Trucos para hablar con cualquiera y no quedarte sin conversación

La forma en que nos comunicamos determina gran parte nuestras experiencias vitales, ya que influye en la cantidad de dinero que podemos ganar, las relaciones que tenemos y donde llegaremos en nuestra carrera.

Las ganancias pueden ser limitadas si no estás en condiciones de ofrecer la forma correcta tu producto a un cliente o pedir un aumento de sueldo en una entrevista.

Pero, por otra parte, la magnitud de las relaciones que mantienes con los demás pueden verse restringidas si no tienes la confianza necesaria para acercarte a nuevas personas, o si no tienes la capacidad de resolver conflictos y saber expresarte.

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Pregúntate, ¿con qué frecuencia practicas el arte de la comunicación? En la mayoría de los casos se tiende a improvisar y aprender de lo que hacemos en el día a día.

Por desgracia, a lo largo de la vida podemos coger algunos malos hábitos que pueden arruinar todas las conversaciones, siendo el mayor problema es que pensamos que es una buena táctica.

A menudo escucho esta paradoja cuando hablo sobre liderazgo, sobre la formación de líderes, y de cómo mejorar el aspecto humano en una actividad o trabajo.

Entender cómo el comportamiento humano está relacionado con una compañía específica puede ser una gran ventaja.

He aquí cinco consejos que te ayudarán a conectar de la manera correcta con todo el mundo con quien te encuentres:

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1. El cerebro humano capta las pistas más sutiles

Cuando una persona habla, su subconsciente está atento en captar si existe o no la atención conveniente: es un mecanismo de defensa para impedir el sentir vergüenza o sentirse herido por el medio ambiente que nos rodea.

Nuestro cerebro capta algo del lenguaje corporal, las expresiones faciales, las palabras que se dicen.

Cuando escuchas a alguien, tus ojos no se deben mirar más allá de algunos segundos, porque en el momento en que mires a otras personas, la televisión, o a cualquier otro lugar, estarás saboteando la conversación.

Esto se deberá a que tu interlocutor puede percibir como si lo que está diciendo no es importante y puede convertirse en un duro golpe a su confianza.

Por lo tanto, trata de prestar atención a la forma en que escuchas a los demás: una buena idea es pedir a tus amigos más cercanos y a tu familia si hay algunos detalles negativos en tu actitud cuando escuchas a alguien.

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2. No hagas siempre referencia a ti mismo

Si estás llevando a cabo una conversación y alguien está hablando, hace que el otro sea el protagonista: muchas personas, interrumpiendo al interlocutor para desviar la atención sobre sí mismos, piensan que con ello aumentan el acto de la comunicación.

Esto puede ser una buena táctica si se hace esporádicamente, pero no si se convierte en un uso excesivo: resulta frustrante e irritante.

No puedes construir tu credibilidad con una persona si, cada vez que habla, tiene miedo de ser interrumpida.

No solo socava su atención y reduce su protagonismo en la conversación, cosa que llevará a que, en el futuro, te evite.

3. Cuidado con los comentarios «de relleno»

Tengo un buen amigo que siempre se caracteriza por esta función: cuando hablamos, a pesar de sus mejores intenciones, noto rápidamente cuando deja de escuchar.

Tiende a utilizar una gran cantidad de los comentarios «de relleno», por llamarlos de alguna manera, que no tienen nada que ver con lo que estoy diciendo.

Son las típicas frases que decimos para mostrar que estamos escuchando, como «sí», «¡ah, qué bien!», «entiendo…», «interesante», etc.

Cuando se utilizan para fingir que se está escuchando, pueden conducir a la distracción.

Buscando siempre la «multitarea», nos guste o no, tenemos tendencia a hacerlo, sin embargo, si no te ha pasado alguna vez, nunca te darás cuenta de lo poco respetuoso que resulta a tu interlocutor.

Por lo tanto, una regla general es: siempre escuchar a los demás de la misma manera que le gustaría ser escuchado.

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4. No no fingir saberlo todo siempre

Cuando te dirijas a los demás, querrás mostrar tu buena educación y tus conocimientos: podría resultar difícil para algunas personas el admitir que están aprendiendo algo nuevo.

Muchos líderes y gurús tienen dificultad en seguir este consejo, ya que creen que tienen que saberlo todo y ser la única persona que sirva de guía.

Pero, por otro lado, hay muchos individuos con ganas de probar sus propias tesis, con el fin de tratar de no mostrar ninguna de sus debilidades.

Seamos realistas, todos nos hemos encontramos en alguna conversación en la que queríamos hablar de algo importante solo para ver si la otra persona era capaz de admitir que nuestra idea era buena.

No cuenta el título que tengas, si deseas conectar con alguien o influir en él, tendrás que hacer que se sienta importante: de esta manera se abrirá más a ti.

Así que cuidado con tu ego y trata de frenarte cuando creas que lo sabes todo: controla tu comportamiento.

5. Planifica con antelación

Si eres una persona que se pone nervioso o tenso durante una conversación, planifica tus preguntas por adelantado.

No es para automatizar las interacciones y transformarte en un robot, sino para tranquilizar tu mente con el fin de ganar confianza y mantener una conversación los más natural posible.

Puedes gestionar cualquier tipo de diálogo a través de la pregunta correcta, es decir, preparar tres que sean algo abiertas y un poco provocativas, quizá hablando de:

  1. Un evento o de una potencial oportunidad de negocio
  2. Conocer a una nueva persona en un evento
  3. Haberse topado con un amigo

La clave aquí es hacer preguntas que no sean invasivas, pero que conduzcan a la persona a pararse y pensar en una respuesta.

Lo mejor no es sólo hacer la conversación más interesante, sino que permanezca grabada en la mente de su interlocutor.