El pan duro es la demostración de que la necesidad es la madre del ingenio. Hemos conseguido integrarlo en nuestra gastronomía, empezando por las fantásticas torrijas de Semana Santa y también en otras muchas recetas de cocina; pero aun así hay un problema que nos sigue acechando: ¿hay alguna forma de recuperarlo y devolverle su frescura original?
Olvídate de remedios absurdos y soluciones decepcionantes, ya que te vamos a desvelar el mejor truco para hacer que el pan duro parezca recién hecho, incluso si es de hace varios días. Un método sencillo, eficaz y que además te permitirá ahorrar unos euros en la cesta de la compra.
1EL PAN ES TAN IMPRESCINDIBLE COMO PERECEDERO
En la vida cotidiana, el pan es un alimento fundamental que forma parte de muchas comidas y bocadillos, algo que hace que sea un producto estrella en tu supermercado de confianza. Sin embargo, uno de los inconvenientes más comunes es su tendencia a ponerse duro con el tiempo. ¿El motivo? Pues se debe a varios factores, entre los que destacan la evaporación de la humedad presente en el pan y los cambios en su estructura interna.
Cuando se expone al aire, la humedad se evapora gradualmente, lo que causa que el pan se vuelva seco y pierda su textura tierna. Además, los almidones presentes en el pan pueden retrogradar, es decir, reorganizarse y volver a formar cristales, lo que también contribuye a su endurecimiento. Estos procesos naturales ocurren más rápido en panes sin aditivos o conservantes, lo que explica por qué el pan casero o fresco se endurece más rápidamente que el industrial.