El Banco Mundial advierte del riesgo de recesión como consecuencia de la agresiva política monetaria de los bancos centrales, así como de una prolongación de la invasión de Rusia a Ucrania o una inflación más elevada de lo previsto, entre otros motivos. En caso de producirse la recesión, sería la primera vez desde la II Guerra Mundial que se producen dos frenazos económicos mundiales en una misma década.
Para Europa, considera que una contienda más intensa en Ucrania provocará un coste humanitario, daño económico y ambiental significativamente mayor, así como un grave riesgo para el comercio y la inversión internacionales. Además, ha alertado que la producción de la industria podría contraerse si la crisis energética se profundiza, provocando así una recesión en la Eurozona y aún mayor en Rusia.
Sería la primera vez en más de 80 años que se producen dos recesiones mundiales en la misma década
En este sentido, ha avisado del endurecimiento de las condiciones financieras globales y de los riesgos que plantea el fortalecimiento del dólar estadounidense, especialmente en los países más endeudados. Y es que, éstos han tenido que incrementar los intereses de las emisiones para poder despertar a la demanda. En el caso del Tesoro español, la última subasta se ha saldado con un aumento de los tipos del 21%.
LAS PREVISIONES DEL BANCO MUNDIAL SON MUY NEGATIVAS
Las previsiones del Banco Mundial son muy negativas para el conjunto de la economía, con una crecimiento de sólo el 1,7% frente al 3,7% anterior, una caída abrupta del ritmo de ascenso, debido especialmente a la década del dinero fácil que han facilitado los bancos centrales, como la FED, el BCE, el Banco de Inglaterra o el de Japón. Todos ellos llevaron el precio de sus respectivas divisas a tipos nulos e incluso en negativo durante años para dinamizar la economía. Sin embargo, la medida inundó de liquidez el sistema y ahora tratan de retirarla para contener la inflación galopante.
«El crecimiento mundial se está desacelerando marcadamente debido a la elevada inflación, el aumento de las tasas de interés, la reducción de las inversiones y las perturbaciones causadas por la invasión de Rusia a Ucrania», ha destacado la institución. Al mismo tiempo, ha advertido de la «frágil situación económica». Y es que, cualquier deterioro, como una inflación más alta de la prevista, aumentos abruptos de la tasa de interés para contenerla, una ola más fuerte de la pandemia o una intensificación de las tensiones geopolíticas podrían empujar a la economía mundial a la recesión.
«Sería la primera vez en más de 80 años que se producen dos recesiones mundiales en la misma década», ha alertado. Para este año, el crecimiento será del 1,7%, mientras que el 2024 el incremento del PIB será del 2,7%. «La fuerte desaceleración del crecimiento será generalizada: los pronósticos se corregirán a la baja para el 95% de las economías avanzadas y para casi el 70% de los mercados emergentes y las economías en desarrollo (MEED)», ha incidido el informe.
LA RECESIÓN ACECHA A LAS ECONOMÍAS AVANZADAS
Para las economías avanzadas, donde se encuentra España, el crecimiento caerá drásticamente del 2,5% en 2022 al 0,5% en 2023. «En las últimas dos décadas, las desaceleraciones de esta magnitud han sido la antesala de una recesión mundial», ha analizado.
«En Estados Unidos, el crecimiento caerá al 0,5% en 2023», un 80% inferior a los anteriores pronósticos, 1,9 puntos porcentuales por debajo de los pronósticos anteriores y el desempeño más deficiente fuera de las recesiones oficiales desde 1970. En 2023, se espera la Eurozona no registre crecimiento, lo que representa una revisión a la baja de 1,9 puntos porcentuales. China crecerá un 4,3%, es decir, 0,9 puntos por debajo de los pronósticos anteriores.
«La crisis que enfrenta el desarrollo se está intensificando a medida que las perspectivas de crecimiento mundial se deterioran», ha sostenido David Malpass, presidente del Grupo Banco Mundial.
LA PREOCUPANTE RECESIÓN EN LOS EMERGENTES
«Los países emergentes y en desarrollo se enfrentan a un período de varios años de crecimiento lento impulsado por una pesada carga de la deuda y escasas inversiones; al mismo tiempo, el capital mundial es absorbido por las economías avanzadas que enfrentan niveles de deuda pública extremadamente altos y tasas de interés crecientes», ha advertido el mandatario. En el caso de España, la deuda alcanza ya el 111% del PIB, mientras desde el Gobierno e incluso el Banco de España se niega la entrada en recesión.
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En este frenazo económico, la demanda externa será considerablemente menor, «agravada por la elevada inflación, la depreciación monetaria, condiciones de financiamiento más restrictivas y otros factores adversos internos».
LA ELEVADA INFLACIÓN METERÁ EN RECESIÓN A LAS ECONOMÍAS
Para fines de 2024, los niveles del PIB en las economías emergentes y en desarrollo serán aproximadamente caerán un 6% respecto a los niveles previos a la pandemia. Si bien «se prevé que la inflación mundial se modere, se mantendrá por encima de los niveles prepandemia».
«La falta de inversiones genera gran preocupación porque está asociada con bajos niveles de productividad y de actividad comercial, y empeora las perspectivas económicas generales», ha apuntado. «Sin un crecimiento sólido y sostenido de las inversiones, es sencillamente imposible avanzar de manera significativa en la consecución de objetivos climáticos y de desarrollo más amplios», ha considerado Ayhan Kose, director del Grupo de Perspectivas del Banco Mundial.
«Las políticas nacionales para impulsar el crecimiento de la inversión deben adaptarse a las circunstancias de cada país, pero siempre comienzan con la creación de marcos de política fiscal y monetaria sólidos y la introducción de reformas integrales destinadas a mejorar el clima para la inversión», ha señalado.