Qualcomm no puede postergar lo inevitable por siempre. El fabricante de semiconductores anunció este jueves que extenderá su oferta de compra por NXP Semiconductors NV hasta el 22 de septiembre, marcando el octavo retraso desde que el acuerdo inició en noviembre de 2016.
Si bien no es raro que estas fusiones, sujetas a un riguroso escrutinio regulatorio, se extienden en múltiples ocasiones, en este caso, es Qualcomm quien arrastra el acuerdo. Lo que sucede es que continúa ofreciendo 110 dólares (93,25 euros) por acción para cerrar el trato. A estas alturas resulta obvio que no es un precio interesante.
El pasado 26 de julio 7,6% de los accionistas de NXP estaban dispuestos a alcanzar un acuerdo con Qualcomm, pero la cifra descendió a 6,9% ahora
Elliot Management, firma del inversor Paul Singer, ha sido el más crítico hacia la oferta, pero está lejos de ser el único accionista que busca subir la apuesta. Lo cierto es que la aceptación de la oferta de Qualcomm viene desinflándose en los últimos meses. En marzo, alrededor del 17% de los inversores de NXP habían acordado vender. Hasta este miércoles, solo el 6,9% seguía dispuesto a hacerlo, un descenso desde el 7,6% que era para el 26 de julio. Las acciones de NXP se negocian ahora 2% por encima del precio de oferta de Qualcomm.
La analista Brooke Sutherland sostuvo que los disidentes tienen un argumento válido para elevar la oferta, valorada en 41.000 millones de dólares (34.700 millones de euros) tras ajustar su deuda, cerca de 13 veces su valor Ebitda proyectado en 2017.
Ebitda hace referencia a las ganancias de las compañías antes de intereses, impuestos, depreciaciones y amortizaciones. Es decir, se entiende como el beneficio bruto de explotación calculado antes de la deducibilidad de los gastos financieros.
La cifra representa un descuento a la valoración promedia de los fabricantes de semiconductores en más de 5.000 millones de dólares (4.238 millones de euros). Linear Technology, fabricante de chips para móviles con un perfil similar a NXP, alcanzó casi 18 veces el Ebitda cuando acordó vender sus activos a Analog Devices en 2016.
Lo cierto es Qualcomm necesita de este acuerdo más que NXP. La previsión de ganancias que el fabricante de chips entregó en julio demostró lo vulnerable que es a la erosión de su negocio de licencias, sumido en investigaciones regulatorias y en una disputa con Apple. Con los ingresos que NXP le puede proporcionar, recorrería un largo trecho. En contraste, Elliot Management ha reportado su felicidad en el hecho de que NXP continúe como una firma individual en lugar de aceptar el precio de la oferta actual.
Es difícil pensar que Qualcomm cambie de opinión respecto a la adquisición, y los datos de Bloomberg muestra que puede permitirse una oferta más alta. Tal vez solo se trata de tiempo, en el que esperan hasta ver cuántos inversores se ponen de pie al lado de Elliot, pero eventualmente alguien tendrá que parpadear. Y es probable que no sea Elliot.