Las cuatro medidas de Julio Ariza para mantener con vida a Intereconomía

Intereconomía Corporación no pasa por sus mejores momentos en sus más de veinte años de vida. El grupo mediático, azote del Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero con El Gato al agua y La Gaceta de los Negocios como bandera, intenta replegarse y tomar oxígeno de la mano de Julio Ariza. El empresario navarro intenta dejar atrás los rumores de cierre tras una catarata de problemas (impagos, ERE, huelgas, demandas, cierre de medios) del que algunas voces maldicientes quisieron culpar a Mariano Rajoy, que según voces que provenían del grupo del toro «rescataba al Grupo Prisa mientras nos dejaba tirados tras apoyarle».

La primera medida para logra la viabilidad del grupo es reducir los costes de su televisión, Intereconomía TV, que en la actualidad emite desde emisoras propias por Madrid y Baleares mientras emite a través de acuerdos en zonas de Aragón, Galicia y Murcia (además de por varias plataformas de pago e internet).  Esta temporada la cadena ha renovado su apuesta por La Redacción abierta, informativo low cost que se emite desde la redacción de informativos del grupo. También siguen en antena El Gato al agua, lastrada por una evidente pérdida de influencia, Noticias Intereconomía, el formato de entrevistas Ellos sí pudieron, presentado por el propio Ariza, y Punto Pelota, que en esta temporada se ha reconvertido en un informativo tras no renovar a la veintena de tertulianos que poblaban el espacio deportivo de la casa.

El grupo que preside Julio Ariza intenta recuperar el brío de antaño tras pasar por sus peores momentos económicos

Intereconomía TV intenta convertirse en un área rentable del grupo, similar a lo que consigue Radio Intereconomía, que pese a la pérdida del 15% de sus oyentes en el último EGM se mantiene con 40.000 oyentes diarios con espacios como Capital o Cierre de mercados como estrellas de la parrilla. La emisora temática económica ha extendido sus emisiones desde este otoño en Galicia mientras Radio Inter, la histórica generalista del grupo, se mantiene en pie alquilando franjas horarias. Aun así «La Inter», que cuenta con el informativo Buenos días España como puntal, tiene ahora tres franjas diarias ocupadas por música ante las dificultades para conseguir alquilar las franjas (la mayoría en manos de empresas que emiten consultorios médicos de dudosa reputación que promocionan productos homeopáticos).

El tercer puntal de la casa es el área digital, con las versiones web de La Gaceta, Punto Pelota o Intereconomía (antiguo Negocios), agrupados en Intereconomía Sites, que superó más de medio millón de usuarios únicos en comsCore en octubre con los que supera a Finanzas, Libre Mercado o Invertia.  También Ariza ha logrado consagrar el Club de Socios de Intereconomía, que este otoño ha dinamizado su agenda con multitud de conferencias, charlas, seminarios o viajes. Esta apuesta personal del navarro ayuda a mejorar los números del grupo, que pese a la mejora tiene una deuda de más de 90 millones de euros (más de 11,5 a Hacienda) pese a que algunos denuncian la radicalidad del grupo por el apoyo público de Ariza a VOX, por las simpatía de la línea editorial de sus medios hacia Donald Trump o por darle voz a grupos tildados como radicales como Hogar Social.

Intereconomía se ha impuesto serios recortes para volver a sus orígenes y convertirse en viable

Es cierto que lejos quedaron los tiempos en los que Intereconomía TV tenía varias plantas alquiladas de un edificio de La Castellana (pagando por ello 200.000 euros mensuales de alquiler) o en los que el grupo daba trabajo a 850 empleados, que contrastan con los menos de 200 con los que cuenta ahora Julio Ariza, divorciado tras la crisis del grupo del Partido Popular, de la Iglesia, a la que acusan de haberle hecho una OPA desde 13 TV, y a Zarzuela, a la que molestó al entrevistar a Pilar Urbano o David Rocasolano, primo crítico de Doña Letizia. Estos divorcios y las entrevistas amables a personajes controvertidos como Luis Pinedo, Miguel Bernard o Mario Conde no han ayudado a mejorar la imagen de Intereconomía, al menos desde un punto de vista estético. Pero por lo pronto el grupo del toro sortea los problemas añejos y encamina su futuro intentando resurgir de sus cenizas para volver a ser el grupo influyente que hace apenas un lustro fue.