Nuevo hachazo al precio de Meliá: Stifel recorta un 11% su potencial

La hotelera Meliá ha vuelto a sufrir un recorte por parte de los analistas. En esta ocasión ha sido la firma de inversión Stifel la que ha llevado ha cambiado radicalmente su valoración sobre la compañía que preside Gabriel Escarrer. La firma norteamericana ha recortado su precio objetivo desde los 7,5 euros hasta los 4,20 euros por acción, lo que supone una rebaja del 11% a su potencial.

De hecho, este cambio en la valoración supone dejar sin potencial de revalorización a Meliá, que cotiza cerca de los 4,8 euros actualmente. Además, Stifel ha rebajado su recomendación sobre la empresa turística desde ‘mantener’ hasta ‘vender’, aconsejando deshacerse de sus títulos en bolsa. Se trata de un nuevo recorte para la hotelera ante las perspectivas de recesión y descenso del consumo que se prevén para la zona euro en los meses finales del año.

Si bien la temporada de verano ha reactivado el turismo y Meliá se ha mostrado optimista con los resultados de ocupación obtenidos a lo largo de los meses estivales, la recta final de año se avecina complicada para la economía europea. En este sentido, los expertos de ING Economics consideran que «las sombrías perspectivas económicas y la incierta situación geopolítica parecen estar ralentizando la recuperación del sector turístico español».

2023, AÑO DE TRANSICIÓN PARA MELIÁ

Un escenario que los expertos consideran que se prolongará hasta 2024 en cuanto a la recuperación para las cuentas de los valores turísticos. Es por ello que a corto plazo las firmas de análisis empiezan a ser conservadoras con las empresas del sector y a rebajar sus valoraciones. De esta manera, no solo Stifel ha reconsiderado su valoración respecto a Meliá, sino que a principios de septiembre otro banco realizó la misma operación.

Deutsche Bank modificó su recomendación sobre la hotelera pasando de ‘comprar’ a ‘neutral’ y recortó su precio objetivo desde los 8,1 hasta los 6,2 euros por acción, todavía con potencial para crecer. Un cambio argumentado por la elevada inflación y el entorno económico más difícil para los meses venideros del siguiente ejercicio.

«Es probable que el sector hotelero europeo vea un año de transición en el año fiscal 23», aseguraron los analistas de la entidad alemana en una nota donde rebajaban la calificación de Melia y de NH. En este sentido, los expertos aseguraban que, aunque en 2022 se ha visto una fuerte aceleración en la recuperación turística, el año siguiente puede verse afectado por la inflación.

«Se espera que el año fiscal 2024 se beneficie de una mayor estabilidad geopolítica y económica», concluían los analistas, pronosticando para ese año la recuperación completa de la actividad para las compañías hoteleras.

EMPIEZA A ACUMULAR BAJISTAS

Con esta situación, los bajistas han empezado a aflorar en el capital social de la compañía mallorquina y ya acumulan un 1% en posiciones en corto contra Meliá. De esta manera, el primer fondo de cobertura en posicionarse contra la hotelera de la familia Escarrer fue Eleva Capital el pasado 7 de abril.

El hedge fund francés afloró una posición corta del 0,51%, equivalente a algo más de cinco millones de euros en acciones al precio actual del mercado. No ha sido el único en tomar posiciones esperando más caídas de Meliá. El 29 de septiembre el fondo de inversión Systematica Investments sumó otro 0,5% en corto en el capital de la cotizada española, con la esperanza de sacar beneficio con sus caídas.

Estos movimientos registrados por la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) prevén más caídas para la compañía turística, a pesar del ya de por sí negativo comportamiento bursátil que lleva acumulado en el año. Meliá pierde más de un 20% de su valor en en Ibex 35 desde enero, tras protagonizar un fatídico septiembre en el mercado.

MELIÁ SE DESPRENDE DE ACTIVOS PARA REDUCIR SU DEUDA

Además de las malas perspectivas económicas, también influye en esta situación el estado financiero del grupo hotelero. La abultada deuda es uno de los quebraderos de cabeza para Meliá, que trata de aliviarla a base de desprenderse de activos.

De este modo, los datos reflejan que su deuda actual se sitúa en los 1.330 millones de euros, es decir, un 124% más con respecto a la registrada en 2019, cuando Meliá contaba con algo más de 592 millones de euros de pasivo.

Es por ello que a la multinacional balear solo le quedan 37 hoteles en propiedad de los 43 con los que finalizó a cierre de 2019, año prepandemia. Un proceso de venta de inmuebles por el que, en tan solo 3 años, Meliá se ha deshecho del 14% de los activos su cartera.

Una estrategia que comparte con otras firmas del sector como NH y que tendrá que seguir ejecutando si quiere lograr reducir la cifra de deuda.