La vida de Carlo Costanzia y Alejandra Rubio ha quedado sacudida este martes 3 de junio tras conocerse la sentencia judicial que afecta directamente a la familia del actor e influencer. Un nuevo capítulo judicial ha terminado por convertirse en una dolorosa realidad para la joven pareja, especialmente para Carlo, cuyo entorno más cercano se ve directamente implicado en un caso de extrema gravedad que ha tenido gran repercusión mediática tanto en Italia como en España. La noticia llega después de meses de incertidumbre y tensión, desde que se conociera la imputación de los hermanos de Carlo, Pietro y Rocco Costanzia, por un presunto delito de homicidio en grado de tentativa, en relación con un violento suceso que ha conmocionado a la sociedad italiana y que ahora ha recibido un veredicto firme por parte del tribunal correspondiente.
El juez señala a los hermanos de Carlo Costanzia

Los jueces han hablado, y sus palabras han caído como un mazazo sobre la familia Costanzia. La jueza encargada del caso, Ombretta Vanini, conocida en el ámbito judicial italiano por la severidad e inflexibilidad con la que impone sus sentencias, ha condenado a Pietro Costanzia a 12 años y 6 meses de prisión, mientras que su hermano Rocco ha sido sentenciado a 8 años y 10 meses. Ambos han sido declarados culpables del intento de asesinato de Oreste Borelli, un joven de 23 años que sufrió consecuencias devastadoras como resultado del ataque. Según se recoge en el informe judicial, Pietro golpeó a Borelli con un machete en la pierna izquierda, causándole heridas tan profundas y graves que los médicos del Centro de Ortopedia y Traumatología (CTO) no tuvieron más remedio que amputarle la pierna por debajo de la rodilla, una circunstancia que agrava aún más el impacto humano del caso y que ha sido determinante en la severidad del fallo.
El episodio violento, que fue investigado en profundidad por la Fiscalía italiana, llevó a los fiscales Mario Bendoni y Davide Pretti a solicitar inicialmente una pena de 14 años de prisión para los hermanos Costanzia, considerando la brutalidad de la agresión y sus consecuencias irreversibles. Aunque la condena final no alcanza esa cifra, se acerca notablemente, y evidencia la gravedad de los hechos juzgados. En paralelo a esta resolución, también ha sido juzgada Zahara, la exnovia de Pietro, cuya implicación en los hechos ha resultado en una condena menor: 10 meses de prisión. Por otra parte, el padre de los hermanos, Carlo Costanzia padre, que también se encontraba imputado por un presunto delito de falsedad documental, ha sido absuelto, quedando libre de cargos tras no haberse podido probar su responsabilidad directa en los hechos.
Esta sentencia ha tenido un impacto inmediato y muy profundo sobre Carlo Costanzia hijo, quien ha mantenido hasta ahora un discreto silencio público respecto a este proceso judicial, pero que, según fuentes próximas a su entorno, se encuentra profundamente afectado por la situación. La relación con sus hermanos siempre ha sido compleja, marcada por la distancia geográfica y emocional que impone una vida dividida entre dos países y contextos muy distintos. No obstante, el vínculo familiar ha pesado, y el desenlace judicial ha supuesto un fuerte revés emocional para el actor, quien desde hace un tiempo intenta consolidar su carrera artística en España y rehacer su vida junto a Alejandra Rubio. La hija de Terelu Campos, que ha acompañado a Carlo durante estos meses tan difíciles, también estaría atravesando un momento muy delicado, marcada por el sufrimiento de su pareja y el efecto que todo esto está teniendo en su estabilidad personal y emocional.
Alejandra Rubio no quiere hacer declaraciones

A pesar de que ni Carlo ni Alejandra han querido pronunciarse públicamente sobre el fallo judicial, su entorno más cercano confirma que la pareja está desbordada por la situación. Aunque el proceso judicial se ha llevado a cabo en Italia y no afecta directamente a la vida legal de Carlo en España, la trascendencia del caso y su repercusión mediática han situado al joven actor en una posición especialmente incómoda. Su apellido vuelve a ocupar titulares en relación con hechos muy alejados de su vida actual, justo en un momento en el que trataba de desligarse de polémicas pasadas y construir una imagen más madura, centrada en su trabajo actoral y en su nueva etapa sentimental junto a Alejandra.
En las últimas semanas, Carlo había logrado mantenerse al margen de las cuestiones familiares más espinosas, centrando sus esfuerzos en nuevos proyectos profesionales y en afianzar su relación con la hija de Terelu, con quien comparte residencia y planes de futuro. Sin embargo, la condena a sus hermanos representa un golpe del que será difícil recuperarse a corto plazo. El vínculo de sangre, por más deteriorado que esté, implica una carga emocional de difícil gestión, especialmente cuando los hechos son de tal magnitud como para marcar de forma irreversible la vida de los implicados. En este caso, la amputación sufrida por Oreste Borelli, cuyas secuelas físicas y psicológicas serán permanentes, ha sido un factor determinante para que la justicia italiana imponga una pena ejemplarizante, que sirva de advertencia frente a este tipo de actos violentos.
En el ámbito judicial, se espera que las defensas de Pietro y Rocco estudien ahora la posibilidad de recurrir la sentencia, aunque fuentes jurídicas en Italia reconocen que las decisiones de la jueza Vanini suelen ser difíciles de revocar, dada su trayectoria y la firmeza con la que fundamenta sus fallos. De momento, la familia Costanzia ha quedado dividida por una sentencia que, más allá de sus consecuencias penales, reabre heridas familiares profundas y coloca a Carlo en una situación personal extremadamente delicada. En este contexto, el apoyo de Alejandra Rubio se ha vuelto aún más crucial, no solo como pareja, sino como pilar emocional que ayude a Carlo a atravesar una etapa de dolor y frustración, marcada por el juicio, la condena y la exposición pública de unos hechos que él no cometió, pero que, sin duda, lo afectan profundamente.
Mientras tanto, los medios italianos siguen analizando cada detalle del juicio, poniendo el foco en la figura de Pietro, quien habría sido el principal ejecutor del ataque, según el relato recogido en la sentencia. Las circunstancias que rodearon la agresión, las posibles motivaciones y el papel que desempeñaron los otros implicados siguen generando debate, mientras la víctima, Oreste Borelli, continúa recuperándose de las secuelas físicas y mentales del episodio que cambió su vida. En este entorno de tensión, silencio y sufrimiento, la figura de Carlo Costanzia emerge como una víctima colateral de una historia de violencia familiar que no solo ha fracturado su pasado, sino que también amenaza con empañar su presente.