Anabel Pantoja ha vuelto a convertirse en el centro de todas las miradas tras protagonizar un nuevo episodio que ha generado un aluvión de comentarios en redes sociales. La influencer, conocida por su fuerte temperamento y su exposición constante en los medios, vivió un accidente durante su estancia en La CasaIn, una escapada organizada junto a otras creadoras de contenido. Fue la propia sobrina de Isabel Pantoja quien se encargó de anunciar el incidente a través de su cuenta de Instagram, desatando una oleada de reacciones entre sus seguidores. Según relató, sufrió una caída aparatosa mientras participaba en una actividad, lo que le provocó una dolorosa lesión que la llevó directamente a urgencias.
El accidente: «Una caída asquerosa»

“El viernes sufrí una caída asquerosa, donde me lastimé y jodí bien… Se me dobló el pie y se me salió el codo literal”, confesaba Anabel en un mensaje grabado para sus fans, en el que no disimulaba el dolor y la angustia vivida durante el incidente. En el vídeo, agradecía a sus amigos más cercanos por no separarse de su lado ni un solo minuto, mostrando así el lado más vulnerable de una mujer que, pese a su exposición constante, no deja de sorprender con su honestidad emocional. La imagen de Anabel, visiblemente afectada, con el brazo escayolado y apenas pudiendo moverse, contrastaba con los últimos días en los que había estado celebrando su cumpleaños con normalidad. Pero ella misma quiso dejar claro que esas imágenes correspondían a días anteriores al accidente.
Tras recuperarse mínimamente, la colaboradora de televisión quiso ampliar su relato y detallar las secuelas físicas y emocionales del accidente. En otro vídeo, explicaba con espontaneidad que solo podía usar la mano izquierda y que se sentía torpe e inútil para realizar las tareas más cotidianas. “No me puedo peinar, no me puedo coger una coleta… el simple hecho de hacer así con la gomilla, necesitas la otra mano”, relataba, visiblemente frustrada por su situación. Aseguraba que el dolor sufrido había sido de los peores de su vida, solo comparable al cólico nefrítico que padeció durante el embarazo. El tono del vídeo no dejaba lugar a dudas: Anabel estaba rota física y emocionalmente.
Sin embargo, la ola de críticas no tardó en llegar. En cuanto reapareció en redes y comenzó a compartir contenido reciente —incluyendo vídeos de su cumpleaños en Canarias—, comenzaron los comentarios poniendo en duda la veracidad de su relato. Algunos usuarios incluso la acusaron de exagerar su lesión o de haber montado un espectáculo en su visita a urgencias. Los reproches no se centraban solo en el accidente; también resurgieron críticas por otros episodios recientes, como el que vivió en el aeropuerto cuando rompió a llorar tras perder su equipaje y el de su hija. Aquella escena fue calificada por algunos como una sobreactuación, y desde entonces, cualquier queja pública de Anabel es recibida con recelo por parte de ciertos sectores de la audiencia.
Anabel Pantoja no aguanta más y estalla

Harta de los ataques, Anabel Pantoja decidió responder con contundencia. En un nuevo vídeo publicado en sus redes sociales, estalló de rabia ante lo que considera una persecución sin sentido. “Desde luego, sigo pensando que hay gente maligna detrás de los perfiles. Que ya me he quitado la escayola. Que si ya no lloro. Que si ya no me quejo…”, comenzó diciendo, mientras compartía imágenes de su reunión con amigos el día 12 de julio, insistiendo en que fueron captadas antes del accidente. La influencer, visiblemente molesta, se dirigió directamente a los usuarios que han comentado con dureza sobre su situación. “Por favor, dejadme en paz. Si no os caigo bien, dejad de comentarme cosas y juzgarme”, zanjaba, exigiendo un mínimo de respeto y comprensión ante una situación que, según ella misma, está siendo muy complicada de sobrellevar.
A pesar del malestar que atraviesa, Anabel Pantoja ha optado por seguir adelante con sus compromisos profesionales y ha continuado compartiendo fragmentos de su día a día en redes. La caída y posterior lesión le han obligado a ralentizar su ritmo, pero no han sido suficientes para apartarla del foco mediático. Con un brazo escayolado, sin apenas fuerza en la mano izquierda y con la necesidad constante de ayuda para cuidar a su bebé, la sobrina de Isabel Pantoja está viviendo uno de los momentos más duros de los últimos meses. Lejos de encontrar apoyo unánime, la exposición constante y la falta de filtro con la que narra sus vivencias han vuelto a dividir a la audiencia, que se debate entre la empatía y el juicio constante.
Este nuevo episodio evidencia, una vez más, la tensión que supone vivir bajo el escrutinio permanente de las redes sociales. Para Anabel, cualquier caída, gesto o palabra puede ser amplificada hasta el extremo. Y aunque muchos siguen mostrando cariño y preocupación por su estado de salud, otros no han dudado en cargar contra ella sin piedad. La influencer, que siempre ha defendido su derecho a mostrarse tal como es, sin filtros ni disfraces, ahora vuelve a enfrentarse al dilema de hasta qué punto merece la pena seguir abriendo su vida mientras enfrenta dolor, críticas y desconfianza a partes iguales.

























































































































