miércoles, 11 diciembre 2024

Las ‘big four’ afrontan de la peor forma su nueva crisis reputacional

Las ‘big four‘ afrontan una de sus peores crisis reputacionales con la redada de la Inspección de Trabajo. Hasta ahora, Deloitte, KPMG, EY y PwC se habían visto salpicadas o directamente afectadas por sonoros casos ajenos a sus supuestas malas prácticas empresariales internas. Desde el escándalo de Enron, del cual se cumplen 23 años en junio de este año, el papel de las auditoras se ha visto gravemente empañado.

Responder correos electrónicos fuera del horario laboral no corresponde con las medidas para favorecer la conciliación

En el 2000, el club de las ‘big four’ se hacía llamar ‘big five’, al contar con la extinguida Arthur Andersen tras destaparse uno de los mayores fraudes financieros que afectaron especialmente a trabajadores y fondos de pensiones de funcionarios. La auditora controlaba sus cuentas, pero nadie dio aviso de que sus activos estaban inflados. Enron trató de diversificar su negocio jugando en Bolsa y en el negocio de los seguros.

El pago de sobornos para conseguir contratos y encubrir las pérdidas a través de sus filiales provocaron la ruina total de una empresa que se había disparado como un cohete. Llegó a ser la séptima compañía con mayor valor bursátil. En lo que se refiere a la auditora, Arthur Andersen fue condenada en primera instancia judicial y absuelta después por la Corte Suprema. Sin embargo, el daño reputacional fue tal que ya había casi quebrado con el fallo dado a conocer en 2005.

LAS ‘BIG FOUR’, ENVUELTAS EN ESCÁNDALOS FINANCIEROS Y AHORA EN MALA PRAXIS INTERNAS

En España, los escándalos salieron a la luz durante la recesión de 2008 y una crisis financiera, social y de confianza en los auditores. En el caso de KPMG, la auditora no descubrió los graves problemas de la Caja de Ahorros del Mediterráneo (CAM); Deloitte tampoco avisó de los de Bankia, Novacaixagalicia ni Catalunya Caixa; PwC no emitió informe alguno sobre los graves problemas de Banco Popular. Todas estas entidades han terminado en manos de otros bancos.

En Alemania, E&Y se enfrenta a una crisis reputacional sin precedentes tras no avisar del fraude de WireCard, sucedido hace apenas un año y medio. De hecho, el Budestag aseguró que la auditora ignoró todas las señales de alarma. De hecho, Commerzbank, el banco estatal KfW y la gestora DWS han prescindido de sus servicios.

La redada llevada a cabo por la Inspección de Trabajo en las sedes de estas ‘big four’ no se centra en la falta de vigilancia a la hora de estudiar y examinar las cuentas de las compañías, sino en las jornadas maratonianas de sus profesionales, la inmensa mayoría recién licenciados en las carreras más complejas.

Los funcionarios llevan meses tras esta supuesta mala praxis, que socava la reforma laboral e iría en contra del propio Estatuto de los Trabajadores. Cabe recordar que no ha habido denuncia previa y se ha actuado de oficio, pero sólo en las sedes de Madrid, sin que se haya entrado en las cientos de oficinas que tienen repartidas por el resto de España. En Barcelona, las sedes no tienen por qué envidiar a las oficinas de la capital al estar situadas en las mejores zonas, como en la Avenida Diagonal, junto al exclusivo barrio de Sarriá.

LAS ‘BIG FOUR’ OPTAN POR EL SILENCIO Y DEJAR MORIR EL ASUNTO

Pese a estas publicaciones, las ‘big four‘ han optado por afrontar de la peor forma posible su crisis reputacional: el silencio. Expertos en comunicación aseguran que existen varias formas de encauzar una grave situación. La primera es afrontarlo y con la máxima autoridad posible para dar las oportunas explicaciones, evitando así que se imponga un discurso sobre otro. Un claro ejemplo de ello es el de Porcelanosa. El presidente de Ucrania, Volodomir Zelensky, la señaló como una de las empresas que aún hacía negocios en Rusia dos meses después de iniciarse la invasión a su país.

La empresa valenciana salió al paso rápidamente, desmintiendo así toda acusación. No tardó ni cuatro horas en hacerlo. «Han dado mal los papeles a Zelenski, no tenemos inversiones en Rusia», afirmó la compañía en su tajante comunicado. El caso, como ahora el de las ‘big four’, ha llegado a numerosos medios de comunicación nacionales, pero también internacionales, incluido el Financial Times, el más prestigioso del mundo.

PwC criticó que no computaran las horas de café
PwC criticó que no computaran las horas de café

Estas oportunas explicaciones han dado sus frutos y de forma muy positiva. Los clientes no tuvieron tiempo de pensar en anular pedidos, más cuando el argumento de la compañía no sólo fue veraz, sino también verificado. No mintió en modo alguno, afrontó la situación desde lo más alto de la cúpula y recibió el aplauso del público. Toda una lección de cómo se gestiona una crisis reputacional. Para ello, la valenciana optó por salir al paso de forma urgente, dio acceso a través de todos los canales para poder preguntar y se desnudó ante la prensa. Un ejemplo claro de éxito y que se suele a sacar a colación en conferencias y charlas.

LAS BIG FOUR, SIN MORAL PARA HABLAR DE CONCILIACIÓN FAMILIAR

Por contra, las graves acusaciones de la Inspección de Trabajo sobre las ‘big four’ han tenido el efecto contrario en estas compañías. Este tipo de empresas, como muchas otras, se enfrentan a una crisis de palabra. «Dicen públicamente lo que hacen, pero internamente pueden mostrar sus costuras», ha indicado Alberto Gómez, asesor de comunicación y con experiencia en crisis reputacionales.

«La recomendación ante este tipo de casos pasa por salir lo antes posible a dar la cara y con el mayor rango empresarial posible», ha afirmado. «Muchas veces, las empresas o administraciones optan por otro tipo de estrategia de comunicación para defender los intereses o aclarar su postura», ha indicado. Con esta segunda vía, se corre el riesgo de que la primera versión sea cada vez más creíble e incluso que haya clientes que opten por dejar de contratar a la compañía ante estas supuestas malas praxis. Como ejemplo de ello, es el de EY en Alemania, que sin ser condenada ha caído en desgracia en el sector financiero.

«Ningún consultor recomienda guardar silencio», ha apuntado. De hecho, la redada en Madrid ha pillado por sorpresa a numerosos trabajadores de las ‘big four‘ al haberse enterado por la prensa. Según ha podido recabar MERCA2, no ha habido nota interna ni tampoco avisos a los empleados.

«No sólo es poner negro sobre blanco las iniciativas para conciliar la vida laboral y familiar, que son bienvenidas, pero hay que demostrarlas después», ha asegurado. «Es muy fácil para una empresa decir que favorece la conciliación de todos sus trabajadores», ha sostenido, pero hay que «demostrarlo luego».

LA MALA PRAXIS DE LAS BIG FOUR, COMPARABLE CON EL GREENWASHING

No es el primer ni el segundo ni el tercer caso en el que una empresa ha alentado buenas políticas de conciliación ha mostrado sus costuras y no lo ha llevado a la práctica. «Es el mismo caso que la sostenibilidad», ha comparado. Y es que, la mayoría de empresas se ha posicionado a favor de políticas para reducir emisiones y favorecer al medio ambiente, pero la realidad es muy distinta. Los casos de ‘greenwashing’ están a la orden del día y los suelen cometer grandes empresas.

Para Gómez, los planes de Igualdad mostrados por las ‘big four‘ no logran su cometido, más cuando son las propias empresas las que se oponen al control de horarios. Cabe recordar que la patronal del sector se posicionó a favor de una jornada laboral de 12 horas e incluyó en la propuesta calificar a los sábados como día laborable. Las críticas y paros de los trabajadores obligó a recular, pero ya dejó clara su intención.

«Ni hay que exagerar ni alardear más allá de lo que puedes demostrar porque puedes encontrarte con alguien que verifique tus palabras», ha recordado. «Hay que aplicar más la honestidad», ha destacado. «Responder correos electrónicos fuera del horario laboral no corresponde con las medidas para favorecer la conciliación», ha remachado. «La postura no queda del todo clara», ha criticado con vehemencia.


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