Santiago Carbó: «Con un salario de 1.000 euros no se puede vivir en Madrid»

El doctor en Economía Santiago Carbó, director de Estudios Financieros y Digitalización Financiera del think tank Funcas, concedió a MERCA2 esta entrevista para evaluar los principales desafíos de la economía española, las medidas tomadas por el Gobierno que preside Pedro Sánchez y lo que necesita España para aumentar su productividad y evitar que su peso económico y su cuota de mercados a nivel global adelgacen en los próximos años.

El tema salarial le preocupa de manera especial, no solo porque con un salario mínimo como el actual (1.000 euros) y la pérdida de poder adquisitivo causada por la inflación, resulta prácticamente imposible vivir en Madrid o Barcelona, los principales motores comunitarios de la economía de España.

Hace 20 años, sin duda, rendían más y eso nos da una idea del progreso o retroceso real que ha vivido esta nación ibérica. Santiago Carbó también lo dice porque con los bajos salarios españoles actuales no se logra siquiera retener el talento y por eso anticipa que la fuga de recursos humanos a otros países continuará siendo fuerte.

Este valenciano ha sido consultor del Banco Mundial, del Banco Central Europeo y de la Federal Reserve Bank of Chicago.

Funcas proyecta que la economía de España crecerá 1% en 2023 y que la inflación se moderará a 4,1%

Funcas proyecta que la economía de España crecerá apenas 1% en 2023 y que la inflación se moderará a 4,1%. Y Carbó completa la serie de indicadores claves diciendo que la indisciplina fiscal del Gobierno le saldrá cara a España, tarde o temprano. Prevén un déficit fiscal de 4,3% para este año y eso significa que el nivel de endeudamiento público del país será mayor este año y mucho más costoso, por la subida de los tasas de interés bancarias.

¿Por qué España tiene una tasa de paro tan alta: más de 3 millones de personas?

España podría ser mucho más productiva si tuviéramos empleados a muchas más personas. Realmente nuestro país tiene una tasa de paro diferencial prácticamente con todo el mundo occidental, muy superior. La economía española tiene muchos retos.

EL ESPAÑOL PROMEDIO GANA HOY MENOS DE LO QUE GANABA EN 2007, SI SE MIDE POR RENTA PER CAPITA. y HA PERDIDO UN 8% DE SU poder adquisitivo EN LOS ÚLTIMOS AÑOS

La renta per cápita real (lo que gana cada español al año), por solo citar uno, es menor hoy de lo que era en 2019, pero también que en 2007. En eso hemos retrocedido. Se ha perdido el poder adquisitivo en torno al 8% ó 10% en los dos últimos años, pero como han aparecido ayudas por parte del mundo y del gobierno con los subsidios al transporte y otros apoyos económicos, eso ha abaratado algunas cosas y quizá la pérdida sea menor. Con 1.000 euros es difícil vivir en Madrid y Barcelona. Quizás se puede vivir en el mundo rural con eso, pero aquí es distinto. A los precios actuales de alquiler, la alimentación, la energía y el transporte, una persona sola lo tiene mal en Madrid con 1.500 euros. Los 1.000 euros de hace 20 años, que ya teníamos euros, solo le dan un poder de compra hoy de 750 a los españoles. Es decir, la cesta de la compra que puedes hacer con mil euros hoy es 25% menor a la que podías hacer hace 20 años. Antes con 1.000 euros podías comprar muchas cosas, podías hasta salir a cenar fuera de casa o ir al cine fácilmente. Ahora, no. Con el salario mínimo actual no puedes ni siquiera comer, movilizarte y pagar un alquiler aquí, que ya están algunos por encima de 400 o 500 euros.

¿Cuáles han sido los principales aciertos y desaciertos económicos de Pedro Sánchez?

Desde el 2020 en adelante, pues como todo, hay luces y sombras. En primer lugar, a diferencia de lo ocurrido cuando estalló la crisis en 2008, ahora no se tarda en reaccionar. Se pone, cuando comienza la pandemia, tomó rápidamente una serie de medidas económicas económicas. Se hace uso de los ERTE, para que no se nos cayera el mercado de trabajo como un castillo de naipes. Si las empresas las cierren dos o tres meses o no pueden hacer nada, habría sido una catástrofe por los despidos. Entonces, ese periodo transitorio fue malo, pero pudieron sobrevivir las empresas con los ERTE, los créditos y con todo lo que se usó. Creo que el gobierno de Pedro Sánchez también tiene un éxito con la negociación de los fondos europeos creados a partir de la pandemia. Y para mí, el tercer logro es haber sido capaz de manejar la energía para hacer a España menos vulnerable. Hizo una buena gestión europea para topar el precio del gas dentro de la electricidad. Y hoy, esas medidas tomadas han permitido que España tenga una menor inflación que otros países europeos.

¿Y los desaciertos?

Yo creo que hay bastantes y que además están minando la competitividad de la economía española y su futuro de forma preocupante. Desde hace ya demasiado tiempo, España no ha sido capaz de tener un debate sobre la necesidad de aumentar la productividad, la competitividad y volver a crecer para recuperar esos niveles de renta per cápita real de los que hablábamos al principio. Eso solo se puede hacer siendo mejores tecnológicamente. Y no se ha hecho nada. En España nos hemos preocupado mucho por el lado social, que haya un escudo social, que la persona en desventa sea protegida. Y eso está bien, la reforma laboral también le ha funcionado bien, pero en su relación con el sector empresarial han cometido muchos errores. Yo abogo por un aumento del salario mínimo cuando la condición lo permita, porque si queremos llegar a ser un país avanzado tenemos que tener salarios mínimos avanzados.

¿Qué reformas son impostergables para avanzar?

No ha habido reformas de fondo para la economía española en 20 años, es como si hubiera perdido apetito la economía española. Entramos en el euro y luego una burbuja inmobiliaria que nos genera un montón de problemas, pero no somos capaces como país de dar otros saltos después de allí. Sí hay empresas que lo han dado, porque España no ha perdido cuota en el mercado global. Tenemos empresas muy competitivas y cada vez son mejores las exportaciones. Pero no son suficientes para aumentar la productividad, la competitividad, que es lo que nos permitiría superar el problema de deuda y muchos otros.

¿No le preocupa el nivel de endeudamiento público y de indisciplina fiscal?

Seguimos con un déficit estructural permanente y eso nos va a salir caro, tarde o temprano. La Unión Europea lo dirá o el mercado nos penalizará. España es el cuarto país de Europa con mayor deuda pública respecto al PIB y eso aquí a nadie le preocupa. Ahora subirán las pensiones el 8,5%. El gasto público en pensiones se va a disparar este año. En España hay que abrir un debate clarísimo sobre el tema de las pensiones y revisar los datos actuales. Por supuesto, a aquella persona que tiene un problema, hay que ayudarla, pero al sistema hay que volverlo a hacer sostenible, porque las nuevas generaciones ya ni creen en el sistema ni piensan que van a tener pensiones ni nada por el estilo.

¿El Gobierno ha manejado bien su relación con el sector empresarial?

No, para mí el enfoque es muy beligerante contra todo lo que es la actividad económica y de empresarios. El discurso muchas veces parece estar en contra de los empresarios y eso no genera confianza. Necesitamos líderes que proyecten una visión mucho más positiva de nuestro país, la del pacto entre todos, que es la que funcionó hace un tiempo, pero hemos perdido.

¿Sánchez es capaz de construir ese consenso entre las dos Españas?

No lo creo. No creo que haya ningún político que pueda hacerlo en este momento. Y para aumentar la productividad y mejorar los salarios se necesita construir nuevos consensos con los empresarios. Los bajos salarios españoles no pueden atraer talento ahora, ni siquiera retener al talento propio. Las empresas y los trabajadores españoles tienen que ser más productivos y también necesitamos deshacernos de las empresas zombis, de las empresas mantenidas artificialmente, que pueden ser más del 10% en la actualidad. Entre ayudas públicas, proyectos fake y una financiación con intereses que tendían a 0 antes, muchos zoombies siguen por allí.

¿Cómo mejoramos la productividad de España?

El gobierno suele desviarse en el tiro. Por ejemplo, somos una potencia en ingeniería de agua, en empresas constructores, en trenes de alta velocidad. Hay que seguir potenciando eso. En materia energética hay que enfocarse en los próximos años y en los renovables. El proyecto de hidrógeno donde está bien. Hay que avanzar en activos intangibles y digitalización. Hay que gestionar mejor los fondos Next Generation UE, para que esa digitalización no se quede solamente en empresas digitales grandes sino en pequeñas y medianas empresas. Lo mismo en logística comercial. En la burocracia, hay que digitalizar la zona eficiente, evitar solapamientos, simplificar trámites y reducir el peso en los costes. Eso no significa reducir salarios, sino ver dónde se puede ser más eficiente con el mismo gasto. En cuanto a la industria, hay que tomar medidas para acelerar la descarbonización de los automóviles, con los eléctricos y los que usen energías renovables, por ejemplo.

¿En qué proyectos debería enfocarse el próximo Gobierno español?

Necesitamos un valiente para acometer las reformas que el país necesita para maximizar todo su potencial y crecer más fuertemente. En cuanto a las pensiones, hace falta un índice de solidaridad intergeneracional. Tú no puedes aumentar las pensiones al ritmo que han estado creciendo con un cálculo de la pensión con el de los últimos 15 años, que ha sido tan generoso. Hay que incentivar modelos alternativos y no solamente en el sistema público. Las empresas pueden generar sus propios planes de pensiones como complementos, para retener el talento. Pero en el mundo político no hay apetito para meterse en estos temas, porque son impopulares.

¿Y para corregir el tema salarial hay apetito?

Yo creo que eso se irá corrigiendo paulatinamente. A medida que entren las nuevas generaciones, las antiguas y las empresas van a tener que pagar más a sus empleados, ya que si no lo hacen vamos a tener en España un problema de recursos humanos enorme.

Marianela Palacios
Marianela Palacios
Periodista especializada en economía y finanzas con posgrados en Comercio Internacional y Ciencia Política.