Las fiestas navideñas son sinónimos de muchas cosas: fiestas, regalos, cenas copiosas, salidas con amigos, exceso de consumo… y un largo etcétera. Pero a veces los excesos, sobre todo cuando se acumulan con frecuencia, pueden ser arriesgados. Es lo que sucede con el colesterol, un problema que cada día preocupa más a muchas personas, sobre todo a aquellas que ya tienen una edad o padecen algún tipo de problema de salud. ¿Existe alguna manera de disfrutar a tope de la Navidad y no terminar padeciendo un pico de colesterol después?
Aunque los milagros no existen, ni siquiera en Navidad, sí hay recomendaciones y consejos interesantes en los que los expertos suelen coincidir.
1El colesterol y los cambios de hábitos
La gente cada vez se cuida más, este es un hecho que difícilmente puede ser discutible. Solo hace falta echar un vistazo a la cantidad de gente que acude a los gimnasios o sale con frecuencia a practicar deporte, hábitos que hubiesen sido impensables para el común de los mortales hace décadas. Exceptuando a los propios deportistas y atletas, claro está. Pero incluso así, hay periodos del año en los que muchos tienden a “relajarse” y descuidar tanto su ejercicio como su dieta. Si hay un periodo en el que, sin ir más lejos, aumente considerablemente la ingesta de alcohol, ese es la Navidad.
De hecho, no son pocos los especialistas que alertan al respecto. Las navidades, al menos según la sociedad de consumo, cada vez dura más, y el dejarse llevar por ellas puede ocasionar problemas. Una cosa es hacer alguna excepción y otra cambiar de hábitos por un tiempo prolongado, aseguran algunos médicos.