El Palacio Real de La Granja va a cumplir tres siglos de historia y belleza y no te lo puedes perder. En 2024, se conmemoran 300 años desde la inauguración del Palacio Real de La Granja de San Ildefonso y sus espléndidos jardines. Este lugar fue el refugio predilecto de Felipe V, quien buscaba la paz y la belleza natural que ofrecía la vertiente segoviana de la Sierra de Guadarrama.
Un jardín de ensueño

Los jardines del palacio, con sus fuentes monumentales, eran el principal entretenimiento del rey. Influenciado por su experiencia en Versalles y Marly, Felipe V encargó el diseño a renombrados paisajistas e ingenieros franceses. Carlier y Boutelou fueron responsables de la planificación de los jardines, mientras que Frémin y Thierry se encargaron de las esculturas que adornan este maravilloso entorno. La famosa red de fuentes, que incluye un sistema de 14 kilómetros de tuberías del siglo XVIII, se mantiene casi intacta hasta nuestros días.
Historia del Palacio Real

La construcción del Palacio Real de La Granja comenzó en 1721 durante el reinado de Felipe V, quien quedó cautivado por la belleza del lugar durante una cacería. El rey ordenó a Teodoro Ardemans la edificación de un pequeño palacio barroco rodeado de extensos jardines. Varios arquitectos, como Juan Román, Procaccini, Felipe Juvara y Sachetti, colaboraron en su desarrollo, convirtiéndolo en un magnífico ejemplo de la arquitectura palatina europea.
A lo largo de los años, el palacio se amplió y se embelleció, transformándose en un pequeño Versalles, especialmente después de que Felipe V se estableciera allí en 1724. Durante dos décadas, el rey enriqueció tanto los jardines como el palacio, que se convirtió en una de las residencias de la familia real española.
Estructura y elementos destacados

El conjunto arquitectónico del palacio forma una U, incluyendo varios edificios anexos. Entre ellos se encuentra la antigua capilla real, la Colegiata de la Santísima Trinidad, que alberga la Capilla de las Reliquias y el Cenotafio Real, donde descansan Felipe V e Isabel de Farnesio.
Históricamente, esta área fue el sitio de un pabellón de caza construido por Enrique IV en 1450 y más tarde, los Reyes Católicos donaron la propiedad a los monjes Jerónimos del Parral, de ahí su nombre.
Un entorno natural único, rodeado de arte y de patrimonio

El Real Sitio de La Granja se sitúa en la vertiente norte de la Sierra de Guadarrama, un área conocida por su belleza paisajística y sus frondosos bosques. Desde su construcción hasta el reinado de Alfonso XIII, el palacio fue utilizado como residencia veraniega de los monarcas españoles.
Entre las maravillas del palacio se encuentran las bóvedas pintadas al fresco, el mobiliario y las obras de arte de los siglos XVIII y XIX. Destacan la Sala de Lacas, las pinturas de Panini y el museo de tapices, que incluye la serie del Apocalipsis, una obra bruselense del siglo XVI. Lamentablemente, un incendio en 1918 dañó gravemente algunos frescos.
Características arquitectónicas

- El templo: situado en el centro del complejo, destaca por sus capiteles bulbosos, una novedad en España en su época.
- La fachada: diseñada por el arquitecto italiano Juvara, está construida en piedra rosácea de Sepúlveda y presenta una mezcla de estilos con clara influencia italiana. La fachada está adornada con balcones y columnas corintias, además de esculturas de mármol de Carrara.
- Los tejados: cubiertos de pizarra, el edificio cuenta con una balaustrada decorada con jarrones de mármol.
- Los jardines: con una extensión de seis kilómetros, estos jardines al estilo de Versalles son un excepcional ejemplo del diseño del siglo XVIII. Diseñados por Renato Carlier y Esteban Boutelou, presentan parterres, bosquetes y 26 fuentes que evocan mitología clásica.
Funcionamiento de las fuentes

El sistema de fuentes, que se activa principalmente desde el Jueves Santo, ofrece un espectáculo visual único. Ocho de las fuentes están en funcionamiento, comenzando su actividad a las 17:30 horas los miércoles, sábados y domingos. Durante festividades como San Fernando, Santiago y San Luis, se activan conjuntos especiales de fuentes, atrayendo a numerosos visitantes.
El Palacio Real de La Granja de San Ildefonso no solo es un testimonio de la historia española, sino también un lugar de asombrosa belleza natural y arquitectónica. Propiedad de Patrimonio Nacional, está abierto al público, invitando a todos a descubrir su rica historia y esplendor. ¡No te pierdas la oportunidad de visitarlo y disfrutar de su magia!
La Real Fábrica de Cristales de la Granja de San Ildefonso: un patrimonio de la artesanía vidriera

La Real Fábrica de Cristales de la Granja de San Ildefonso es un testimonio impresionante de la herencia cultural y artesanal de España. Situada en la hermosa localidad segoviana de La Granja de San Ildefonso, esta fábrica ha sido un centro de producción de vidrio y cristal desde su creación en el siglo XVIII. En este post, exploraremos su fascinante historia y su evolución a lo largo del tiempo.
Orígenes de la fábrica

La historia de la Real Fábrica de Cristales se remonta a la iniciativa de dos maestros vidrieros catalanes, Ventura Sit y Carlos Sac. Ambos trabajaban anteriormente en la fábrica de Goyeneche en Nuevo Baztán, hasta que su cierre los llevó a buscar nuevas oportunidades. Decidieron establecer hornos en La Granja de San Ildefonso, un lugar que, al ser un Real Sitio, requería la aprobación del rey para operar. En 1727, su solicitud fue atendida y comenzando la producción de espejos y vidrio para ventanas de edificios y carruajes.
La importancia de esta fábrica creció rápidamente, de modo que, en 1736, los hornos fueron colocados bajo la protección de la Corona. Felipe V, quien visualizó la creación de una Real Fábrica similar a las de Francia, tomó la iniciativa de fortalecer la producción de Cristales en el país. En 1745, envió a Antonio Berger a Francia para reclutar artesanos, y al año siguiente, los primeros trabajadores llegaron a La Granja. A pesar de múltiples desafíos, Berger logró formar un equipo de maestros en diversas especialidades, asumiendo el cargo de Administrador General de las Fábricas.
Continuidad en la producción
Tras el fallecimiento de Felipe V en 1746, su hijo Fernando VI continuó la labor de revitalización de la fábrica. Entre 1746 y 1750, se construyeron nuevos talleres, y en 1750, se incorporaron artesanos alemanes, lo que dio lugar a la formación de dos secciones: la de “franceses” y la de “alemanes”, que coexistieron hasta 1833. Los talleres estaban organizados en varias secciones, incluyendo la “Fábrica de Planos” del maestro Sit, la “Fábrica de Labrados” y la “Fábrica de Entrefino”, acompañadas de salas dedicadas al tallado, grabado, esmaltado, carpintería y fragua.
Durante el reinado de Carlos III, la fábrica recibió un empuje significativo que formó parte de su política de fomento industrial. Sin embargo, en 1833, Fernando VII tuvo que arrendar la fábrica a una empresa privada, lo que marcó el inicio de un periodo de cambios en la propiedad, hasta su cierre en 1866. En 1911, la firma francesa Saint-Gobain adquirió la fábrica en arriendo y ha estado produciendo cristal y vidrio plano desde entonces.
Evolución de estilos artísticos

La Real Fábrica de Cristales ha estado influenciada por diversas corrientes artísticas a lo largo de los siglos. Inicialmente, los estilos venecianos dominaron la producción, seguidos por influencias francesas, alemanas e inglesas, llegando a su punto máximo en el último cuarto del siglo XVIII. Los artesanos ingleses e irlandeses perfeccionaron la técnica del cristal de plomo, permitiendo un tallado más preciso y faceteado, lo que se convirtió en un modelo a seguir en La Granja. A partir de la Guerra de la Independencia, la influencia francesa resurgió, marcando un nuevo capítulo en la historia de la fábrica.
Variedad de producción

La gama de productos elaborados en la Real Fábrica de Cristales es notablemente amplia. Esta incluye:
- Espejos y marcos: espejos decorativos que se convirtieron en un símbolo de elegancia en la época.
- Vajillas: desde copas, jarras y platos hasta frascos y fuentes, la vajilla de cristal representaba un lujo en los hogares.
- Material científico: también se fabricaron elementos como botes de farmacia, esenciales para el desarrollo de la ciencia.
- Decoración: la producción incluía floreros, tibores, figuras y otros objetos ornamentales que embellecían los espacios.
- Iluminación: arañas, lámparas y candeleros que iluminaban los palacios y hogares de la época.
- Lentes y estuches: productos ópticos que exhibían la maestría de los artesanos.
- Piezas esmaltadas: influenciadas por las técnicas catalanas, la gama de productos también abarcaba vidrio blanco de leche, tallado y dorado.
Un lugar que tampoco puedes dejar de visitar

La Real Fábrica de Cristales de la Granja de San Ildefonso no es solo un lugar de producción, sino un símbolo de la rica herencia cultural de España en la artesanía del vidrio. Su evolución a lo largo del tiempo y la influencia de diferentes estilos artísticos la han convertido en un hito en la historia del cristal. Hoy en día, sigue siendo un lugar de referencia, atrayendo a visitantes y entusiastas del arte vidriero de todo el mundo.