Meliá: cautela e incertidumbre de los analistas antes de los resultados

La recuperación de la actividad está marcando los buenos datos de las principales empresas del sector turístico y de viajes. Meliá es una de las compañías españolas que ha registrado cifras de ocupación cercanas a las obtenidas en año prepandemia, pero el panorama económico respecto al próximo año está castigando en el mercado a la hotelera que dirige Gabriel Escarrer. Los analistas están siendo cautelosos con la compañía, que presenta resultados el próximo 4 de noviembre.

El grupo hotelero todavía no ha recuperado al cien por cien la capacidad alcanzada en 2019, pero el incremento de sus tarifas ha hecho crecer en ingresos a la compañía, que podría superar los del ejercicio prepandemia. Meliá ya volvió a la rentabilidad en el segundo trimestre de este año, habiendo registrado un beneficio neto de 3 millones de euros. Una cifra que mejoró considerablemente la del año anterior, que acabó con unas pérdidas totales de 192,9 millones de euros.

Con el buen ritmo alcanzado durante los meses estivales, la tendencia del grupo seguirá en la misma línea y, de hecho, el propio Gabriel Escarrer ya aseguró de que finalizaría el año con un ebitda (resultado bruto de explotación) de 400 millones de euros. Para el tercer trimestre los expertos esperan que los beneficios de Meliá se encuentren entre los 50 y los 60 millones de euros. Según recoge el consenso de mercado de Bloomberg, la cifra se encuentra en los 56,78 millones de euros.

LOS EXPERTOS REBAJAN EL OPTIMISMO DE MELIÁ

Una fuerte recuperación impulsada por la reactivación del turismo y el alza de las tarifas. Sin embargo, en las últimas semanas los analistas, a pesar de destacar los buenos datos de ocupación de Meliá, han mostrado mayor cautela y recortado sus valoraciones respecto de la hotelera. En este sentido, las perspectivas de recesión global a las que se enfrenta la economía y los todavía elevados costes derivados de la inflación hacen que los expertos rebajen el optimismo de la compañía para los próximos meses.

De este modo se observa en los recientes recortes de valoraciones realizados por Intermoney Valores, y CaixaBank, pasando de aconsejar ‘comprar’ acciones a ‘mantener’, así como rebajas en su precio objetivo y, por tanto, su potencial de revalorización. Aún así, el potencial alcista que mantiene Meliá todavía es atractivo para su inversión y la media de estimaciones de analistas lo sitúan en el 40% a doce meses.

Además de los recortes de los analistas mencionados, durante el último mes ha habido más rebajas por parte de grandes entidades. De este modo, la firma norteamericana Stifel recortó su precio objetivo desde los 7,5 euros hasta los 4,20 euros por acción y rebajó su recomendación sobre la empresa turística desde ‘mantener’ hasta ‘vender’.

EL APALANCAMIENTO SERÁ UN PROBLEMA EN 2023

Y en este mismo sentido también se ha pronunciado Deutsche Bank en diferentes ocasiones. Para el banco alemán, el 2023 será un año de transición para las compañías que conforman el sector hotelero y, concretamente cree que Meliá tiene problemas con el balance de sus cuentas, especialmente por su elevada deuda y su alto nivel de apalancamiento.

«La realidad es que el ejercicio 2022 ha sido mejor de lo esperado cada mes, y creemos que esto justifica una mejora de los beneficios. Mientras tanto, el ejercicio 2023/2024 parece más difícil (debido a la inflación de los costes, la posibilidad de una recesión y la mezcla de divisas)», destacan los expertos del banco alemán en su último informe sobre Meliá.

Es por ello que, aunque la tendencia operativa del grupo siga siendo fuerte, su balance sigue siendo un problema. Deutsche Bank cree que su ratio de deuda neta/ebitda en 2023 estará «muy por encima del nivel histórico del sector», por lo que es probable que la compañía siga con la venta de activos y bonos para reducir el apalancamiento.

«En nuestras expectativas para el ejercicio 22, mantenemos nuestra hipótesis de una posible venta de algunos activos en la República Dominicana por un importe total de 170 millones de euros (incluida una plusvalía de unos 75 millones de euros)», añaden. República Dominicana es uno de los mercados importantes para el grupo, que mantiene una fuerte presencia en Latinoamérica. La última operación en México para la construcción de dos nuevos hoteles da buena cuenta de ello.

SE ESPERA UN BUEN TERCER TRIMESTRE, PERO MALAS PERSPECTIVAS PARA EL CUARTO

Con la inflación relativamente alta y los elevados precios energéticos, se espera que la recesión se convierta en un problema añadido para el cuarto trimestre del 2022 y para la primera mitad del próximo ejercicio. Una situación por la que los analistas esperan ver resentidas las cuentas de Meliá.

«Esperamos que los precios se mantengan altos, pero creemos que los volúmenes podrían verse ligeramente afectados en el primer trimestre del año 2023, antes de volver a crecer en el segundo trimestre del año 2023 y en el año 2024«, explican.

En este sentido, las hipótesis de Deutsche Bank implican un crecimiento de los ingresos superior al 85,6% para este año, mientras que para el siguiente estiman una disminución del 2,5%. En cuanto al tercer trimestre, esperan un buen comportamiento por la situación del negocio en los meses veraniegos.

Esto se debe a que, en un año normal, este periodo representa el 30% de los ingresos anuales del grupo, debido a la exposición geográfica de la clientela de ocio, así como al sur de Europa. «Este año, este porcentaje debería ser aún mayor, debido al mal comienzo del año y a la fuerte aceleración registrada en el 2º y 3º trimestre. La tendencia actual refuerza claramente este escenario, así como la noción de un cuarto trimestre potencialmente fuerte«, indica la entidad.

Es por ello que para este periodo espera que Meliá alcance unos ingresos de 512 millones de euros (un 74% más que en el tercer trimestre de 21) y el ebitda los 160 millones de euros (un 161%). En sus pronósticos esperan que los resultados netos se acerquen a los 50 millones de euros.