Las luchas internas en Almirall y la falta de consecución se objetivos son causa probable de la salidas de los cambios en la cúpula ejecutiva en los últimos cinco años. La familia Gallardo ha visto como experimentados y reconocidos ejecutivos no han podido enderezar el rumbo de la compañía, ni en Bolsa, con una valoración inferior a 2017, ni tampoco en con un sólido beneficio. La compañía acumula unas ganancias de apenas 15 millones de euros desde las cuantiosas pérdidas de hace cinco años.
La fortuna de los Gallardo proviene de la cotización de Almirall así que en juego está algo más que una silla
La posición de consejero delegado en Almirall, que ha llegado a perder su posición en el Ibex 35 este pasado mes de junio, se ha convertido en una silla caliente. El laboratorio catalán trata de encontrar su recambio a Gianfranco Nazzi, que no ha sido cesado sino que ha renunciado. Su plan ideado desde febrero del pasado año ha hecho aguas desde entonces, especialmente en Estados Unidos, donde no se levanta la cabeza.
Nazzi llegó como el revulsivo, pero se ha convertido en un delantero con la pólvora mojada y en una entidad donde prevalecen las rencillas familiares. Como suele suceder tras la publicación de resultados, la renuncia del llegado de la israelí Teva desató una oleada de ventas entre los inversores.
SIN EXPLICACIÓN PARA LA RENUNCIA DE NAZZI EN ALMIRALL
De los motivos de su salida, pactada con los Gallardo, no hay razones ni argumentos públicos. Según el registro de la CNMV, Nazzi iba a emprender «nuevos retos profesionales», sin que se haya anunciado aún fichaje alguno. De hecho, en sus redes sociales continúa conservando el puesto de consejero delegado.
El ahora exconsejero delegado aterrizó en Almirall el 3 de febrero del pasado 2021. Apenas un año y medio al frente de la entidad, con una estrategia que pasaba por remontar los números en Estados Unidos y elevar la cotización en Bolsa. Ni uno ni otro. Los objetivos no sólo eran un reto, sino todo un desafío, una muralla prácticamente infranqueable.
Desde su llegada, la rendición de cuentas se había convertido en un calvario en el mercado. Las caídas con sus primeros resultados fueron del 11,6%. A finales del pasado año, la cotización no levantaba cabeza y el desplome en noviembre rondó el 20% en pocas fechas. En la rendición de las cuentas de este primer trimestre de 2022, el hecho se repitió, con un derrumbe del 11,4% y borró las ganancias registradas desde enero.
LA DIFÍCIL ELECCIÓN DE UN CEO EN ALMIRALL
En teoría, Nazzi fue el designado tras un concienzudo análisis de los candidatos. Por tanto, su sucesor tendrá que tener un mayor renombre o bien repescar a alguno de los descartados en la anterior selección. Cabe señalar que antes de Teva, el ex consejero delegado había estado seis años a las órdenes en Astrazeneca.
Por el momento, Carlos Gallardo, presidente no ejecutivo, toma las riendas de la entidad. Sin embargo, no tiene experiencia en el laboratorio y sustituyó a su padre, Jorge Gallardo, quien se ha jubilado tras ejercer un férreo control de la compañía. La fortuna de los Gallardo proviene de la cotización de Almirall así que en juego está algo más que una silla. La saga controla el 59,7% del capital.
Es el último relevo en esta cúpula de la empresa catalana, pero el cuarto en cinco años. Desde 2017, año nefasto para Almirall, la silla se ha convertido en una maldición para los ejecutivos. Eduardo Sanchiz dimitió tras los graves problemas de la filial en Estados Unidos.
Peter Guenter fue el sustituto. Procedente de Sanofi, se encargó del laboratorio hasta 2020. Apenas cuatro años, donde la empresa volvió al beneficio, pero sin poder cubrir los más de 300 millones de pérdidas en el último año de su antecesor. Con la pandemia, Mike McClellan, director financiero, se hizo con las riendas un año, hasta la llegada del malogrado Nazzi.
CARLOS GALLARDO RECHAZÓ EL PUESTO EN ALMIRALL
Todo el foco de Almirall se ha centrado en las enfermedades dermatológicas e intentar crecer en Norteamérica, el mercado más competitivo a nivel mundial. Carlos Gallardo toma las riendas tras haber rechazado el puesto con su padre al mando, según informó El Confidencial. La negativa provocó tensiones familiares, más cuando se había descartado por completo a Jorge Gallardo. Carlos se marchó de España y se distanció.
El mayor de la familia, Jorge Gallardo, fue designado como director financiero de la compañía, a las órdenes de Sanchiz. En su último año, la empresa registró un desplome del 42% en Bolsa en apenas dos meses.
ALMIRALL, UNA MONTAÑA RUSA EN BOLSA
El relevo surtió efecto, Guenter entró en escena y cosechó una subida del 119% en muy pocos meses. Sin embargo, con el inicio de la pandemia, la caída desde máximos rondó de nuevo el 50%, con subidas del 60%; para iniciar después un camino de pérdidas hasta situarse en mínimos de 2018, en los 9,26 euros por acción. Almirall vagaba de nuevo sin rumbo y alejada de los máximos históricos.
La estrategia para sostener valor se ha basado en ventas del negocio respiratorio, vendido a Astrazeneca por 1.500 millones, evitar la entrada en otros negocios y mantener el cuidado de la piel como eje central. Para crecer ha intentado comprar a la competencia, como intentó con Bayer, sin éxito.