Estamos en ese periodo del año en el que los cambios de temperatura con habituales y nos pueden pillar desprevenidos. Esto, unido a un debilitamiento del sistema inmunológico por la vuelta al trabajo tras las vacaciones, los malos hábitos del verano, y el estrés, hace que empiecen a aparecer ronqueras, molestos carraspeos y toses. El dolor de garganta se produce por la inflamación o la irritación de las cuerdas vocales, es decir, la faringitis.
GÁRGARAS, NUNCA FALLAN
El primer recurso ante el dolor de garganta es hacer gárgaras, tal y como siempre han recomendado nuestras abuelas. Lo recomendable es usar agua tibia con un poco de sal, aproximadamente media cucharada de sal para un vaso de agua. Funciona por una sencilla explicación: la sal absorbe el agua de las células de la membrana de las mucosas de la faringe, que se encuentran inflamadas durante el proceso. Eso sí, es importante no excederse, basta con medio minuto de gárgaras no más de tres veces al día, de lo contrario podrían resecarse los tejidos.
