Endesa, Iberdrola y Naturgy se adelantan al Gobierno: la luz no era intocable

Ha tenido que ponerse el MWh por encima de los 150 euros, tras el enésimo récord de este nefasto 2021 (154,16 euros MWh el lunes 13 de septiembre), para que los movimientos encaminados a paliar el impacto de los precios de la energía en el recibo de la luz se hicieran efectivos. Las grandes eléctricas -Endesa, Iberdrola y Naturgy- se han puesto las pilas, ofreciendo tarifas planas de precio contenido a los consumidores y, por fin, se cumple el plazo que se dio el propio el Gobierno para presentar sus medidas «inminentes».

Entonces, ¿se podía o no se podía rebajar el precio del recibo de la luz? ¿No eran posibles sólo medidas estructurales a largo plazo? Pues las grandes eléctricas, Naturgy, en primer lugar el pasado miércoles; Iberdrola, después, el viernes; y Endesa, la última, este mismo lunes, hacen su guerra de precios con tarifas planas confeccionadas para amortiguar los repuntes del coste del MWh en el recibo de la luz.

Y a la zaga, tras el paso al frente de las eléctricas, llegan este martes las medidas «inminentes» (desde que se anunciaran hace días) del Gobierno de España. Tras un verano con subidas de infarto con unos precios de la electricidad pulverizando sus propias marcas en cuestión de horas, parece ser que sí se podía hacer algo, que la luz no era intocable, pese a ser el eléctrico un mercado regulado.

La secuencia de los hechos, hasta las primeras soluciones -el alcance y efecto está todavía por ver- comenzó con anuncios que no se ajustaban a la realidad. La ministra de Hacienda y entonces portavoz del Ejecutivo, María Jesús Montero, negaba en enero que se fuera a reducir el tipo tributario del 21% del recibo de la luz, porque «Bruselas nos viene llamando la atención por el abuso del IVA reducido», y señalaba «no estaría en línea con lo que se marca por parte de Europa».

La guerra comercial estalla: Naturgy, Iberdrola y Endesa, por este orden, dan un paso al frente

Poco después, el comisario europeo de Asuntos Económicos, el italiano Paolo Gentiloni, abrió la vía de la bajada fiscal en respuesta escrita a eurodiputados del PP tras la fuerte subida del recibo en marzo y, aunque a regañadientes, y varios meses después, el Gobierno bajó el IVA a unos cuantos españoles, no a todos.

A principios de junio Carmen Calvo, antes de ser defenestrada por Sánchez del Gobierno, intentaba ideologizar el tarifazo, desviando la atención sobre cuanto costaba la electricidad, para poner el foco en quien se encargaba de activar los electrodomésticos: «el temazo no es la hora a la que se tiene que poner la lavadora o planchar para ahorrar sino quién plancha y quién pone la lavadora. Las seguimos poniendo mayoritariamente nosotras y planchamos mayoritariamente nosotras», expresaba Calvo quitando importancia a lo que estaba por llegar.

Después, ya en mitad del verano, llegaba la célebre «falta de empatía social» de las eléctricas, que subrayó la ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera. Entretanto el precio de la energía subía más del triple con respecto al año pasado. La vicepresidenta tercera, anunciaba una comisión de estudio y poco más, días antes de que España soportara otros diez o quince récords más del precio de la electricidad.

Ahora, por fin, resulta que sí se podía reducir el importe del recibo, tal y como demuestra el anuncio de medidas del Gobierno. Además, las grandes eléctricas, que copan el 81% del consumo doméstico de electricidad, también lanzan sus propias alternativas para tranquilizar a los consumidores.

MEDIDAS FILTRADAS

No se sabe a ciencia cierta qué es lo que va a anunciar el Gobierno, pero lo que se ha ido filtrando en estos días pasados (Ribera, dijo el miércoles en el Senado que el Gobierno barajaba «retocar, aunque sea de manera provisional», algunos elementos fiscales) ha sido, que se prepara una posible nueva rebaja fiscal (eliminar temporalmente el impuesto a la electricidad, que grava el recibo de la luz con un 5,11 %); la revisión de la tarifa regulada o PVPC para que no siga tan expuesta a las oscilaciones del mercado mayorista, y obligar a las grandes eléctricas a subastar energía entre comercializadoras e industriales. 

Medidas, que hace semanas parecían de imposible puesta en marcha y que ahora, parecen posibles y viables.

ENDESA, IBERDROLA Y NATURGY REACCIONAN

Muchos critican la inacción del Gobierno, pero también de las grandes eléctricas, que han bajado su popularidad en esta crisis sin precedentes. Por eso, la guerra comercial ha comenzado y tanto Naturgy, como Iberdrola y Endesa decidieron pasar a la acción.

La primera en hacerlo ha sido la compañía presidida por Francisco Reynés, quien el pasado miércoles avanzaba que Naturgy pondrá en el mercado a partir del 15 de septiembre una iniciativa bajo el lema ‘Olvídate del pool’ para contrarrestar los precios históricos que está marcando la luz.

De esta forma, durante los próximos 24 meses, sin condiciones adicionales y sin permanencia, los clientes domésticos pagarán el coste de la energía «al mismo nivel del precio del pool que tenían antes de esta escalada, es decir, 60 euros/MWh», explicaba Reynés y añadía «van a tener la posibilidad de contratar una tarifa liberalizada que depende solo de nosotros».

Esta medida va dirigida a los consumidores del mercado regulado (unos 11 millones), del liberalizado y también a los clientes de otras comercializadoras que quieran modificar sus condiciones.

Ni una semana ha tardado en contraatacar Endesa modificando las condiciones de su Tarifa Única para dejar corta la oferta de la gasista. La eléctrica que dirige José Bogas realizará una oferta también con un plazo de dos años, pero a un precio de 58 euros/ MWh, dos euros menos de lo que anunció Reynés.

Endesa lanzó Única a finales de 2020 con un modelo de cuota fija personalizada que está adaptada al consumo individual de cada cliente. Esta tarifa bonifica a los clientes que cumplan una serie de objetivos de consumo eficiente, no tiene periodos de permanencia y se nutre con energía 100% renovable. La cuota que se paga cada mes es siempre la misma, con independencia de la hora en que se consume y sin regularizaciones.

¿Quién da más? ¿Quizás Iberdrola? La eléctrica vasca no se podía quedar parada en esta guerra de precios en busca de captar clientes y también ha movido ficha. Iberdrola, prepara una nueva campaña para calmar al usuario, con una batería de precios “personalizados”, por supuesto más bajos que las actuales tarifas reguladas y garantizados durante cinco años.

Todas estas ofertas están pensadas para que los usuarios acogidos al PVPC o mercado regulado (los que están sufriendo cada día los récords del precio MWh), se pasen al mercado libre, que es mucho más estable. Un mercado libre ajeno a la volatilidad de los precios de la electricidad, determinada por el precio del gas y los derechos de CO2 y que cabe recordar, que antes de esta crisis, era más caro para el consumidor, que cambiaba estabilidad de precios por un poco más de cuota fija.

Y un mercado libre, que está siendo deficitario para las eléctricas, ya que tenían acordados con sus clientes precios desde 2020, muy por debajo de los que estamos sufriendo este año 2021. Con estos nuevos planes, pretenden también neutralizar esas pérdidas vendiendo ofertas a 24 meses o más de plazo, y previendo que los precios del MWh comenzarán a bajar en primavera, como así indican los mercados de futuros.

María Castañeda
María Castañeda
Redactora de MERCA2 de empresas y economía; especializada en energía, sostenibilidad y turismo.