La periodista Pilar Eyre salió aplaudida anoche de los madrileños Cines Callao tras haber presentado el primer capítulo de la serie de RTVE ‘Ena’, que adapta su novela sobre la mujer de Alfonso XIII, María Eugenia de Battenberg.
La serie histórica, impulsada por el productor Javier Olivares y que se estrenará próximamente en La 1 y RTVE Play, tiene elementos interesantes, véanse la recreación del atentado fallido de Mateo Morral —al que lamentablemente Eyre y Olivares matan fantasiosamente a manos anarquistas— o el recuerdo del exótico concurso popular que ABC realizó en 1905 para encontrarle novia al bisabuelo de Felipe VI.

Es cierto que en el primer capítulo de ‘Ena’ se barrunta que, aun siendo una formidable producción, no será una serie redonda. Pero sí que lo fue la presentación de Eyre que, con gran ironía, trazó paralelismos entre el rey que partió al exilio ante el advenimiento de la II República y su nieto Juan Carlos de Borbón.
El emérito está, de nuevo, en boca de todos tras la publicación de su libro ‘Reconciliación’, en el que celebra los 50 años de la muerte del sangriento Francisco Franco de manera victimista y carente de autocrítica.
En su texto, Juan Carlos no se atreve a reconocer que sigue viviendo en una lejana teocracia autoritaria, con el oscuro objetivo de no devolver vía fiscal a España parte de su sombría fortuna. Un rey caído que ha sido testigo de cómo su hijo, Felipe VI, renunciaba a su herencia y cortaba los lazos con él, en un gesto que recuerda al que, en su día, Juan Carlos tuvo con su propio padre para ganarse la simpatía de Francisco Franco, del que ‘Campechano’ parece guardar un entrañable recuerdo.
El emérito apenas conserva dos defensores visibles: la revista ¡Hola! de los Sánchez Junco y el periodista Jaime Peñafiel. El resto de los medios monárquicos, que son prácticamente todos, han olvidado sus cómplices silencios pretéritos a favor de Juan Carlos. Curiosamente, esos mismos medios envuelven en silencios los escándalos de Letizia Ortiz.
La polémica sobre la monarquía ha llegado también al campo de la opinión política y literaria. El escritor José Antonio Zarzalejos, que se mostró cómplice del actual jefe de Estado en su libro ‘Felipe VI, un rey en la adversidad’ (2022), ha intensificado su «amor» por el hijo de Juan Carlos de Borbón con ‘La huella de Sánchez’, que es un texto de virulento antisanchismo.
A falta de prensa republicana de izquierdas, no esperen nada del republicanismo de salón de El País o eldiario.es, solo quedan los titulares fluorescentes de ElNacional.cat o los ultraderechistas influencers de Vox, que han renombrado al rey Felipe VI como «Felpudo VI» simplemente porque cumplió con su obligación al firmar la amnistía.
Estos últimos critican la visita del monarca a China, país que tanto incomoda a los autodenominados «patriotas» españoles tan proyankees, o su posicionamiento contra Israel por el genocidio que ha perpetrado contra el pueblo palestino.
HERIDAS MEDIÁTICAS, DENTRO Y FUERA DE LA MONARQUÍA
La denuncia de los crímenes de Israel, a pesar de ser un acto de justicia, también le ha costado la cabeza al director de la BBC y a un periodista italiano que osó preguntar si Israel iba a pagar la reconstrucción de Gaza. En medio de todo esto, las redes sociales y las plataformas de vídeo, como YouTube, han optado por borrar miles de horas de contenido que mostraban las atrocidades realizadas por los socios de Estados Unidos.
En favor de Palestina no salieron ni el PP madrileño ni Vox, y hasta iconos progresistas como Rosalía solo lo hicieron por obligación. La cantante catalana visitó este lunes ‘La Revuelta’ —que batió récords de audiencia pese a los buenos datos de ‘El Hormiguero’ con Andy— y visitará al showman americano Jimmy Fallon, tras haber iniciado su tour mediático de forma ‘pirata’ en Callao y de modo glamouroso en Prisa, que le ha puesto la alfombra roja de Los 40 Awards, el morning show ‘Anda Ya!’ y El País Semanal, con sensual portadón y quince páginas interiores.
En la editora de El País y la SER se vuelcan con Rosalía, al igual que con el Fiscal General del Estado, quien debería dimitir por muchas razones, pero no por una filtración de la que no existen pruebas. Aun así, caerá para alegría de los periodistas que dan lecciones a pesar de los bulos que soltaron en favor del novio de Isabel Díaz Ayuso, que ya acabó tirando por el balcón político a Pablo Casado cuando saltó la polémica de su hermano y terminará por tumbar a Álvaro García Ortiz tras salir a la luz el escándalo de Alberto González Amador. Ver para creer.







