sábado, 14 diciembre 2024

Los peligros de la renta básica finlandesa

Finlandia acaba de empezar su experimento de dar una renta básica de 560 euros a 2.000 personas en paro durante dos años. El objetivo es ver cómo afecta esta renta a la capacidad de los desempleados para conseguir empleo, y de hecho, se les seguirá pagando aún incluso cuando consigan trabajo durante estos dos años.

Reinos de Jauja siempre han existido, aunque habitualmente lo han hecho dentro de las páginas de la literatura. Desde el inicio de los siglos, los seres humanos han tenido que lidiar con recursos escasos que tenían que conseguir en dura lucha, primero contra los animales y después contra otros seres humanos. Podemos afirmar que la civilización no sería tal, si los seres humanos no hubieran tenido el incentivo de ser cada vez mejores para ganarles la partida a los depredadores del Paleolítico y a los déspotas de los tiempos más modernos.

finlandia-experimentara-reparto-basica-euros_985412564_119490321_667x375El mismo concepto de propiedad privada existe porque cuesta mucho conseguirla. Si no, todo podía ser público, como les gustaría a algunos que se visten de morado (pero que no dicen cómo se pueden conseguir las cosas que quieren repartir). Las mismas esencias de nuestra civilización occidental se han forjado sobre la base de la libertad de elegir y de las posibilidades de conseguir aquello que queremos elegir con nuestro esfuerzo. A más esfuerzo, más logro y más retribución (dejemos aparte a los “profesionales” de la política).

El experimento finlandés no es muy gravoso, sobre todo para un país rico y poco poblado. No llega a 27 millones de euros, vamos lo que nos gastamos los españoles en siete horas en pagar los intereses de la Deuda Pública. Pero el problema no es de cuantía, sino conceptual. Con 560 euros al mes, una persona puede vivir, mal, pero puede, sin llegar a los 50 euros con los que viven en algunos países africanos. Si entramos en la dinámica de poder vivir sin trabajar, habrá una parte de la sociedad que se apunte a ello. Basta con un hacer un perol de espaguetis el lunes, y comer toda la semana de ello. Hasta les sobraría a los “ninis” para irse de copas.

Estos experimentos son peligrosos por las expectativas que generan en una parte de la población. Y no podemos permitirnos tener una sociedad en la que el 50% de las personas trabajen, el 30% estén subsidiados y el 20% marginados, aunque a estos marginados les apetezca serlo. El extraordinario crecimiento de Estados Unidos en los últimos cien años se ha producido por la tremenda competitividad de su economía, debida a que los ciudadanos americanos saben que, para conseguir vivir bien, deben de trabajar mucho y duro, y el premio es tener un buen nivel de vida.

Los peligros del endeudamiento

Al contrario que en muchas sociedades europeas, y en particular la española, conseguir vivir bien no depende de tener amigos o familiares que le “colocan” a uno; sino de los propios méritos de los individuos, y ellos lo saben. De ahí, que no les importe pedir un préstamo para conseguir formarse adecuadamente, puesto que saben que, si se esfuerzan y acaban bien sus estudios, conseguirán un buen puesto de trabajo y además estará bien pagado. Nada que ver con la ridiculez de los salarios que se pagan en España, pero es que aquí tener un título universitario y un máster lo puede tener cualquiera y, sin embargo, allí no. Si quieres tener un máster por Columbia, por Chicago o por Berkeley (por no ir al tópico de Harvard o Yale), tienes que trabajar veinte horas diarias entre clases teóricas y prácticas, y olvidarte de los fines de semana. Luego tu primer empleo puede ser de 100.000 dólares al año, mientras que, en España, eres afortunado si te pagan 10.000.

Mal vamos en Europa, si además de la infinita protección que tiene el denominado Estado del Bienestar (que nadie sabe cómo vamos a poder seguir pagándolo), nos dedicamos a crear dinero ficticio (Draghi es el gran alquimista que parece tener la piedra filosofal), que además regalamos a la gente, simplemente para que crezca el consumo y así parezca que crece el Producto Interior Bruto.

El concepto de propiedad privada existe por lo que cuesta conseguirla

Señores diputados finlandeses (lo cual es extensivo a los diputados europeos y en particular y sobre todo a los españoles), piensen más en cuál debe ser el modelo de sociedad al que debemos dirigirnos antes de crear las bases para convertir a los europeos en un continente de mendigos, que se conforman con alargar la mano para que se les echen unos mendrugos de pan, que ellos no son capaces de conseguir por sí mismos, sencillamente porque, o no se les ha enseñado a conseguirlo (problema de educación), o no se han creado los mecanismos adecuados de selección de los que más méritos tienen (problema de corrupción).

Si no reaccionamos pronto nos vamos a encontrar ante un punto de no retorno, y son muchas las civilizaciones que han perecido a lo largo de la Historia, por no ser capaces de ver lo que podía depararles el futuro.


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