Jamón de York o pechuga de pavo: ¿Qué es mejor?

Tras las navidades procuramos cuidar nuestra alimentación, tras los excesos de Nochebuena o Nochevieja. Pasamos de los asados a las ensaladas y de las carnes rojas al pavo. Unos productos muy socorridos para los que quieren comer sano pero sin renunciar a la proteína, es jamón de York y las pechugas de pavo. Pero, ¿es mejor una que la otra?, ya puestos a comer lo más sano posible. Pues vamos a verlo y comparar. EL JAMÓN DE YORK, UN CLÁSICO Desde niños hemos tomado bocatas de jamón de York, para el recreo o para merendar. Otro clásico es el sándwich mixto junto con el queso. Y es que es un producto rico, sano y menos calórico que no te impide consumir embutido, que es a la categoría a la que pertenece. Pero muchos no las tienen todas consigo por ser una carne procesada, al igual que la pechuga de pavo. Por tanto, para ver cuál es mejor, no es por si una es más o menos sana, sino al contrario, cuál de ellas es menos perjudicial, al no ser un producto natural. EL JAMÓN DE YORK NO ES EL JAMÓN COCIDO Hoy en día todo el mundo va al mercado a comprar jamón de york, pero realmente lo que compramos no lo es. El jamón de York que consumimos no es más que jamón cocido. Hay que ir a Inglaterra para poder comer el verdadero. En el mercado, hoy en día, hay seis tipos de jamones y es importante conocer las diferencias que existen para saber qué compramos. De mayor a menor calidad se exponen los siguientes: jamón cocido extra, paleta cocida extra, jamón cocido, paleta cocida, fiambre de jamón y fiambre de paleta. LA PECHUGA DE PAVO La pechuga de pavo es una pieza de carne a la cual se puede identificar fácilmente, pero que ha tenido un mínimo de tratamiento industrial para estar apta para el consumo inmediato. La pechuga no es según la ley vigente una fiambre en sí mismo, sino que al igual que pasa con el jamón cocido o paleta cocida, la pechuga de pavo es una pieza de carne pasteurizada, cocida y con sal. No debe de tener almidones en su contenido. El porcentaje de azúcares de este fiambre debe de ser el 3% y tiene que tener dos gramos de proteínas añadidas por cada 100 gramos de producto final. PECHUGA DE PAVO EN LÍPIDOS, MEJOR QUE EL POLLO La pechuga de pavo respecto al contenido en colesterol tiene una proporción más baja que la pechuga de pollo, no alcanzando los 50 mg del lípido por cada 100 gramos mientras que el pollo supera los 80 mg. Más allá de las grasas y de las proteínas, en las carnes en general se encuentran minerales como el hierro o el potasio y vitaminas entre las que destacan las de ácido fólico y las del grupo B. LA "MANÍA" DE LA LECHUGA-PECHUGA Así lo llaman muchos nutricionistas a esa fiebre por las dietas, como en estos tiempos post Navidad, donde el consumidor cree que comiendo lechuga y pechuga como muy sano. Pero nada más lejos de la realidad. En este punto, muchos señalan la influencia del marketing y de las campañas de la industria cárnica, para que comas un buen buen filete en Navidad pero luego creas que para compensar te tomes un bocata de jamón de York. Siempre salen ganando porque todo es carne, pero esta última, además, es procesada. COMPAREMOS LA PECHUGA DE PAVO CON EL JAMÓN DE YORK Vamos a ver el contenido nutricional de cada uno de ellos. En este sentido, ambos prácticamente empatan. Si tomamos el caso de la pechuga de pavo tiene gramos de grasas, 2,3 gramos de hidratos de carbono y 14 gramos de proteínas; en el segundo caso podemos encontrar 1,5 gramos de grasas, 1,3 gramos de hidratos, y 18 gramos de proteínas. Eso sí, en cuanto a calorías, si de tomar menos se trata, es mejor la pechuga de pavo, ya que son 71 kilocalorías frente a las 91 del jamón de York. MUY IMPORTANTE: EL CONTENIDO DE SAL Al ser ambos alimentos procesados, es vital tener muy en cuenta qué llevan, sobre todo en contenido en sal. Al menos así avisan los dietistas y nutricionistas. Por eso advierten de mirar menos las calorías y más el contenido de otros componentes como conservantes, colorantes y la sal, tan presente en estos embutidos. Así, recomiendan alejarse de los productos con la etiqueta "fiambre de" o "magro de". "Bajo esa denominación la legislación permite a la industria emplear proteínas de origen vegetal (más baratas) y otra serie de ingredientes como almidones, azúcares o aditivos, traduciéndose en un tanto por ciento de carne que rara vez supera el 50 o 60%", asegura Ángela Moreno, dietista-nutricionista. IR AL JAMÓN COCIDO EXTRA En vez de ello, elijamos las denominaciones "jamón cocido extra" o "paleta cocida extra", ya que por ley deben de tener un mínimo de 85% de carne. Sin embargo en el caso de jamón de York o la pechuga de pavo, incluyen una gran cantidad de aditivos. Todavía no hay conclusiones claras, pero cada vez se cree más que estos aditivos como carragenanos, nitritos y fosfatos tienen una posible relación con algunos tipos de cáncer, al igual que alteran la microbiota intestinal. Lo mejor, como siempre recomiendan, tomar productos que tenga la menor etiqueta posible, lo que apunta a un origen natural y saludable. ¿ES MEJOR POR TANTO UNO U OTRO? Desde el punto de vista dietético, como vemos son bastante similares, aunque puestos a medir calorías sería mejor la pechuga de pavo. Sin embargo, como hemos visto, ambos no son recomendables desde el punto de vista de la salud, al ser ambos embutidos y carnes procesadas con una gran cantidad de aditivos y de sal. Así que cuidado, porque a veces lo que creemos mejor para nuestro cuerpo no lo es y siempre hay que optar por alimentos naturales como primer paso, y luego ya hay tiempo de ver cuáles son más o menos nutritivos y más o menos calóricos.

Jamón de York o pechuga de pavo: ¿Qué es mejor?

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¿ES MEJOR POR TANTO UNO U OTRO?

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