La ficción histórica española vuelve nuevamente a mostrar su talento para traer giros inesperados y momentos que dejan al público sin aliento. La Promesa arranca este mes de mayo con un verdadero milagro narrativo: la recuperación de Eugenia, un personaje clave de la historia cuyas apariciones devuelven el pulso a la familia Luján.
Lo que parecía una historia cerrada —Eugenia encerrada en un sanatorio, su salud mental considerada un hecho perdido— será el inicio de una inusual dinámica llena de tramas, secretos y alianzas inesperadas.
1EUGENIA, ¿MILAGRO O AMENAZA?
El regreso de Eugenia a La Promesa y su recuperación, aun cuando se daba por improbable por parte de médicos e incluso de su propio marido Lorenzo, constituyen, por ello, el acontecimiento de la temporada, que a la familia Luján les sumerge, indudablemente, entre la alegría y la desconfianza; celebración de los Luján por la lucidez de Eugenia, el agradecimiento a don Alfredo, el Conde de Ayala, que lleva a la emoción del último, por otro lado, la incapacidad de Lorenzo de aceptar la recuperación de su mujer; para él, esta recuperación es pura actuación, una máscara tras la cual podrían esconderse peligros insidiosos.
La gran incógnita que sobrevuela la mansión es sencilla, sí, pero aterradora: ¿sabe Eugenia de la verdad sobre Cruz y todo lo acontecido durante su latencia?, que la tranquilidad extraña y las palabras medidas de Eugenia inquietan sobremanera a Alonso y a Leocadia, a quienes se les aterra pensar que en cualquier momento podría llegar a estallar un escándalo irreversible. Por su parte, Curro vislumbra una oportunidad única: si Eugenia recuperó su memoria, tal vez también ella pueda ayudarle en la reconstrucción de su propia historia por fragmentos.
Pero el comportamiento de Eugenia no deja de ser un acertijo. Por un lado, ella despliega una lucidez meridiana que aturde a quienes la evocan inmersa en la confusión. Por el otro, sobrevuelan por la mirada y las pausas de Eugenia, sugiere que esconde algo. ¿Está totalmente recuperada o solo se limitaría a hacer la interpretación magistral de su vida? Lorenzo, cegado en su afán por demostrar su teoría, podría tirarse a una investigación que, lejos de darle la razón, acabe por revelar verdades que él mismo se ha empeñado por ocultar.
El fenómeno de su regreso va más allá, por tanto, de lo personal; es una cuestión de poder. Si Eugenia deja claro que está plenamente capacitada, Lorenzo tiene que estar muy atento al modo en el que ve tambalearse su control respecto de la fortuna de la familia. Y, añadido el Conde de Ayala como posible aliado de Eugenia, los Luján tienen que estar preparados para una posible lucha interna que podría dividir a la familia en dos bandos irreconciliables.
