El lujo es uno los sectores más clásicos en el mundo de la inversión. Un mercado cargado de ostentosidad y exclusividad que concentra a aquellos inversores con mayor poder adquisitivo. Dentro de este sector, encontramos grandes firmas de renombre que también cotizan en el mercado de valores. Prada, Dior, Louis Vuitton, Hermes o Gucci (Kering), son algunas de las grandes firmas de moda que también tienen presencia en las Bolsas globales.
Pese a que el sector del lujo tiene acuñada la característica de que tiene el poder de fijar los precios, lo que la convierte en un «refugio» ante la inflación, la realidad es que el momento actual es complejo. Y es que todas las firmas cotizadas del sector se han visto perjudicas por la inflación galopante y las restricciones de China por el Covid-19. Los altos costes de las materias primas son uno de los lastres de las firmas textiles.
CHINA TORPEDEA A LAS GRANDES FIRMAS DE MODA
Aunque las firmas de lujo tienen el poder de fijar los precios, la realidad es que el momento actual les supera. Es cierto que quien compra prendas de lujo tiene un elevado poder adquisitivo. Se puede decir que les da igual si lo compran algo más caro. Es por ello por lo que, si estas firmas suben los precios de sus artículos, no sería un problema mayoritario. Aún ello, más o menos, la inflación afecta a todos.
los compradores asiáticos supusieron más del 60% del gasto global en el lujo el pasado año
Sin embargo, ha sido la presencia de estas marcas en el mercado chino uno de los grandes obstáculos a superar. China es uno de los países donde más se compra prendas de lujo. Por poner un ejemplo, Prada depende mayoritariamente de la región de Asia y Pacífico, siendo China uno de sus principales mercados. En la misma línea, y sin aludir a ninguna marca en concreto, los compradores asiáticos supusieron más del 60% del gasto global en el lujo el pasado año.
Es por ello por lo que el impacto de la Covid-19 ha tenido un peso mayúsculo en la cotización de estas empresas. Así, las principales marcas de lujo que cotizan en el mercado de valores vienen sumidas en la tendencia bajista. Ni Gucci (Kering), ni Prada, ni Hèrmes, ni Louis Vuitton, ni Dior logran coger aire en Bolsa en lo que va de año.
KERING, LA MÁS DAÑADA
Puede que Kering no le suene a todo el mundo, pero son los dueños de marcas como Gucci, Alexander McQueen o Yves Saint Laurent, entre otras. Kering cotiza en la Bolsa de París y, por el momento, se trata de la firma de lujo que aglutina mayores caídas. El grupo textil marca una caída superior al 33% desde principios de año. El valor actual de sus títulos es de 472,60 euros. Pese a ello, el precio con el que Kering comenzó el año era de 708 euros. Es decir, en menos de medio año, el valor de la acción se ha depreciado en más de 200 euros.
Kering marcó mínimos anuales el pasado 9 de mayo cuando tocó los 442,45 euros por título
De hecho, Kering marcó mínimos anuales el pasado 9 de mayo cuando tocó los 442,45 euros por título. Pese a su envergadura económica y estatus comercial, la compañía no sólo no logra coger aire en Bolsa, sino que además mantiene la directriz bajista.
HERMÈS, DE ENCUMBRAR EL MERCADO A UNA CAÍDA CONTINUADA
Hermès es la paradoja del mercado de valores francés. Y es que la firma de lujo ha pasado de ser el valor más alcista del pasado año a una de las compañías con mayores descensos. Hoy por hoy, Hermes se mantiene en la senda bajista con descensos cercanos al 29%. El valor actual de la acción es de 1.092 euros.
Pese a que la acción se mantiene por encima de la barrera de los 1.000 euros, los títulos se han depreciado casi 500 euros desde que comenzase el año. Hermes es una de las empresas más grandes del mundo. Actualmente, la compañía tiene un valor de mercado cercano a los 110.000 millones de euros.
LOUIS VUITTON Y DIOR, PARECIDOS RAZONABLES
El caso de Louis Vuitton y de Dior son similares. Ambas firmas son francesas, las dos cotizan en el mercado de valores francés, y dichas marcas viene sumidas en la tendencia bajista. De hecho, el valor de sus títulos es similar. El precio actual de la acción de Dior es de 562 euros, mientras que las acciones de Louis Vuitton tienen un valor actual de 587,80 euros.
EL SECTOR TEXTIL SE HA VISTO DETERIORADO POR LOS ALTOS COSTES DE LAS MATERIAS PRIMAS
Ambas empresas se han ido devaluando poco a poco en el mercado de valores. Dior tiene una depreciación superior al 23% desde principios de año. La compañía marcó mínimos anuales el pasado 9 de mayo en 519 euros. Pese a que la acción se ha recuperado ligeramente, hoy por hoy sigue siendo un valor venido a menos en lo que llevamos de 2022.
Louis Vuitton registra una caída cercana al 20%. Toco mínimo anuales el mismo día que sus homólogos franceses. Louis Vuitton tocó los 542,60 euros el pasado 9 de mayo. Aunque el valor actual es 30 euros superior al mínimo anual, la realidad es que la firma se ha degradado exponencialmente con respecto al precio de partida que marcaba a inicios de año.
PRADA, COTIZA EN HONG KONG
Prada es la única de lujo marca que, pese que se mantiene en la senda bajista, no marca una devaluación tan abrupta. La marca italiana cotiza en el mercado de valores de Hong Kong. El precio actual de la acción de Prada es de 46,05 dólares hongkonés. La firma de lujo marca una depreciación superior al 4% desde principios de año.
El precio actual de la acción de Prada es de 45,50 dólares hongkonés
Aunque la compañía sigue reflejando descensos en el mercado de valores, su realidad bursátil dista enormemente de la del resto de compañías del sector. Aún ello, Prada sigue sumida en la tendencia bajista en lo que va de año.
Ninguna de las firmas de lujo se salva de las caídas. La inflación ha sacudido con fuerza a las empresas textiles y, en este caso, la etiqueta de lujo no ha valido para que las marcas más exclusivas se salven de los altos costes. Por otro lado, la presencia en China les ha sacudido con fuerza. El que es uno de sus mercados fetiche se ha convertido en uno de los lastres. Aún ello, todo apunta a que las restricciones por Covid 19 en China cesarán más pronto que tarde. Está por ver si tras la influencia del virus, el apetito del consumidor chino se mantiene intacto.