«El hueso es uno de los lugares más comunes de las metástasis de los cánceres sólidos avanzados. De hecho, se producen entre en un 65 a un 80% de los pacientes con cánceres de próstata o mama y, entre el 40 al 50% de los pacientes con cáncer de pulmón», puntualiza el Dr. José Tabuenca, jefe del Servicio de Traumatología del Hospital Universitario Quirónsalud Madrid.

El dolor es el principal síntoma que muestran los tumores óseos, tanto si son benignos como malignos. Este dolor incluso en tumores benignos se da debido a la fragilidad mecánica que ocasiones en el hueso, «máxime si se rompe por la compresión de estructuras anatómicas vecinas. En algunos casos, como el de los osteomas osteoides es tan característico que orienta el diagnóstico cuando se presenta en pacientes jóvenes. Es un dolor continuo, intenso, agudo y lancinante capaz de despertar de su sueño al paciente. En los tumores malignos el dolor suele ser de intensidad progresiva, rebelde a los analgésicos convencionales y cada vez más invalidante», abunda el Dr. Luis Ramos.

En los tumores óseos existen dos categorías principales: «Los primarios que se generan sobre hueso sano y los secundarios (habitualmente malignos) que lo hacen sobre una lesión previa que puede ser muy variada: un tumor benigno, un hueso irradiado o una enfermedad ósea no tumoral», también son tumores óseos secundarios las metástasis que serían, «tumores óseos malignos originados en otro lugar (óseo o no) que se han extendido por vía sanguínea».

El manejo de los tumores óseos es difícil y complejo debido a dos motivos: el primero es su relativa baja frecuencia (la de los tumores óseos malignos primarios), lo que justifica la obligación de su manejo en centros especializados; el segundo, es que su forma de presentación y tratamiento son muy diferentes según cada caso y cada paciente. «De forma general los tumores óseos benignos asintomáticos y que no fragilizan el hueso, se vigilan. Los benignos asintomáticos, se operan. Los malignos primitivos no hematológicos también se tratan quirúrgicamente con tratamientos complementarios que suelen incluir quimioterapia o radioterapia. Los malignos primarios hematológicos se tratan con quimioterapia y radioterapia con participación ocasional del cirujano ortopédico para prevenir o tratar complicaciones. Finalmente, el tratamiento de las metástasis óseas puede ser quirúrgico, radioterápica, quimioterápico», analiza el Dr. Tabuenca, que abunda que por esta variabilidad «es importante individualizar el tratamiento y decidirlo en comités multidisciplinarios en los que participan diferentes especialistas. En la actualidad existen escasos comités multidisciplinares de esta clase en la medicina privada. En el Hospital Universitario Quirónsalud Madrid podemos prestar ayuda a cualquier servicio de Traumatología o de Oncología que quiera someter a sus pacientes al análisis de un comité multidisciplinar».