Parece fácil, pero no lo es. Gestionar los 160 millones de euros de presupuesto de la Federación Española de Fútbol (RFEF) -en 2016- es un caramelo, tiene muchos pretendientes, pero existen alrededor tantos condicionantes políticos, económicos y judiciales que el Gobierno y el mundo del fútbol han sido incapaces en meses de consensuar un nombre. Se busca directivo.
Se busca directivo de consenso que pueda acabar con la labor de Ángel María Villar, presidente durante 30 años de la Federación e inhabilitado por el Gobierno, pero sin que levante las alfombras de una gestión marcada por la corrupción -Villar fue imputado en marzo pasado por prevaricación y malversación-.
Villar fue inhabilitado por el Gobierno en julio por un año, pero se niega a dimitir, lo que impide que se celebren de nuevo elecciones salvo que a partir del 12 de noviembre la mayoría de la Asamblea vote a favor de una moción de censura.
Las fuentes consultadas aseguran que «Villar se ha ofrecido ya a dimitir al Gobierno pero a cambio de que no se le persiga judicialmente». «Quiere dejar a alguien de su confianza, como el actual presidente interino, Juan Luis Larrea, para que no se levanten las alfombras de su gestión y la de su hijo, Gorka», explican estas fuentes.
Primera condición
Compromiso de no levantar las alfombras, por lo tanto, primera condición para el directivo que se busca porque de lo contrario, Villar está dispuesto a «contar los tejemanejes también de los presidentes de las territoriales, que también llevan muchos 30 años en el cargo», explican fuentes del sector.
El Gobierno podría estar de acuerdo con esta condición, pero no acepta que el presidente siga siendo Larrea, que era el director financiero en la etapa de Villar. Tampoco sirve el que fue director general, posterior rival de Villar en las elecciones de este año, Jorge Pérez. «Pérez está imputado también con Villar y en la declaración en el juicio dijo que él firmaba los papeles sin leerlos«, explican fuentes conocedoras de la situación.
Por lo tanto, los cercanos a Villar, vetados. Los cercanos al líder de la Liga, Javier Tebas, tampoco sirven. Tebas es el gran rival de Villar, podría aceptar no levantar las alfombras a cambio de la dimisión de Villar que agilice todo, pero el Gobierno no quiere dejar en manos de una sola persona, el propio Tebas, el control de todo el fútbol: la Liga y la Federación.
Los de Madrid y Barcelona, tampoco
Vetados los cercanos a Villar y los cercanos a Tebas, como el propio Jorge Pérez o incluso Miguel Cardenal, el ex secretario de Estado de Deportes, tampoco sirven los claramente significados seguidores del Barcelona o del Madrid. Precisamente por su pasado barcelonista ha sido vetado recientemente Anton Parera, ex directivo del Barcelona.
Tantos vetos han hecho imposible que todas las partes alcancen un acuerdo para que Villar dimita y se celebren nuevas elecciones que acaben con la insostenible situación del órgano de gobierno del fútbol español. La opción de Luis Rubiales, presidente de la asociación de jugadores tampoco fue aceptada. El Gobierno ha puesto encima de la mesa el nombre de Patxi Ferreira, ex presidente del Eibar, ahora dirigente del Athletic de Bilbao. «Veremos si tiene consenso», explican fuentes del sector.