domingo, 7 diciembre 2025

Fabiola Rivera, pediatra y neonatóloga:»El contacto piel a piel en la primera hora es medicina para el bebé y también para la mamá»

- Una pediatra y neonatóloga revela cómo vivir los primeros días con un bebé con más calma, vínculo y confianza.

Los primeros días con un bebé tienen algo de mágico y algo de caos. Se mezclan la ilusión, el sueño acumulado y ese miedo silencioso que nadie dice en voz alta… pero que todas las familias sienten. La Dra. Fabiola Rivera, pediatra y neonatóloga, lo entiende desde los dos lados: desde el consultorio y desde el corazón. En su conversación con el podcast Mamá Pediatra lo dijo sin rodeos: también ella, con toda su experiencia, vivió momentos duros cuando su hijo Tiago nació prematuro, a las 35 semanas.

“Fue todo un reto, incluso siendo neonatóloga cuando nació”, confiesa. Y ahí, justo ahí, es donde su voz suena más cercana: sabe lo que es acompañar a familias… y sabe lo que es estar en ese lugar.

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El contacto piel con piel: un refugio para el bebé, un cable a tierra para la madre

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El contacto piel con piel ayuda a estabilizar al recién nacido. Fuente: Canva

Rivera lo explicó con una claridad que desarma: el nacimiento es probablemente el momento más estresante de la vida de un ser humano. Por eso el contacto piel con piel no es un “detalle bonito”, sino una necesidad fisiológica y emocional.

Ese gesto tan simple baja el nivel de estrés del bebé, regula su respiración, estabiliza su ritmo cardíaco y sienta las bases de la lactancia. “Es superimportante para el inicio de la lactancia materna”, insiste.

Y añade algo que se nota que dice desde la emoción: ese momento también teje el vínculo afectivo que sostiene a la madre en esos primeros días donde todo se mueve.

¿Y el padre? Mucho más que un “ayudante”: es sostén emocional y aliado en la lactancia

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El apoyo emocional del padre marca la diferencia en los primeros días. Fuente: Canva

La doctora insiste en incluir al padre desde el minuto uno. En su clínica, incluso fomentan que ellos también hagan piel con piel. Pero su papel va más allá del contacto físico.

“Lo más importante del papá es darle tranquilidad a la mamá… decirle que lo está haciendo superbien”, explica.

Porque sí, la ansiedad, el miedo, los cambios hormonales… todo cae sobre la madre como una ola. Y un padre que abraza, acompaña y baja el ruido emocional, ayuda más de lo que imagina.

Además, puede involucrarse de forma práctica: observar el agarre del bebé, ayudar a corregir posturas y evitar que aparezcan heridas en el pecho. “Si se involucra, puede ser parte de esto”, recalca.

Tamizajes neonatales: pequeñas pruebas que pueden cambiar el futuro

Para Rivera, no hay discusión: los tamizajes deben hacerse. Sin dramatismos, pero con claridad. Explica que el auditivo es esencial porque no siempre es fácil detectar un problema a simple vista. El metabólico, por su parte, permite diagnosticar enfermedades serias —como el hipotiroidismo congénito— que requieren intervención temprana. También mencionó el tamizaje ocular y cardiovascular.

En resumen: son pruebas que no duelen, no tardan… y pueden marcar la diferencia en la vida del bebé.

El sueño del recién nacido: sí, es un caos (y es completamente normal)

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Cada bebé tiene su propio ritmo de sueño, sin reglas universales. Fuente: Canva

Aquí la doctora pone mucha calma. Nos recuerda que cada bebé es un mundo. Que no, no habrá horarios perfectos al mes. Y que es normal que duerman mucho… pero en ciclos cortitos. También que lleguen con el sueño invertido.

La explicación es casi poética: cuando la madre se mueve durante el embarazo, el bebé se acuna y duerme; cuando la madre descansa, el bebé se activa. Por eso nacen más “nocturnos”.

El llanto: cómo saber cuándo preocuparse

Rivera reconoce que los padres aprenden muy rápido a identificar el llanto típico —hambre, sueño, pañal…—. Pero hay una señal de alerta clara: el llanto que no calma.

Si después de cubrir lo básico sigue igual, puede ser un cólico o algo que merece una revisión.

Menos ruido, más instinto

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En uno de los mensajes más bonitos del episodio, la doctora invita a las madres a confiar en sí mismas:

“El instinto de una mamá es único… no escuchar tanto, no leer tanto. Tener confianza en que lo van a hacer.”

Y es que, en tiempos donde todo el mundo opina y las redes abruman, la intuición vuelve a ser un faro.

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