Como es habitual cada cierto tiempo, Apple actualizó su lista de productos obsoletos y vintage, una categoría que marca el final definitivo del soporte técnico y de las reparaciones oficiales. Entre los modelos que se despiden aparecen tres portátiles muy representativos: uno icónico, que abrió la puerta del ecosistema a miles de usuarios, y dos sumamente cuestionados que colocaron a la compañía bajo una fuerte lupa crítica.
La noticia también alcanza a un cuarto dispositivo, el iPhone 8 Plus, que por ahora permanece en la categoría de “vintage”, aunque se encuentra en la antesala de perder cualquier tipo de soporte. Se trata de una actualización de Apple con fuerte carga simbólica, pues encierra aciertos históricos, errores de diseño y decisiones estratégicas que marcaron la última década de la empresa.
1El adiós definitivo al MacBook Air de 11 pulgadas

El más recordado de los productos que Apple incluyó en su lista de obsoletos es el MacBook Air de 11 pulgadas, un portátil que se lanzó en 2010 y que desde su llegada representó un cambio de paradigma en el mercado. Con apenas 1,08 kilos de peso y un grosor de 1,7 centímetros en su parte más ancha, se transformó en el portátil ultraligero que muchos esperaban.
En su momento, competía con los netbooks, dispositivos muy populares por su tamaño reducido y bajo costo, pero que no podían ofrecer un rendimiento fluido. La diferencia fue que el Air de 11 pulgadas adoptó el SSD como almacenamiento base, lo que le otorgó una velocidad de inicio y de ejecución muy superior a la media. Así, se convirtió en la puerta de entrada a la marca para estudiantes, profesionales jóvenes y usuarios que querían un ordenador compacto y accesible sin renunciar a la calidad de construcción.
Aunque fue un modelo muy querido, Apple dejó de venderlo en 2015 para enfocar su estrategia en el MacBook Air de mayor tamaño. La decisión no estuvo acompañada de una verdadera actualización tecnológica, y poco después la empresa apostó por el MacBook de 12 pulgadas, que introdujo la pantalla Retina, pero no logró convencer ni en rendimiento ni en conectividad. De esta forma, el pequeño de 11 pulgadas quedó relegado a un recuerdo nostálgico y, ahora, oficialmente, a la lista de productos obsoletos.