Desconfianza y vacío legal: el autoconsumo eléctrico no sabe despegar

El autoconsumo eléctrico en España juega con un peligroso “qué fue antes, el huevo o la gallina”. El titular de este artículo concluye con un “no sabe despegar”; aunque puede que alguien piense que “no le dejan despegar”. En todo caso, la realidad es que la autogeneración de energía viaja entre la falta de información y el miedo a una regulación cambiante.

Los dos son problemas severos. El primero, porque ataca al bolsillo de manera directa. ¿Es más caro instalar equipos de autoconsumo que conectarse a la red? ¿Se trata de un proceso sencillo? ¿Requiere de grandes obras? Lo segundo, la inseguridad jurídica, es todavía peor. Con un Gobierno que se tambalea por momentos, la sombra del adelanto electoral provoca que en pocos meses pueda haber un nuevo color gobernando España y, con ello, una nueva revisión legislativa.

Y es que hace unos días la ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, aseguraba que entra las medidas que quiere desplegar el Ejecutivo en materia energética están los asuntos relacionados con el autoconsumo eléctrico. Especialmente, señalaba, en el compartido entre usuarios que, en estos momentos es el que necesita de mayor desarrollo. Aunque en realidad está en pañales cualquier modalidad, y motivos para este pesimismo hay de sobra.

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Así lo refleja el proyecto de investigación PVP4Grid, financiado por la Unión Europea, que ha presentado un análisis que contiene observaciones fundamentales sobre el uso individual y colectivo de la electricidad generada a partir de energía fotovoltaica en varios países.

LOS PROBLEMAS DEL AUTOCONSUMO ELÉCTRICO

El estudio, que ha examinado el marco de condiciones legales y políticas existentes en Bélgica, Alemania, Francia, Italia, Holanda, Austria, Portugal y España, diferencia entre tres conceptos de prosumidor, examinando el marco regulatorio de cada uno de ellos: autoconsumo individual, uso colectivo de un sistema fotovoltaico dentro de un edificio, y suministro de energía solar a nivel vecindario.

Según el estudio, el autoconsumo individual, cuando el productor y el consumidor de electricidad son el mismo, es legalmente posible en todos los países examinados. Cinco de los ocho países permiten el uso compartido de un sistema fotovoltaico dentro de un mismo edificio, mientras que este sistema está expresamente prohibido en Bélgica, Italia y España.

Lo más destacado del informe es que establece la desconfianza en la regulación y la falta de información como las principales barreras de acceso al autoconsumo en España. Algo que tiene un justificado sentido. Sobre todo a la hora de ajustar los costes cuando el autoconsumidor ha tenido que conectarse a la red en los casos que no pueda abastecerse por sí mismo todo el día.

Esta cuestión, a nivel práctico, como señalaba en una columna de análisis en El Español la experta legal, Laura Vinatel, se traduce en que la metodología adoptada para los cargos debidos a los costes del sistema y la función de respaldo del sistema incluye como factor de cálculo la totalidad de la energía consumida; es decir, incluye tanto la consumida como autoconsumida. En defensa de ello tanto la Ley del Sector Eléctrico como el RD 900/2015 prevén la posibilidad de que el Gobierno establezca reglamentariamente reducciones en los peajes, cargos y costes no peninsulares “cuando las modalidades de autoconsumo supongan una reducción de los costes de dichos sistemas”.

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Este tipo de disposiciones obligan al sector de la energías renovables a volver a hacer frente a la inseguridad jurídica que lo ha caracterizado en los últimos tiempos, dando de nuevo al Gobierno la posibilidad de establecer reglamentariamente reducciones ya que no implanta una metodología clara y definida en cuanto a la determinación de los cargos a soportar por el autoconsumidor.

DESCONFIANZA ECONÓMICA

Otro de los problemas, asociado a la falta de información, tiene que ver con la parte económica que se refiere a la inversión. En concreto a los tiempos de amortización una vez que el consumidor decide apostar por el autoconsumo eléctrico.

Lo cierto es que, según la empresa especializada en este tipo de productos, Solarwatt, el tiempo de amortización de un sistema de autoconsumo fotovoltaico es una ecuación con tres variables. La primera tiene que ver con los equipos, capacidad y prestaciones. Asimismo, en segundo lugar -y relacionado- está la producción de esos equipos. Y es que a una mayor calidad habrá menos pérdida de energía con el paso de los años.

Por último, el precio de la electricidad es otro factor. No se pueden hacer pronósticos, por lo tanto es complejo aconsejar su uso, pero si atendemos a la situación actual y el caos impositivo, parece que no es mala idea.

Raúl Masa
Raúl Masa
Ex Coordinador de redacción y redactor de empresas y economía; especializado en telecomunicaciones, tecnología y energía.