sábado, 22 noviembre 2025

Alberto Chicote (56), chef y estrella de la TV: «Pasé de 120 kilos a 78 sin mucho problema»

La transformación física de Alberto Chicote revela mucho más que un cambio de peso: muestra disciplina, resiliencia y la capacidad de reinventarse incluso en los momentos más exigentes, sin perder la energía que siempre lo caracterizó.

Los cambios físicos más profundos suelen llegar sin anuncios, en momentos en los que la vida toma un rumbo inesperado. En el caso de Alberto Chicote, aquel giro se presentó casi como una tarea más dentro de una agenda cargada de rodajes y proyectos. Lo que comenzó como un encargo televisivo terminó marcando una transformación que sorprendería a miles de espectadores.

A lo largo de los años, Alberto Chicote se acostumbró a convivir con un cuerpo que no sentía como un obstáculo. Trabajaba sin descanso y mantenía un ritmo que pocos podían seguir. Sin embargo, detrás de esa energía desbordante se escondía una historia que no siempre se contaba: la constancia, la prueba y error, y una claridad sorprendente para asumir que, aunque no se sintiera limitado, había decisiones que había postergado demasiado.

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Un cambio que comenzó como trabajo

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El chef y presentador recuerda que aceptó aquel programa casi sin pensarlo. Alberto Chicote asegura que lo vio como una tarea profesional, una más entre las tantas que llenan su agenda. Hasta ese momento, había vivido muchos años en torno a los 120 kilos sin sentir que aquello condicionara su día a día. Pero la televisión planteó un desafío: seguir una dieta, documentar el proceso y exponerse a una evolución frente a la audiencia. Y él, disciplinado como siempre, se puso manos a la obra.

El resultado fue inmediato. En pocas semanas, Alberto Chicote pasó de casi 119 kilos a poco más de 80. Con el tiempo, siguió afinando la rutina y llegó a rozar los 72. Su entorno incluso le pidió que frenara, que recuperara un poco de volumen. Encontró su equilibrio en torno a los 78 y, por primera vez, sintió que aquel número le hacía justicia. Mantenía ese peso, hacía ejercicio, comía bien y no vivía la alimentación como un sacrificio. Para él, comer sano era una forma natural de vivir.

Sin embargo, cuando parecía haber alcanzado su mejor versión, llegó un golpe inesperado: una diabetes tipo 2 que evolucionó en una tipo 1. Alberto Chicote lo cuenta sin dramatismo, con la sinceridad de quien ha aprendido a convivir sin quejarse. Mantenía el control, seguía las pautas médicas y continuaba con su ritmo habitual hasta que otro desafío apareció en escena: la apertura de su restaurante Omeraki. Sabía que el proyecto le exigiría dos o tres años de entrega absoluta.

Alberto Chicote: El desafío de sostener el equilibrio

Alberto Chicote: El desafío de sostener el equilibrio
Fuente: agencias

Entre grabaciones, gestiones y jornadas maratonianas, el ejercicio quedó relegado. Alberto Chicote reconoce que apenas tuvo tiempo para él mismo y que, sin darse cuenta, recuperó entre nueve y diez kilos. Hoy se mueve en torno a los 89 o 90 y tiene un objetivo claro: volver a los 78 antes de Navidad. Y lo dice sin arrogancia, pero con la firmeza de quien conoce su propio cuerpo mejor que nadie.

Volver a entrenar no le supone un esfuerzo desmedido. Alberto Chicote se ejercita en casa cuando el calor aprieta y sale a caminar por un pinar cercano cuando el clima acompaña. Su mujer, cuenta entre risas, es la encargada de sacarlo de la cama y marcar el ritmo. Él solo debe seguirla, paso a paso, sin dramatizar ni convertirlo en un sacrificio.

Aunque reconoce que cargar con 120 kilos era otra historia y que ahora se fatiga menos, insiste en que nunca sintió que su peso frenara su vida. Alberto Chicote siempre fue un hombre vital y enérgico, capaz de trabajar al límite y de mantener un ritmo que muchos jóvenes no alcanzaban. Aun así, admite que se equivocó al no haber tomado decisiones antes, incluso si en aquel momento no percibía ninguna urgencia.


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