‘Supervivientes’, el sufrimiento tiene premio: los mayores cachés de la historia del programa

‘Supervivientes’: Una isla desierta, un calor sofocante, lluvias torrenciales con categoría de monzón sin un techo que proteja, ausencia de comida salvo la que uno mismo se agencia a través de la pesca o la caza con recursos más que limitados… El plan no suena paradisíaco aunque el escenario lo sea. La situación no es fácil, no hay duda de ello. El hambre acecha y al margen de todo esto, la convivencia con gente desconocida, y a menudo de (mal) carácter, agrava profundamente la situación.

¿Os arriesgáis? ¿Iríais a vivir la aventura? Quizá así suene poco atractivo, pero con un buen salario semanal todo se ve de otro color. Efectivamente, tal y como dicen, las penas con pan… Hoy hacemos un recorrido por los participantes de ‘Supervivientes’ con los cachés más impensables y estratosféricos de su historia.

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DULCE

Tan solo un año después, Dulce, la niñera de Isa Pantoja desde que Isabel madre la trajo de Perú, se convirtió en una de las protagonistas de la edición de 2016. Se lo pensó mucho, pero siguió el consejo de «su niña» (como ella la llama) y decidió lanzarse del helicóptero, sí, pero bajo un buen talón.

Dulce firmó un contrato blindado por valor de 20.000 euros semanales. A su salida del concurso, la niñera hizo unas declaraciones en la revista ‘Lecturas‘ que bien le han valido una querella por parte de Julián Muñoz sobre el que dijo: «Necesito contar mi verdad. Ocurrió en Marbella. Esta persona empezó a acosarme sexualmente a diario. Isabel no estaba, utilizaba el poder para que yo cediera. Quería obligarme, me pedía que subiera a su habitación y yo tenía que desaparecer de la casa. Nunca lo consiguió».