Las graves consecuencias para tu salud de saltarte el desayuno

Siempre hemos oído que el desayuno es la comida más importante día, y lo cierto es que es verdad. Muchas personas optan por tomar solo un café cuando se levantan pensando que con eso es suficiente, pero nada más lejos de la realidad. Desayunar bien aporta un 20% del requerimiento calórico diario, y ayuda a la productividad y la concentración. Además, es un chute de energía que nos ayudará a afrontar el inicio del día. No darle importancia a este momento y saltarnos el desayuno está directamente relacionado con el padecimiento de algunas enfermedades como la diabetes, las enfermedades cardiovasculares o la obesidad.

¿Qué debe contener un buen desayuno?

Desayunar correctamente es la mejor forma para empezar el día con buen día. No basta con un café o un par de galletas, sino que tendremos que seguir una rutina basada en tres ingredientes principales para que esto tenga efecto. Por un lado, nuestro desayuno debe incluir lácteos, ya sea leche, un yogur o un poco de queso. Los lácteos son un gran aporte de calcio, proteínas y vitaminas necesarias para una buena salud. Por otro lado, es esencial el consumo de frutas que aporten fibra para garantizar un buen tránsito intestinal. La manzana es una de las mejores alternativas ya que además de fibra aporta más energía que un café. Por último, es esencial tomar algún tipo de cereal, como unas tostadas de pan o un poco de muesli.

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No desayunar está relacionado con un mayor riesgo de padecer obesidad

Son muchos los estudios que apuntan a que no desayunar o no desayunar adecuadamente aumenta el riesgo de padecer obesidad, especialmente en niños y adolescentes. De hecho, el porcentaje de riesgo de sufrir esa enfermedad en aquellos niños que no tienen el hábito de desayunar aumenta más de un 40%. Por otro lado, saltarte el desayuno hace que tengas más hambre a lo largo del día, aumentando las ganas de picar entre horas, lo que favorecerá a un aumento de peso. De la misma manera, hará que llegamos a la hora de cenar mucho más hambrientos, y esto favorecerá a que al día siguiente nos levantemos sin hambre, entrando en círculo vicioso que derivará en un aumento de peso.

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Raquel Pérez
Raquel Pérez
Ourense, 1992 Graduada en periodismo en la Universidad Complutense de Madrid Redactora de actualidad