Todos sabemos que las espinacas son un tipo de verdura con muchos nutrientes y beneficios para la salud. Sin embargo, tienen un sabor bastante peculiar, una pizca amargo, que no le gusta a todo el mundo. Lo bueno, es que es también un vegetal muy versátil y se puede preparar de muchas formas diferentes para que puedan disfrutarla hasta los paladares más tiquismiquis, niños y adultos. Si resulta que te encanta su sabor, puedes comerlas crudas y aprovechar al máximo todas sus vitaminas. Si prefieres camuflar su gusto, puedes tomarlas en croquetas, empanadas, en revueltos, mezcladas con gambas o setas.
4PREPARAR UNA BECHAMEL SUELTA Y LIGERA

Cuando estén hechas las espinacas, nos ponemos con la bechamel. La vamos a preparar en la misma sartén de las espinacas. Primero tamizamos la harina para eliminar grumos, y espolvoreamos sobre la verdura mientras removemos sin parar con una cuchara de madera. La idea es que se tueste ligeramente como cuando vamos a hacer una bechamel típica. Normalmente en un par de minutos ya comienza a tomar el tono dorado ideal.