Leonor se embarcó el pasado sábado, podemos decir que en lo que será la primera experiencia desafiante en su vida, que es pasar seis meses a bordo, sirviendo en el buque escuela Juan Sebastián Elcano, siendo parte activa y fundamental de la formación militar que está prácticamente culminando. Hubo despedida, risas y lágrimas en el Puerto de Cádiz, donde pudimos ver imágenes muy emotivas, del rey Felipe VI y la reina Letizia y el rey Felipe VI, visiblemente conmovidos.
¡Y ocurrió lo nunca visto! El rey Felipe VI lloró en público, al igual que la reina Letizia, a quien se la vio bastante compungida por la partida de su hija en el Buque Escuela insignia de la Naval española.
La verdadera razón que se esconde detrás de las lágrimas de Felipe VI, según Pilar Eyre

Todo el público asumió que el llanto del rey era ocasionado por la partida de su hija, pero Pilar Eyre, quien es experta en realeza y periodista, ha dicho algo muy distinto, que existe un trasfondo más complejo bajo la tristeza del rey y así lo ha dicho en el blog que escribe para la revista Lecturas, citada igualmente, como no podía ser menos, por el portal elnacional.cat/enblau, las emociones de Felipe tenían poco que ver con la nostalgia.
Pilar Eyre afirma que el rey Felipe VI no lloraba porque su hija se iba a ausentar por seis meses, que eso no tendría sentido, porque Leonor ya tiene años viviendo lejos del palacio, cumpliendo obligaciones académicas.
¿Sentimientos de culpa? ¿Preocupación?

De hecho, todos saben que los 16 años, partió a vivir a un internado en Gales, de allí ingresó en la Academia de Zaragoza y luego a la de Marín, porque eso es parte de la formación académica escogida por la princesa. Pilar Eyre afirmó que “Estas lágrimas no eran por la distancia, sino por un profundo sentimiento de culpa y preocupación”.
El rey tiene conocimiento, por haberle pasado a él, del significado que supone enrolarse en una travesía de este tipo como Guardiamarina. Corría el año 1987, cuando un joven Felipe, con tan solo 19 años de edad, tuvo que vivir la misma experiencia, dado que también escogió una formación militar.
Una formación dura e innecesaria

Él sabe que se trata de un periplo que está lleno de desafíos emocionales y físicos que al rey lo marcaron de manera profunda. Pero en esta oportunidad se trata de su hija, que ha decidido seguir su misma formación, y el rey no puede evadir hacerse la pregunta de si la princesa Leonor necesita ser sometida a esta clase de experiencias.
Según Pilar Eyre, la razón por la cual el rey Felipe VI lloró fue porque entiende cómo es la experiencia a la que se va a enfrentar Leonor en esta travesía y que va a ser una de las experiencias extremadamente duras por las que va a atravesar y, en opinión de muchos, algo innecesario para la princesa. La experta explica que la instrucción militar que recibe actualmente la princesa de Asturias es bastante anacrónica y, en opinión de muchos poco útil, de cara al siglo XXI.
¿Qué fue lo que padeció Felipe VI en su travesía en el Juan Sebastián Elcano?

La instrucción que va a recibir Leonor es casi igual a la que recibió el rey, quien en su primer viaje tuvo que hacer frente a eventos extremos:
- Fue sorprendido por una tormenta en la primera guardia nocturna que realizó, hasta una ola logró derribarlo al suelo y tuvo un golpe en el cráneo.
- Tuvo que pasar horas mojado, cansado y dándole ayuda a los compañeros que sufrieron el mar de mar, con mareos y vómitos.
- Pasó semanas en la que le fueron negados sus privilegios, lo que resulta bastante poco usual para una figura monárquica como él, que siempre estuvo rodeado de comodidad y cuidados.
Es por esto que Pilar Eyre ha afirmado que:“Felipe sabe que Leonor pasará por pruebas similares: noches interminables, tormentas impredecibles y la presión de demostrar su valía,”
¿Cuál es la causa de seguir esta clase de formación si estamos en el siglo XXI?

La instrucción militar que está recibiendo Leonor tiene el objetivo de prepararla cuando llegue el momento de asumir su rol como la futura reina de España. Pero, Pilar Eyre se cuestiona si en realidad es absolutamente necesario que se exponga a esta clase de retos.
“Es absurdo que en pleno siglo XXI se instruya a una futura gobernante como si estuviéramos en la Edad Media,” es lo que comenta Pilar Eyre. Mientras tanto la infanta Sofía, quien tiene dos años menos, está recibiendo la preparación necesaria para ingresar a la universidad, Leonor se tiene que enfrentar a programas que no satisfacen los conocimientos de las personas sino los de las Fuerzas Armadas y que eso la va a preparar, supuestamente, para ser una líder en el mundo de hoy.
La despedida en el Puerto de Cádiz tiene mucho simbolismo

Se pudo observar a una reina Letizia, afectada a ojos vista, quien no puedo contenerse y lloró sin pudor alguno mientras estaba buscando a la princesa entre los guardiamarinas. Pilar Eyre nos cuenta que Letizia utilizó las palabras “mi chica», para referirse a Leonor, lo que puede ser interpretado como una muestra de amor y de orgullo por su hija mayor. Pero lo que impactó a los presentes y a los que lo vieron fue la manera en que reaccionó Felipe VI.
Pilar Eyre afirma que “Felipe no lloraba por nostalgia, sino por la carga emocional de saber que su hija enfrentará una experiencia tan dura e innecesaria,”. Hay que entender que esa es una opinión de la periodista, vertida en su blog y recogida por elnacional.cat/enblau. Pero, todo padre entiende que el rey ha demostrado que está preocupado por las perspectivas que la institución castrense y la sociedad colocan en los hombros de Leonor.
Los programas de la Naval española no han sido ajustado a estos tiempos

Todos los españoles sabemos que el buque escuela Juan Sebastián Elcano es el gran símbolo de un gran legado naval español, aunque igualmente es la expresión de un programa sistema de instrucción que muchos expertos opinan que es obsoleto. La del Juan Sebastián Elcano es una travesía en la que se incluyen nueve escalas, junto a largas semanas que se pasarán en alta mar, en condiciones extremas para los cadetes, con el fin de aprender valores entre los que se definen el trabajo en grupo, la disciplina y la camaradería.
Para Leonor, no es una experiencia nueva, porque ya ha estado lejos de su hogar, pero ahora se incluyen situaciones extremas que implican desafíos emocionales y físicos, teniendo en mente siempre que siempre debe demostrar que es capaz de cumplir las expectativas que caerán en sus hombros cuando sea reina.
Pilar Eyre discute si esta instrucción realmente le va a aportar a Leonor algo de significación a sus preparaciones como futura líder. “En lugar de aprender habilidades modernas y prácticas, Leonor está repitiendo un programa diseñado para otra época,” opina y así fue recogido en elnacional.cat/enblau.
Las influencias de un pasado

El contenido de la instrucción militar que está siguiendo Leonor no es nada nuevo. Felipe VI vivió la misma experiencia en el año 1987, y su abuelo, el rey Juan Carlos I, igualmente tuvo que pasar por un proceso militar formativo siendo joven y se trata del mismo contenido que no ha sido modificado ni adaptado a los tiempos.
No obstante, la Casa Real sigue asignándole una gran importancia a este tipo de preparación castrense como parte importante para el desarrollo de los futuros monarcas.
Somos una nueva sociedad, con necesidades distintas

Lo que está diciendo Pilar Eyre es que se debe entender los cambios que han ocurrido en nuestra sociedad, que hoy tiene desafíos muy distintos, por lo que quizás sería mejor que la futura reina recibiera una instrucción más actualizada a los cambios que enfrentará un líder del siglo XXI, que no tienen nada que ver con lo que ocurría en nuestra sociedad hace décadas.
Unos ejemplos diferentes han seguido otras casas reales, que han incluido en la preparación de los que serán los líderes del futuro conocimientos relacionados con liderazgo global, sostenibilidad o tecnología, pero en España pareciera que nos aferramos a tradiciones pasadas que están desfasadas, según nos dice el portal elnacional.cat/enblau.
La influencia para Leonor y para la familia real

Una decisión como ésta, de embarcarse en el Juan Sebastián Elcano para una travesía tan demandante no va a afectar únicamente a la princesa Leonor, porque también tendrá influencia sobre su familia. Para la reina Letizia, ver que su hija ha crecido y que afronta con valentía estos desafíos le da esperanzas como madre de que estará preparada para la vida futura que le espera. En el caso del rey, se trata de un momento de reflexión sobre su legado y cómo se va a manifestar en la vida de sus hijas y en la institución que representan.
Aunque pueden existir posiciones bastante críticas, Leonor no ha dejado de mostrar que es una mujer joven, valiente y comprometida, que tiene disposición para enfrentar los retos derivados de su rol como la futura reina de España. “Leonor está decidida a cumplir con su deber, incluso si eso significa enfrentar tormentas en alta mar y semanas lejos de su familia,” afirma Eyre.
La monarquía y un nuevo momento para la transición generacional

La despedida emotiva en el Puerto de Cádiz es un punto de transición más serio de lo que se piensa para Leonor y para la monarquía de España. La princesa Leonor tendrá que afrontar pruebas muy desafiantes que pondrán a prueba su determinación y su resistencia, al mismo tiempo que su familia debe seguir desde lejos este proceso, a la espera de que Leonor sea capaz de cumplir con todas las expectativas.
Las lágrimas del rey Felipe VI no solo son el reflejo del amor que tiene pos su hija, también son la expresión de lo preocupado que está por el futuro de la monarquía española. “Felipe sabe que Leonor enfrentará desafíos únicos, pero también confía en su capacidad para superarlos y convertirse en una líder fuerte y comprometida,” termina Eyre.
















































