Las discusiones de Sálvame que provocaron lágrimas en los colaboradores

Sálvame no es un programa de cotilleos cualquiera. Uno de los secretos de su éxito es que los colaboradores forman parte del espectáculo, siendo los propios protagonistas del programa. Hemos visto grandes discusiones entre ellos, con broncas y gritos casi a diario entre personalidades como María Patiño, Belén Esteban, Kiko Matamoros o Mila Ximénez, entre otras.

Sin embargo, a veces las cosas se han ido de las manos, con discusiones y peleas que han provocado problemas. Es más, incluso hemos visto discusiones que han provocado lágrimas en los ojos de los colaboradores y que podrían haber llegado a las manos si nadie lo hubiera parado.

Vamos a ver todas esas veces en las que las discusiones de Sálvame se han ido de las manos, es decir, las veces donde los colaboradores acabaron llorando. Veremos las lágrimas de Lydia Lozano, la guerra entre Antonio David Flores y María Patiño y el enfado de Aramís Fuster, entre otras cosas.

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Antonio David Flores contra María Patiño

Sálvame

Otra discusión bastante fuerte que vimos en Sálvame fue la de Antonio David Flores contra María Patiño. Antonio David trató de conseguir un puesto fijo en el programa trayendo exclusivas sobre su vida privada. Por ejemplo, aseguró que tenía una documentación que hablaba de su ex mujer, Rocío Carrasco. Esta documentación era su salvoconducto para conseguir un asiento en el programa, aunque tuvo problemas.

El problema fue que María Patiño acusó a Antonio David de mentir, asegurando que no tenía esa documentación y que estaba mintiendo, ya que él dijo que no la tenía en el pasado. Antonio dijo que había recibido la documentación esa misma mañana y que había un complot contra él, ya que otros colaboradores como Gema López y Kiko Hernández se pusieron de acuerdo con María. Sin embargo, Kiko Matamoros sí que se puso de parte de Antonio David, iniciando así una discusión grave con María Patiño, la cual acabó casi con lágrimas en los ojos diciendo que a Kiko se le permitía todo.

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