiento de la deuda española a 10 años bajó dos puntos básicos en 1,67% durante el mediodía de este miércoles, frente a un mínimo anterior del 1,65%. La prima adicional que los inversionistas exigen para mantener la deuda de la nación sobre los comparables se redujo cuatro puntos básicos a 121 puntos básicos.
Tensiones cocidas a fuego lento
La retórica y la falta de diálogo ha sido la nota dominante durante estos días tras el falso referéndum celebrado el pasado 1 de octubre. Además, algo que ha impulsado el alzo de los bonos han sido las protestas masivas de estos días, así como las empresas que han saludo de Cataluña.
Bajo este contexto, Rajoy ha dado los primeros pasos para suspender la autonomía catalana en virtud del artículo 155 de la Constitución. Asimismo, ha pedido al gobierno de Puigdemont que explique claramente si ha declarado la independencia o no.
«El mercado español se ha abierto con más fuerza en respuesta a las palabras del president, lo que permite al mercado cobrar algún riesgo», según Peter Chatwell, director de la estrategia de tarifas europeas de Mizuho International. Sin embargo, estima que «esto probablemente no será una normalización completa ya que la incertidumbre política sigue siendo elevada».