La AIE se desdice y ahora vaticina un déficit en el mercado de petróleo

El tira y afloja sobre el futuro del crudo que mantienen la Agencia Internacional de la Energía (AIE) y la Organización de Países Productores de Petróleo (OPEP) sigue siendo un careo entre dos púgiles timoratos que no deciden su estrategia en el ring. La AIE, después de echar por tierra las previsiones de escasez de la OPEP para 2024 -y que el propio cártel parece respaldar tácitamente restringiendo la produccióndice ahora que sí es posible que se de un «ligero déficit» en el abastecimiento de la materia prima.

La AIE ha tenido que corregir sus análisis previos a consecuencia, precisamente, de la tozuda política de recortes de producción de la OPEP, dirigida a detener la desvalorización del ‘oro negro’. En su boletín petrolero del mes de marzo, la agencia con sede en París ha revisado al alza su estimación de consumo mundial de crudo en 110.000 barriles diarios, hasta 1,3 millones de barriles al día (mb/d), en contraste con el aumento de 2,3 mb/d estimado para 2023.

En este sentido, destaca el efecto positivo sobre la demanda del mayor consumo del combustible marítimo (bunker fuel) como consecuencia de las interrupciones comerciales por la crisis del mar Rojo, que ha llevado a alargar las rutas marítimas.

EL PETRÓLEO VUELVE AL REDIL

No obstante, la AIE subraya que la desaceleración del crecimiento económico, ya evidente en los datos recientes, significa que el consumo de petróleo «vuelve a su tendencia histórica», después de varios años de volatilidad por el rebote pospandemia.

«Una perspectiva económica más débil modera aún más el uso de petróleo, al igual que las mejoras en la eficiencia y el aumento de las ventas de vehículos eléctricos», resume la AIE, que espera que el crecimiento del consumo seguirá estando fuertemente sesgado hacia los países no pertenecientes a la OCDE, incluso cuando el dominio de China se desvanezca gradualmente.

En cuanto al crecimiento de la oferta de petróleo, la AIE considera que el aumento de los países ajenos a la OPEP+ eclipsará la expansión de la demanda de petróleo por cierto margen, con Estados Unidos a la cabeza, junto con récords de bombeo de Guyana, Brasil y Canadá, lo que se traducirá en un incremento de 1,6 mb/d en 2024, en comparación con los 2,4 mb/d del año pasado.

LA AIE CAMBIA SU PREDICCIÓN, QUE PASA DE SUPERÁVIT A UN «LIGERO DÉFICIT» A CAUSA DE LOS MÁS QUE PROBABLES RECORTES VOLUNTARIOS DE LA OPEP+ A LA PRODUCCIÓN DE PETRÓLEO

Asimismo, se espera que Irán, que el año pasado fue la segunda mayor fuente de crecimiento de la oferta del mundo después de Estados Unidos, aumente la producción en otros 280.000 barriles diarios este año, mientras que la AIE asume en este boletín que la OPEP+ mantendrá los recortes voluntarios para el año.

De tal modo, pronostica que la oferta global de crudo para 2024 aumentará en 800.000 barriles diarios, hasta 102,9 mb/d, incluido un ajuste a la baja de la producción de la OPEP+. «Sobre esa base, nuestro balance para el año pasa de un superávit a un ligero déficit», concluye la agencia.

TOMA Y DACA ENTRE LA AIE Y LA OPEP

En su informe mensual de enero, la Agencia Internacional de la Energía (AIE) consideraba que los mercados mundiales de crudo permanecerían «razonablemente bien abastecidos» este 2024, a menos que se produzcan disrupciones inesperadas en el suministro. De este modo, el organismo desmontaba por completo las previsiones realizadas un día antes por la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), que auguraban un exceso de demanda de 2,2 mb/d.

El cártel del crudo parecía dar implícitamente la razón a la agencia reafirmando en sucesivas ocasiones las restricciones voluntarias a la producción, que se mantienen a día de hoy. Contradiciendo su discurso oficial, la estrategia de la OPEP y sus socios se dirigía -y dirige- a evitar un excedente en la oferta global del crudo. Incluso las decisiones internas de los países integrantes de la organización tomaban esa dirección: tómese como ejemplo los topes impuestos por Arabia Saudí a su petrolera estatal, Aramco.

Finalmente, esta política ha surtido efecto y la AIE ha tenido que rendirse a la evidencia: que la OPEP aún tiene suficiente poder sobre el mercado para forzar el cumplimiento de sus propios vaticinios.