La existencia en la corte nunca ha sido fácil; sin embargo, el último regreso de Lorenzo transforma los pasillos de La Promesa en un hervidero de sentimientos contradictorios, en un entramado de delicadas tensiones políticas, de dramas íntimos que se ven envueltos en un caos incesante. La vuelta del capitán de la Mata no solo cristaliza viejas heridas, sino que podría acabarse con la equilibrada tierra de nadie que, a duras penas, se había podido encontrar.
2AMORES PROHIBIDOS Y SECRETOS AL DESCUBIERTO

No todo lo que sucede en palacio es miedo y estruendo. Entre las paredes de La Promesa germinan también pasiones inesperadas, tantas que parecen ser extraídas de un susurro de alcoba. Leocadia y Cristóbal, lejos de las penas que afectan a Curro y a marqués, viven su pequeño momento de felicidad clandestina.
Lo que comenzaba siendo una ligera tensión se ha hecho estallar en un romance en «La Promesa», en una historia que desafió la existencia de cualquier tradición y las jerarquías de la casa. La irrupción del mayordomo en la habitación de la señora de Figueroa para compartir un instante de intimidad ha descolocado a todos: nadie se lo esperaba, pero nadie podrá eludir lo que eso significa.
Ese amor prohibido es un símbolo del cambio de época de ese palacio en el que las pasiones empiezan a imponerse a las costumbres. Las pasiones de Leocadia y Cristóbal no solo desafían las costumbres, sino que también dejan claro que las y los sirvientes comparten mucho más de lo que parece. En una intimidad furtiva se entrevé una ruptura de las rígidas fronteras sociales por las que el palacio es conocido, lo que podría desembocar en escándalos o bien en nuevas alianzas insospechadas.