En verano, muchas ciudades se vacían de coches, pero otras, atraídas por el turismo, se colapsan hasta la exasperación. Para combatir esos embotellamientos, la DGT baraja propuestas destinadas a descongestionar vías, tanto en temporada alta como durante el resto del año. Sin embargo, algunas de esas ideas amenazan con convertirse en un esfuerzo colectivo que podría pasar factura en el bolsillo de los conductores.
Con medidas que van desde imponer cuotas a visitantes foráneos hasta restringir el acceso según ocupación, la prioridad de la DGT choca con la practicidad diaria. Porque, aunque aplaudamos menos atascos, no conviene olvidar que todo tiene un precio: ya no solo en tiempo, sino también en tarifas y limitaciones que pronto podrías sentir en tu cartera.
8Desafíos de la implantación tecnológica

Instalar cámaras térmicas y paneles digitales requiere fondos y tiempo de ejecución. Los sistemas deben probarse, calibrarse y mantenerse, lo que implica un coste operativo que la DGT debe contemplar.
Además, hay retos técnicos: la detección automática de ocupantes debe lidiar con climatología adversa, tapaduras de lunas y variaciones de temperatura. Cada error de lectura puede traducirse en sanciones injustas, generando desconfianza que la DGT debe gestionar con transparencia y pruebas de fiabilidad.