El as de Telefónica para frenar la ‘joint venture’ de Orange y MásMóvil

El sector español de las telecomunicaciones está a punto de cambiar. Hasta la fecha, los movimientos más transcendentales en la pugna de las operadoras por captar clientes estaban muy enfocadas al low cost. El crecimiento de MásMóvil o la aparición de Digi es un buen ejemplo de ello. Pero la fusión de la primera con Orange, si hay luz verde de los reguladores, cambiará eso, elevando la guerra mucho más allá. De hecho, ahora todas las miradas apuntan a Telefónica. La firma ha gobernado con mano de hierro el sector durante años, pero, por primera vez, se siente amenazada.

LA CUOTA DE MERCADO Y TELEFÓNICA

La capacidad del nuevo gigante español es intimidante. Con cuotas de mercado que en alguna de las áreas importantes del negocio supera con creces al resto. En concreto, en el apartado de la red móvil la suma de Orange y MásMóvil podría alcanzar una cuota de mercado, por ingresos, del 40% o superior. Telefónica, por ejemplo, se queda en un 36%, mientras que Vodafone se estanca en el 25%. En el caso de la fibra, el mercado dónde quieren estar todos, la firma resultante de la fusión de la filial gala y de la operadora española podrá llegar a unos 22 millones de hogares, según las últimas estimaciones.

La capacidad del nuevo gigante español es intimidante en lo referido a las cuotas

Esas cifras implican, de nuevo, que la nueva joint venture del sector alcanzaría también un 40% de cuota de mercado en banda ancha, lo que supone, de nuevo, dejar atrás a Telefónica. En definitiva, al margen de la presión en la parte baja del sector, a nivel low cost, el nuevo gran desafío que se abre es cómo la firma que preside José María-Álvarez Pallete puede mantener su histórico dominio. También sus altos márgenes. La respuesta apunta a elemento tan controvertido como clave: el fútbol.

EL FÚTBOL, DE LASTRE A LLAVE MAESTRA

Los derechos audiovisuales del fútbol (más en concreto, los de La Liga española) siempre han sido un tema controvertido por varias razones. En primer lugar, el elevado precio que se paga por ellos ha puesto siempre en duda su rentabilidad. De hecho, esa ha sido una de las razones por las que Vodafone arrojó la toalla hace muchos años. La segunda es que en su momento se llegó a convertir en una commoditie, esto es un producto indiferenciable por marca. En pocas palabras, que al espectador le da igual verlo en Movistar, Orange u otra plataforma.

LOS DERECHOS DEL FÚTBOL TIENEN PARTICULARIDADES EN EL NEGOCIO

Así, los operadores se ven obligados a complementar los paquetes con otras ofertas, ya sea en el precio o en los productos que se añaden. Al final, se ha ido convirtiendo en un producto sin valor añadido y excesivamente costoso. Pero los derechos del fútbol tienen otra particularidad más retorcida: se revalorizan en el futuro a medida que sus rendimientos han sido peores en el pasado. Lo anterior conviene matizarlo. En pocas palabras, significa que a medida que las perdidas por comprar el fútbol han sido mayores en el pasado, la posibilidad de que generen más ganancias en el futuro crece.

¿La razón? Sencillamente que a medida que más actores renuncian a ellos, los derechos dejan de ser una commoditie y pasan a ser un activo exclusivo. Así, su valor se dispara. Eso es precisamente lo que podría estar pasando en la actualidad. Y también sería una de las estrategias de Telefónica para drenar a la nueva Orange. Al fin y al cabo, la histórica teleoperadora española tiene todos los partidos de La Liga y en exclusiva la mitad, mientras que la joint venture de Orange y MásMóvil no posee aún ninguno.

TELEFÓNICA ANTE DOS OPCIONES PARA TRAMPEAR A ORANGE

Entonces, ahora, la nueva Orange no solo tiene que negociar la comprar de los derechos con Telefónica como hace un año, sino también con DAZN. Las dos plataformas se han repartido los partidos de La Liga (aunque la española ha llegado a un acuerdo con la OTT deportiva para ofrecer también los suyos). El juego ahora pasa por cómo quiere tender su trampa la firma española. En especial, en el caso de que no quiera llegar a un acuerdo para revender sus derechos o la cifra exigida sea tan elevada que al grupo francés le cueste rentabilizar su apuesta.

De este modo, en ambos sentidos, la posición de Orange y MásMóvil se debilita. En el primero, porque la española mantendría un activo único que ahora sí es diferencial y valioso porque lo tiene en exclusiva. Además, lleva a la joint venture a un territorio desconocido como sería negociar con DAZN y maniobrar con sus clientes. Al fin y al cabo, no solo tendrían que revisar sus ofertas para adherir (o retener) a los usuarios que prefieren el fútbol solo con media liga, sino con un competidor que en principio puede dar esos mismos partidos a precios más bajos.

SEGUNDO ESCENARIO PARA TELEFÓNICA Y OTROS

El segundo escenario, por su parte, supondría un desgaste financiero para Orange y una pesada losa a la hora de competir en precios. Además, de ser una fuente de recursos extra para Telefónica si aprovecha su poder de mercado para subir las tasas, que el año pasado fueron de 300 millones. Un flujo que siempre viene bien en un momento de exigencias en materia de inversión. Al final, la operadora española o puede sacar rendimiento directo o indirecto si logra substraer a la filial francesa los abonados que mantiene bajo su paraguas. Principalmente, porque son los clientes más rentables y también los que la firma española está buscando.

De hecho, Telefónica basa su poder en el mercado español por aglutinar a este tipo de usuarios que le generan un retorno, lo que se conoce como ARPU, más elevado. Así, pese a que la española solo mantiene una cuota de mercado del 36%, aproximadamente, a nivel de servicios, su peso en cuanto a cifras operativas es mucho más alto. En concreto, de los 24.500 millones de euros en ingresos de todos los servicios de telecomunicaciones la operadora española obtiene el 50%, y si nos fijamos en el Ebitda escala hasta el 55% en Ebitda. Mientras, Orange y MásMóvil solo suman un 32% y un 29%, respectivamente.

En definitiva, ahora la pelota está en el tejado de Telefónica que debe maniobrar con cautela. Los derechos del fútbol en exclusiva son un recurso caro, pero que dada su fortaleza en el mercado es asequible, pero ahora exclusivo. También puede ser la llave para descabezar al que será su gran competidor en España en las próximos años. Todo dependerá de cómo el presidente de la compañía, José María Álvarez-Pallete, quiera jugar sus cartas.

Pedro Ruiz
Pedro Ruiz
Colaborador de MERCA2