El verdadero pelotazo de Microsoft con Activision está en los juegos para móvil

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El gigante tecnológico ha vuelto a superar las expectativas de la industria con la compra récord de la editora de videojuegos Activision Blizzard. El desembolso de 68.700 millones de dólares convierte a Microsoft Gaming en la tercera mayor compañía del sector, solo por detrás de Tencent y Sony. La competencia entre las tres firmas durante los próximos años será feroz y, con esta operación, la multinacional que dirige Satya Nadella entrará de lleno a disputar la primera posición en el mercado de los videojuegos, además de primera posición por ser la mayor compañía por capitalización bursátil, puesto que actualmente ostenta Apple.

La incorporación de las grandes franquicias a nivel global como Call Of Dutty, Crash Bandicoot o World of Worcraft se sumarán a las de la propia línea de Mifcrosoft (Minecraft, Forza o Halo), así como a las que la multinacional ya incorporó el año pasado a través de la compra de Zenimax Media (Bethesda), siendo Fallout , Doomy o Elder Scrolls algunos de los títulos de mayor renombre. En total, Microsoft tendrá a su disposición un público formado por casi 400 millones de jugadores que Activision tiene repartidos en 190 países, tanto para Xbox, como para PC y smartphone.

Y es este último segmento de mercado con el que la compañía ya se frota las manos. Activision compró la compañía King allá por el año 2015 por algo más de 5.000 millones de dólares e incorporó a su catálogo una de las franquicias que más dinero genera cada año: Candy Crush Saga. El popular juego, que tuvo un espectacular crecimiento gracias a Facebook, es uno de los más lucrativos de la industria. Concretamente, en 2021 las ganancias fueron de 1.200 millones de dólares, situándolo como el séptimo juego para móvil más rentable del mundo, según un estudio realizado por la consultora Sensor Tower.

EL NEGOCIO MÁS GRANDE DE LOS JUEGOS

Pero Candy Crash solo es la punta de lanza de King. La editora también cuenta con títulos que cualquier persona podría tener descargados en su teléfono móvil. Populares juegos como Bubble Witch Saga, Diamond Diaries Saga, Farm Heroes Saga, Knighthood o Legend of Solgard son algunas de las aplicaciones de entretenimiento para móvil que más público aglutinan a nivel global. Es por ello que los directivos de Microsoft quisieron poner el foco en esta parcela del gran negocio que es la industria del videojuego, durante la llamada con inversores que realizaron el pasado martes 18 de enero.

«Esta transacción expande significativamente nuestra presencia en dispositivos móviles, el segmento más grande en el negocio de los juegos. La división King de Activision Blizzard es uno de los líderes mundiales en juegos móviles», señaló Satya Nadella. También quiso remarcar la importancia de esta operación el CEO de Microsoft Gaming, Phill Spencer, quien destacó que «cada uno de estos servicios nos ayuda a llegar a nuevas audiencias, especialmente a medida que nos expandimos a nuevos mercados geográficos en economías que priorizan los dispositivos móviles».

Además, Spencer comentó las oportunidades potenciales que se abrían a la hora de ofrecer, por ejempo, juegos como Diablo , Call of Duty u Overwatch «a través de la transmisión en la nube a cualquier persona en cualquier dispositivo». Del mismo modo, anunció la intención de enfocarse hacia el metaverso, todo un mundo de posibilidades por el que las grandes compañías ya compiten para hacerse con la parte del pastel más jugosa. Y aquí también juega un papel importante el mercado de los smartphone:

«Ampliando un poco nuestro horizonte, esta transacción hará que nuestro enfoque hacia el metaverso del consumidor sea aún más fuerte. Esto se debe a que nuestra visión del Metaverso se basa en la intersección de comunidades globales arraigadas en sólidas franquicias. Una gran parte de eso es el hecho de que los dispositivos móviles son la categoría más grande de juegos, y es un área en la que no hemos tenido una presencia importante antes«, aseguró Phill Spencer.

FRACASO DE MICROSOFT EN EL UNIVERSO SMARTPHONE

Se trata de un movimiento estratégico que por fin dará el impulso necesario para que Microsoft se beneficie de un mercado donde ha obtenido más quebraderos de cabeza que éxitos. El sueño de la compañía fundada por el multimillonario Bill Gates en estos últimos años en torno a crear un smartphone exitoso y un sistema operativo que compita con los ya existentes ha resultado ser un fracaso. Fue hace más de diez años cuando el sistema operativo Windows Phone no se adaptó bien a los dispositivos y no terminó cuajando en el mercado.

Microsoft, con la compra de Nokia por más de 5.000 millones de euros, se introdujo en una industria donde no era especialista. La falta de experiencia y la arrogancia por ser una de las mayores empresas tecnológicas del mundo acabó pasando factura. La compañía finlandesa pasó a fabricar teléfonos inteligentes con Windows en un momento en el que los iPhone de Apple y el resto de móviles con Android ya tenían una fuerte implementación en el mercado y una alta fidelidad por parte de los usuarios.

Los ecos de los fracasos cosechados la década pasada todavía resuenan en la actualidad. Tal es así, que la nueva apuesta de la compañía liderada por Nadella sigue siendo criticada y su rentabilidad puesta en duda. Se trata del teléfono móvil plegable Surface Duo con el que Microsoft quiso pegar el pelotazo en 2020. Los fallos del propio smartphone y la lentitud para implementar las actualizaciones de Android hacen que el precio del teléfono haya caído a la mitad en tan poco tiempo, desde los 1.400 dólares a los que se lanzó.

¿RIESGO DE FRENO A LA OPERACIÓN?

Pero, más allá de la oportunidad que se le abre a Microsoft para triunfar definitivamente en el universo de los smartphone y potenciar sus servicios con el ‘Game Pass’, el Metaverso, y la nube, cabe preguntarse si la operación del gigante tecnológico tendrá consecuencias jurídicas y legales que puedan frenar el tanto que se han vuelto a marcar los de Redmond. En tan solo tres años han desembolsado más de 100.000 millones de dólares en compras de compañías de diferentes sectores como la firma de desarrollo de Software Github, Nuance, dedicada a la Inteligencia Artificial o las ya mencionadas en la industria del videojuego.

Desde hace unos años y hasta hoy hemos visto como las autoridades regulatorias de diferentes territorios están tratando de poner coto a las grandes corporaciones que cada vez acumulan un mayor porcentaje del mercado, por considerar que el panorama resultante afecta a la competencia. Multinacionales como Amazon o Google han estado en el centro de la diana por sus prácticas adquisitivas e incluso grandes empresas del mundo de los chips semiconductores ya han tenido problemas de estas características.

Así, el caso Nvidia con la compra de la británica ARM (perteneciente al banco japonés Softbank) todavía se encuentra paralizada por las autoridades británicas, europeas y estadounidenses al entender que la operación puede afectar a la competencia del sector y un aumento de precios en una industria en crisis por la escasez de sus productos y la elevada demanda existente. Sin embargo, Microsoft, a diferencia de sus rivales tecnológicos, no se ha visto envuelta en polémicas ni regulaciones por este tipo de prácticas.

La compañía no tiene la imagen tan dañada como sus rivales, cuyas actividades monopolísticas y la falta de transparencia para con los datos de los usuarios han desembocado en numerosas llamadas al orden por parte de administraciones y reguladores. Por el momento Microsoft no corre ese riesgo, aunque la compra de Activision todavía tiene que pasar el visto bueno de diferentes autoridades de competencia y no espera cerrarse definitivamente hasta 2023, por lo que todavía puede hacer saltar las alarmas.