La ‘estanflación’ hace trizas al modelo especulador del BCE

IG Markets

«La inflación bajará en los próximos meses. Hemos debatido mucho y hecho un gran análisis y creemos que la inflación será transitoria». Así de contundente se mostró Christine Lagarde en octubre de 2021, cuando la inflación en la Eurozona se situó en el 3,4%. La realidad, sin embargo, es que fallaron todos los análisis y pronósticos del Banco Central Europeo (BCE).

La volatilidad se ha disparado un 10% en las primeras tres sesiones DE 2023

El ritmo de subida de los precios ha cerrado en el 8,4% en la Eurozona en este 2022, con algunos países por encima del 10%, el triple de la registrada hace 15 meses. Estos niveles muestran que el BCE falló estrepitosamente, hasta el punto de tener que modificar sus nuevas previsiones.

Tan confiado se ha mostrado el organismo que incluso en mayo del pasado año negaba las subidas de tipos de interés. Dos meses después, en julio, inició la política económica más agresiva desde la creación del euro, siguiendo la estela emprendida por la Reserva Federal, para tratar de contener la escalada de los precios.

EL BCE NO CUMPLIRÁ SU MANDATO HASTA AL MENOS 2026

Las nuevas perspectivas del BCE apuntan ahora a una inflación del 6,3% para este año, más del triple respecto al mandato de estabilidad de precios –en niveles cercanos al 2%-; del 3,4% para 2024, un 70% por encima del objetivo de la institución; y del 2,3% para 2025. Todo ello, con reiteradas subidas de tipos de interés, como las esperadas en febrero y en marzo. Así, la institución presidida por Lagarde tendrá que aumentar el ritmo de subida de tasas, con el riesgo de provocar una recesión más profunda de la prevista. Ejemplo de ello es Reino Unido, que podría superar la caída de la economía de 2008.

Christine Lagarde, presidenta del BCE
Christine Lagarde, presidenta del BCE

Asimismo, el BCE subestima el alza de la inflación subyacente. Y es que, los precios no energéticos ni productos frescos se sitúan en algunos países por encima del crecimiento del índice general debido, entre otros motivos, a los efectos de segunda ronda. Ejemplo de ello, es que las empresas están subiendo los salarios por encima incluso del nivel de precios en numerosos sectores, incluyendo los propios funcionarios de la entidad que dirige Lagarde, o las grandes distribuidoras e industrias.

En otro de sus recientes análisis, el BCE afirma que la energía experimentará una «acusada caída a lo largo del 2023» para rebajar el índice del general de la inflación del 10% al 3,6% en el último trimestre de 2023. De nuevo, un análisis bastante optimista tal y como se están comportando los precios en la actualidad. En el mismo estudio, la institución asume como «estabilidad» una inflación subyacente del 7,6%, para decir acto seguido que «la tasa de variación de los precios de los alimentos se incrementó hasta alcanzar niveles récord, pero se vio compensada por una caída sostenida de la inflación de la energía».

LOS PAÍSES DEL ESTE EXIGEN UNA MAYOR CONTUNDENCIA AL BCE

Con todo, la visión más hawkish del Banco Central Europeo es que la situación está descontrolada aún. De hecho, el miembro del BCE y presidente del banco central de Letonia, Martins Kazaks, apuesta por una mayor agresividad en las dos próximas reuniones, según ha afirmado a Bloomberg. «Creo que todavía podemos dar pasos bastante grandes», ha señalado. Si bien, dejó la puerta abierta a un recorte de tipos siempre y cuando se encuentre «el nivel apropiado» para reducir la inflación al 2%.

¿Pero cuál será este nivel? Esa es la gran cuestión e incógnita del mercado. Por el momento, se está descontando una tasa de interés del 3,5%, pero hay estimaciones que apuntan al 4% e incluso al 5% para atenazar el ritmo de crecimiento de los precios. «No sabemos con exactitud hasta donde subirán los tipos de interés, y creo que desde el propio BCE menos, pero será la inflación quien vaya dando pistas. Bajo mi opinión personal, creo que podrían instaurarse entre el 3% o 3,5%», ha considerado Diego Morín, analista de IG Markets, a preguntas de MERCA2.

Por el momento, el tipo de interés oficial alcanza el 2,5%. Si el BCE incrementa el ritmo en el primer trimestre, no se descartarían dos subidas consecutivas de 75 puntos, como las registradas durante el pasado verano, con el fin de contener aún más los precios. Sin embargo, esta política tiene serias consecuencias en los hogares vulnerables, así como en las familias y empresas con mayor volumen de deuda.

DIVISIÓN EN EL BCE PARA SUBIR LOS TIPOS

Por el momento, el mercado espera alzas mensuales del 0,5%, pero no sería una sorpresa si los incrementa 25 puntos básicos adicionales. Algunos expertos de la institución creen que la inflación ha tocado techo, pero la cautela prima en un momento en el que el buen tiempo climático ha dado un respiro en este invierno.

Asimismo, otro de los miembros del consejo del BCE, el letón Latvijas Banka, aboga por recortar las compras de bonos y apuesta por mayores subidas de tipos de interés. Y es que, el principal problema que tiene esta institución es el rendimiento de la deuda comprada desde hace una década. Los intereses a vencimiento son nulos, mientras que debe facilitar el dinero a un tipo de interés cada vez mayor. Para equilibrar este incremento de gastos con la caída de ingresos, el BCE tiene que dejar de comprar la deuda, un hecho que repercute directamente en los países con mayores problemas, como Grecia, Italia y España.

En el caso de éste último, el Banco de España registrará pérdidas significativas hasta 2025, haciendo un agujero al Tesoro. Desde la institución niegan cualquier escenario de rescate debido al imponente colchón de 31.000 millones de euros que atesora en provisiones. Sin el apoyo del BCE, no obstante, este colchón podría reducirse rápidamente en caso de que los tipos persistan al alza más tiempo del estimado, mientras los intereses de la deuda podrían amenazar niveles muy preocupantes, como ya se están viendo. En este momento, España paga por su deuda a diez años un 3,35%, mientras que la rentabilidad del bono a dos años se sitúa en el 2,87%.

EL GRAVE ERROR DEL BCE SE COMETIÓ EN 2012

Así las cosas, el BCE tendrá que desprenderse de deuda, presionando a los países con mayores problemas. Se espera que lo haga de forma ordenada, aunque lo hará con fuerza a lo largo del año. Se estima que su balance se reduzca casi en 200.000 millones a lo largo de 2023, a razón de unos 15.000 millones mensuales. Actualmente, hay 8,5 billones de euros en bonos y soltar tal cantidad provocaría el estallido de la burbuja de deuda, esperado desde 2012.

Y es que, el gran error del BCE fue «hacer todo lo necesario para salvar al euro». Tal y como explica Diego Morín, analista de IG Markets, a preguntas de MERCA2, «tener una política monetaria ultra laxa durante tanto tiempo, tipos de interés negativos y una compra de deuda descomunal». «Nos han llevado directos a una crisis larga y profunda», ha afirmado.

A su juicio, «los miembros del BCE estaban perdidos y saben muy bien que tienen un problema enorme, que puede desembocar en una crisis larga y profunda en el Viejo Continente». Así lo dejó claro en el año pasado, «cuando las primas de riesgo se disparaban al hablar de la retirada de estímulos, para días más tardes proponer un ‘plan antifragmentación’, que no es más que el mismo perro con diferente collar, básicamente, porque con una estanflación como la actual, el BCE no tiene escapatoria».

LA RECESIÓN, EL ÚNICO CAMINO PARA PARAR LA INFLACIÓN

Para el experto, «el BCE no tiene otra opción que incrementar las tasas de interés si quiere ‘controlar’ la inflación, aunque la reacción ha sido muy tardía. La única salida que veo posible es una recesión económica», ha apuntado. Un escenario que aviva el nerviosismo de los inversores, tal y como se está visualizando en los primeros compases de este 2023 en el índice del miedo, como se denomina en el argot al VIX. La volatilidad se ha disparado un 10% en las primeras tres sesiones. «Esto será la tónica este año, básicamente por el nerviosismo que seguirá teniendo la renta variable mundial», ha sostenido.

Los bancos centrales son los mayores especuladores que tenemos en los mercados

El experto, además, no se muerde la lengua. «Los bancos centrales son los mayores especuladores que tenemos en los mercados, y van moviendo sus ‘hilos’ en base a los propios intereses, para las economías». Como muestra de ello, «véase la misma Fed, cuando intentaba sujetar la Bolsa de Wall Street en la última parte del año al ‘rebajar’ las subidas de tipos, o cuando el BoJ interviene continuamente su divisa».

De esta forma, señala a los bancos centrales como «únicos culpables» de la situación actual, puesto que la reacción al incremento de los precios fue bastante tardía y estuvieron durante todo el 2021 hablando de transitoriedad cuando la situación real era otra. Por tanto, «aunque no lo digan claro (y no pueden), la única vía a una caída de los precios es la entrada y llegada de una recesión, y considero que están apretando con los tipos de interés y otros métodos para paralizar la economía». «El propio Jerome Powell, presidente de la FED, hablaba de la destrucción de empleo en el ultimo trimestre del año pasado», ha finalizado.

Álvaro J. Medina
Álvaro J. Medina
Madrileño en Barcelona. Apasionado de la actualidad política, la Economía y empresas. He pasado por el grupo Intereconomía y Vozpópuli. Ahora, en MERCA2.es, INVERSIÓN.es y MONCLOA.com para seguir informando. "Si no lo puedes explicar, es que no lo sabes". Si tienes algo que contarme: alvaro.medina@merca2.es