¿Vas a enviar trabajadores a Francia? Consejos legales a tener en cuenta

Francia ha sido, desde hace décadas, un país con una gran oferta de trabajo cualificado y no cualificado para los empleados españoles. Precisamente por esto, son muchas las empresas nacionales que eligen enviar a su plantilla a trabajar una temporada más allá de nuestras fronteras debido a las oportunidades y a los interesantes salarios que se ofrecen en el país vecino.

Sin embargo, el hecho de trabajar fuera está asociado a algunos condicionantes legales que hay que tener en cuenta para que todo el trabajo y los ingresos queden registrados de la manera correcta. Y estos son los principales motivos de consulta que reciben los abogados desplazamiento de trabajadores, que ayudan a estos profesionales y compañías a regularizar su situación.

¿Qué cosas hay que tener en cuenta a la hora de firmar un acuerdo que suponga desplazar trabajadores a francia? Letrados especialistas en este sector del derecho establecen una serie de mínimos que toda empresa que quiera enviar a sus asalariados a la nación vecina debería tener en cuenta en estos escenarios.

Trámites previos

Aunque España y Francia forman parte de la Unión Económica Europea y, por tanto, existen muchísimas facilidades para el flujo libre de los trabajadores, una persona no se puede ir a la ligera a desempeñarse en una localidad francesa, sobre todo si sigue dependiendo de una entidad española.

Antes de ello, es aconsejable realizar una serie de pasos previos que aseguren que ese periodo va a cotizar para el futuro, etc. Es lo que se conoce como los trámites de desplazamiento de trabajadores.

Precisamente por ello, es importante trasladar a las autoridades españolas la existencia de un encargo debidamente justificado fuera o la intención de firmarlo en fechas próximas. Del mismo modo, habrá que informar en Francia sobre este periodo de trabajo allí, para que ambas Administraciones registren correctamente la actividad.

Este paso es de vital relevancia para evitar pérdidas patrimoniales o incluso sanciones tanto para las empresas como para los propios asalariados, por lo que conviene contar con un equipo legal especializado habituado a realizar estas gestiones.

No hacer estos trámites previos de un modo correcto puede suponer sanciones de hasta 8000 euros por cada empleado enviado a trabajar en el extranjero.

Ajustarse a la norma francesa

Al desempeñarse en otro país —y pese a pertenecer a una empresa española—, los trabajadores deben adaptarse a las normas de la nación vecina.

En este caso, se requiere la designación de un representante, que pueda ser requerido por las autoridades competentes para responder en nombre de la empresa en Francia. En muchos casos, los equipos legales especializados cuentan con personal que puede desempeñar esa labor para sus clientes.

Más allá de esto, la empresa española deberá adaptarse a otros asuntos como el salario mínimo, que en Francia es superior, la jornada laboral de 35 horas o el cómputo de horas extras de cada minuto que se eche de más.

Teniendo todo esto en cuenta, las empresas españolas pueden tener la seguridad de desplazar a sus trabajadores a Francia para beneficiarse de la gran demanda de trabajadores españoles y todo lo positivo que esto implica sin asumir riesgos innecesarios.