La racionalización horaria ayudaría a reducir la siniestradad laboral

Corría el año 1942, en Europa se libraba la mayor guerra que las tierras del Viejo Continente pudieran recordar. Alemania, con su tercer Reich y Hitler a la cabeza había puesto en jaque toda la integridad de un continente que poco a poco veía como cedía terreno el enemigo germano. En este contexto, Hitler tenía algo parecido a un aliado en nuestro país con la figura del General, Francisco Franco, al mando –de una manera totalitaria- de España.

Es importante tener en cuenta el contexto en el que sucedió para entender la historia, es en este escenario en el que Franco decidió adelantar una hora los relojes nacionales para entrar en sintonía con la hora alemana.

Sin embargo, antes de nada, también cabe recordar que esta situación no es exclusiva de nuestro país, sino que por el contrario, tanto Francia como Holanda, Bélgica y Luxemburgo cuentan con el mismo problema en la actualidad. Esto se debe a que fueron muchos los países que también cambiaron su horario durante el conflicto, pero no todos –como es el caso de Reino Unido- volvieron a su estado natural tras terminar el mismo.

Por todas estas razones, existen en España voces críticas convencidas de que volver al horario que nos corresponde por posición geográfica –el de Europa Occidental, también conocido como el huso horario del Meridiano de Greemwich– desarrollaría todo el potencial de nuestro país. Al frente de estas ideas se encuentra ARHOE, Asociación para la Racionalización de los Horarios Españoles.

“El tiempo no debe continuar esclavizándonos. Somos conscientes de que lo que defendemos no es solo un cambio de horarios, es un cambio de hábitos, de costumbres, un nuevo estilo de vida”, reflexionaba Ignacio Buquera y Bach sobre este asunto en unas declaraciones realizadas en 2011, cuando era presidente de la citada organización.

Y es que, retrasar el reloj una hora podría suponer un cambio cultural muy grande para un país que después de más de 50 años se ha acostumbrado y acomodado su vida a este ritmo establecido.

“Sin ninguna duda, es un reto que vale la pena y que en un futuro cercano de cambios nos determinará a ser diferentes, mejores y más eficientes desde el punto de vista profesional, empresarial y personal”, espetaba el propio Buquera y Bach.

De hecho, entre las razones que se esgrimieron en el último Congreso Nacional para Racionalizar los Horarios Españoles hay dos que destacan sobre las demás y ambas relacionadas con el ámbito laboral de los españoles: se mejorarían tanto el rendimiento como la productividad, igualmente se reduciría la siniestralidad en el trabajo.

Desde las distitnas publicaciones de Arhoe se ha llegado a declarar que con los horarios actuales de comidas y cenas que tenemos, lo lógico y coherente sería empezar a trabajar entre las 10 y las 11 de la tarde, lo que lleva a las jornadas a un punto de ser interminables. 

Aunque los horarios actuales se basan en una evolución de los años de posguerra en los que los ciudadanos, ante una calamitosa situación económica contaban con un empleo por la mañana y otro para la tarde, con un descanso a la hora de comer. La evolución de todo esto nos ha llevado  la situación actual.

Ante todos estos problemas, la solución pasa por fomentar la jornada continua -junto a la vuelta al horario de Europa Occidental- lo que se traduciría para los trabajadores en levantarse una hora más tarde. A esto hay que añadir que se suprimiría el “desayuno a media mañana”, por lo que se ahorraría tiempo.

Sin embargo, la medida estrella pasaría por ofrecer un máximo de una hora para el almuerzo y pasar la hora de comer a entre la una y las dos de la tarde, en vez de ser de dos a cuatro.

En cualquier caso, el mecanismo para volver al huso horario de Europa Occidental sería muy sencillo, según se recoge en los distintos documentos que ha ido publicando esta Asociación a lo largo de los años, solo bastaría con obviar la próxima adopción de la hora de verano en el mes próximo mes de mayo.