Bruselas desenmascara a Ribera y crece el hartazgo por sus mentiras

Dice el refrán que se coge antes a un mentiroso que a un cojo. Y eso es el que le ha pasado una vez más a Teresa Ribera, que ha sido desenmascarada por Bruselas después de haber echado la culpa a la Unión Europea de no poder aprobar el tope del gas en el Consejo de Ministros de este martes. La vicepresidenta tercera del Gobierno ya no engaña a nadie y los españoles están hartos de sus mentiras, su ineficacia y, por supuesto, del precio de la electricidad.

Arianna Podesta, la portavoz de la Comisión Europea para la Competencia declaró el mismo martes que «la Comisión espera el documento detallado de medidas de España y Portugal, que no ha sido presentado formalmente ni en forma de borrador. Esta es información esencial sin la que la Comisión no puede concluir su evaluación». Se puede decir más alto pero no más claro.

Esas palabras fueron la contestación de la UE a las pronunciadas el lunes por Teresa Ribera en las que reconocía que «probablemente no haya tiempo para recibir luz verde de la Comisión Europea para que la excepción ibérica sea aprobada (el martes) por el Consejo de Ministros» expresando su deseo de que lo fuera «la semana que viene». Además afirmaba que «estamos ultimando los detalles, no es fácil que nos dé tiempo a hacerlo mañana (por el martes) porque además hoy (lunes 2 de mayo) es festivo en Madrid».

Estas declaraciones se produjeron antes de participar en la reunión extraordinaria de ministros de Energía de la Unión Europea, donde ya le comunicaron que la Comisión va a escrutar minuciosamente el documento que presente el Gobierno, pues puede que el mismo presente ciertas incompatibilidades con el actual marco europeo.

Pero, ¿cómo iba a dar luz verde la Comisión Europea si el Gobierno no le había enviado el borrador de la propuesta para estudiarlo? Después de una semana en la que anunció varias veces que el martes 3 de mayo se aprobaría la medida de limitar el precio del gas en el Consejo de Ministros, resulta que era imposible hacerlo debido a su ineptitud. Mentiras y más mentiras de un Gobierno que solo trata de ganar tiempo y al que no le queda ni un atisbo de credibilidad.

TERESA RIBERA NO SABE CÓMO HACERLO

La realidad es que Teresa Ribera no sabe cómo llevar a cabo la limitación del precio del gas para rebajar el recibo de la luz de una parte de los españoles. No sabe cómo hacerlo porque es mucho más complejo de lo que ella pensaba. Pese a que lleva mucho tiempo hablando de esa propuesta, no ha dedicado el tiempo necesario a estudiar la forma de llevarla a la práctica con los expertos del Ministerio, muchos de los cuales no están de acuerdo con la misma.

Como ya nos tiene acostumbrados este Gobierno, se ha vendido la piel del oso antes de cazarlo. Y ahora estamos en esas, en ver cómo se caza al oso (el sí de la Comisión Europea a la propuesta de Ribera), si es que el oso se deja cazar.

Desde Bruselas se «mantiene su compromiso de evaluar el plan con urgencia» si las medidas temporales de emergencia en el mercado de la electricidad propuestas por España y Portugal están alineadas «tanto con las normas de ayudas de Estado de la UE como con la legislación del mercado interior de la energía». Y aquí es donde el Gobierno sabe que no puede equivocarse o la propuesta será rechazada.

Lo de la ‘excepción ibérica’ queda muy bonito de palabra, pero a la hora de plasmarlo en un papel, negro sobre blanco, no es tan fácil. Así lo han venido denunciando las grandes eléctricas españolas, que abogan por que la UE tome las mismas medidas en todo su territorio, y consideran que limitar el precio del gas no es la solución sino un mal parche. El sector eléctrico está cada vez más enfrentado a una Teresa Ribera en la que no confía.

LO QUE NO PAGUEN UNOS LO PAGARÁN LOS OTROS

Ribera afirmó a bombo y platillo que había conseguido convencer a la Comisión Europea para que permitiera a España y Portugal limitar el precio del gas, pero luego, en voz baja y porque no le quedaba más remedio, confirmó lo que muchos en el sector se temían: que lo que no paguen unos lo acabarán pagando otros.

«Para poder dar cobertura al ajuste a posteriori de ese diferencial entre el precio del gas a 40 euros/MWh y el precio real en el mercado oficial, habrá que distribuir la diferencia entre los consumidores de energía», declaraba la ministra Ribera, en el Congreso de los Diputados. En otras palabras, el tope del precio del gas lo pagaremos entre todos los españoles.

José Bogas, recientemente reelegido como Consejero Delegado de Endesa, ha sido rotundo al afirmar durante la Junta General de Accionistas de la compañía que «a falta aún de conocer los detalles de la medida, es difícil valorar sus consecuencias. Según algunas estimaciones muy preliminares, el coste de topar el precio del gas a 50 euros/megavatio hora podría superar los 6.000 millones de euros anuales que, teniendo en cuenta las medidas ya planteadas en el RD 6/2022, tendrían que ser asumidos por el conjunto de la demanda».

Limitar el precio del gas en el mercado eléctrico está resultando ser una medida llena de trampas. La supuesta contención del recibo de la luz se traduce, en realidad, en pagos aplazados para los consumidores.

María Castañeda
María Castañeda
Redactora de MERCA2 de empresas y economía; especializada en energía, sostenibilidad y turismo.