Beneficios y desventajas que puedes tener según tu tarjeta bancaria

Las tarjetas bancarias forman parte de nuestra vida cotidiana, con más protagonismo que el dinero metálico. Permiten realizar todo tipo de operaciones cómodamente y de forma sencilla, como pagar las compras del día hace, hacer pagos online, o retirar (o ingresar) efectivo. Sin embargo, es importante conocer cuáles son las distintas opciones de tarjetas disponibles para poder elegir aquellas cuyas características se adapten mejor a nuestra situación financiera.

TARJETA DE DÉBITO

Es el tipo de tarjeta bancaria más común, la más fácil de usar y la que solemos tener la mayoría de titulares de una cuenta bancaria. Tiene funcionalidades muy interesantes en el día a día, como pagar en tiendas físicas y online o retirar dinero efectivo en cajeros u oficinas. El importe de la transacción se descuenta automáticamente de la cuenta a la que está asociada y queda debidamente registrado en los movimientos. Esto significa que si no hay saldo suficiente, la operación no se lleva a cabo. Además, hay un límite máximo diario, tanto para retirada como en cajero, por razones de seguridad.

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TARJETA DE CRÉDITO

La tarjeta de crédito permite aplazar los pagos de las compras, tener financiación para ciertas o operaciones, o contar con dinero para determinados gastos, dentro de una limitación de cantidad y de tiempo. A diferencia de la tarjeta de débito, el importe no se carga en la cuenta corriente, y ni siquiera es necesario que el usuario disponga de dicho importe en el momento de la compra. Los pagos con tarjeta de crédito se pueden hacer de dos formas.

Por un lado, se puede pagar la cantidad íntegra sin intereses, por lo que el pago, simplemente se aplaza; o bien devolver la cantidad en varios plazos, asumiendo un tipo de interés. En el segundo caso, se puede elegir una cuota fija cada mes. En el caso de aplazar la compra, se fija un plazo para la devolución del importe. La tarjeta de crédito funciona, en cierto modo, como un pequeño préstamo que habrá que reintegrar. Por eso es importante hacer un uso cuidadoso de este tipo de tarjeta, porque al hacer pequeñas compras, es fácil perder la noción del dinero que se lleva gastado.

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Para que el banco nos conceda una tarjeta de crédito, hay que cumplir con determinados requisitos, como ocurre con muchos otros productos financieros. La entidad bancaria puede aceptar o puede denegar la concesión de la tarjeta, según el perfil del cliente y los criterios de riesgo que identifiquen. Por lo general, los requerimientos que se exigen para poder tener una tarjeta de crédito son tener más de 18 años, y contar con una cuenta bancaria donde domiciliar los pagos del préstamo.

Después, se puede pactar con la entidad la flexibilidad en algunas de las condiciones, que pueden adaptarse a las necesidades del cliente. Por ejemplo, un límite de dinero mayor al prefijado por defecto, o la posibilidad de prologar el reintegro en más pagos. Otro requisito fundamental es tener solvencia económica para poder cumplir con los posteriores pagos, lo que significa que el banco realizará previamente un análisis de la situación financiera del interesado. A veces las tarjetas de crédito cuentan con prestaciones extra como seguros de viaje o programas de fidelización con premios.

TARJETAS REVOLVING DE PAGO A PLAZOS

Esta modalidad permite al ritual aplazar el pago de las compras que se hagan con dicha tarjeta. El usuario puede elegir qué cuota desea pagar cada mes, o bien cuál es el porcentaje de deuda pendiente desea aplazar. A medida que se van abonando las cuotas, el crédito vuelve a estar disponible. Como ocurre con cualquier otra línea de crédito, en la modalidad revolving también se aplica un tipo de interés previamente pactado, así como un porcentaje de comisión.

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TARJETA DE PREPAGO

Las tarjetas de prepago son ideales para hacer compras online sin ningún tipo de riesgo, aunque también se pueden usar para hacer pagos en tiendas físicas o sacar dinero en el cajero. Tienen las mismas funcionalidades que una tarjeta de débito, pero se cargan con la cantidad de dinero que el usuario desee, dentro de los límites establecidos por la entidad, que fija un mínimo y un máximo. Su gran ventaja es que permite controlar los gastos de manera sencilla, ya que una vez se termine el saldo, ya no se puede seguir usando para hacer pagos. Se pueden recargar tantas veces como se necesite.

TARJETAS VIRTUALES

Las tarjetas virtuales están diseñadas exclusivamente para hacer compras online. No hay un formato físico de esta tarjeta, pero cada una de ellas es personal, porque lleva asociada una serie de datos parecidos a los de las tarjetas físicas. Es decir, hay un número de tarjeta, una fecha de caducidad y un código de verificación CVV. Funcionan de forma similar a las tarjetas prepago, porque son recargables y solo permiten usar el saldo que haya disponible. Son perfectas para controlar los gastos y se pueden asociar a una aplicación móvil para realizar todas las gestiones de forma cómoda y sencilla desde el dispositivo.

Noemi A.
Noemi A.
Soy una apasionada de internet, las nuevas tecnologías y las redes sociales, adicta a la información y a aprender y descubrir algo nuevo cada día.