El precio de la luz para Endesa, Iberdrola y Naturgy: ganancias vs popularidad

Si el viernes 10 de septiembre quedará para la historia como el día en el que el precio de la luz superó la barrera de los 150 euros el MWh, la vigencia de la marca será efímera. Este lunes el precio medio diario de la electricidad en el mercado mayorista marcará un nuevo récord al alcanzar los 154,16 euros MWh. La escalada imparable del coste de la energía tensiona el futuro de muchos negocios –pequeños y grandes- y supone un quebradero de cabeza para las economías domésticas que tendrán que apañárselas como puedan para pagar el recibo de la luz.

Precisamente, las tres grandes eléctricas de España –Endesa, Iberdrola y Naturgy– copan el 81% del consumo doméstico de electricidad, a pesar del incremento registrado en los últimos años por las comercializadoras no convencionales.

Pero, ¿a dónde va todo ese dinero de la espectacular subida de la luz? El Gobierno está recaudando una jugosa cuantía a partir del IVA aplicado al consumo de la factura eléctrica. Por otro lado, el desproporcionado y complejo sistema marginalista de subasta eléctrica está beneficiando especialmente a las grandes compañías eléctricas productoras, que pierden popularidad a pasos agigantados, mientras aumentan sus ingresos al mismo ritmo.

En la subasta que se realiza cada día, organizada por el Operador del Mercado Ibérico de Energía (OMIE), se establece el precio de la electricidad del día siguiente. Se trata de un sistema marginalista porque el precio se establece en el punto donde se cruza la oferta de los vendedores con la demanda de los compradores. Esto quiere decir que hoy se está comprando y vendiendo la energía que se despachará mañana. A partir de esa subasta se establecerá un precio diferente para cada una de las 24 horas del día.

El sistema marginalista se ideó para incentivar la inversión de las grandes eléctricas en energías renovables

Las empresas que producen la electricidad (Endesa, Iberdrola y Naturgy) realizan la oferta y llevan a la subasta el precio al que pretenden venderla, en lo que sería el precio de generación eléctrica. Fuentes de energía, como la eólica o la solar, que no necesitan un gasto en combustible, se ofertan en el mercado muchas veces a precio cero.

Sin embargo, otras fuentes de energía como la producida en los ciclos combinados que utilizan el gas natural, tienen un coste muchísimo mayor al tener que importar el gas de países que han subido los precios hasta límites insostenibles y también por el pago de los derechos de CO2, que también se han disparado. Estas otras energías se ofertarán a un precio mucho mayor, que este lunes supera los 154 euros de media el MWh.

El total de todas las ofertas de los productores presentes en la subasta genera una oferta agregada en la que una primera cantidad de MWh (los producidos por la generación eólica o solar principalmente que cuesta muy poco producir) se oferta a 0 euros y los MWh restantes son cada vez más caros dependiendo del coste de producción y de la oferta que se presente al mercado.

Pero, ¿cómo es posible que se ofrezca energía totalmente gratuita? Pues muy fácil, porque cuando se decide el precio final de la subasta, todos los productores y toda su energía, venga de donde venga, son pagados al precio máximo que ha fijado el ciclo combinado, que es el más caro, aunque hubieran ofertado un  gran porcentaje de su energía más barata. Estamos hablando de una subasta, y a todas las empresas les interesa realizar una oferta lo más baja posible para asegurarse que su producto se venderá.

MENOS POPULARIDAD, MÁS GANANCIAS

Que las grandes eléctricas no están para hacer amigos, es algo que todos tenemos claro y que la ministra para la Transición Ecológica y tercera vicepresidenta del Gobierno, Teresa Ribera, descubrió hace poco más de una semana, cuando descubrió de que «las eléctricas no tienen ninguna empatía social.

El sistema de subasta, a todas luces arbitrario, se ideó con la intención de incentivar la inversión de las grandes eléctricas en energías renovables, de tal manera que pudieran acudir a las subastas con un porcentaje elevado de este tipo de energía verde, ya que esa inversión se vería compensada en cada subasta al pagárse esa energía barata (pero que necesita de mucho capital en inversiones) al precio máximo marcado por las energías fósiles (ciclo combinado con gas).

Pero claro, eso podía estar bien, y ser hasta cierto punto aceptable, con el MWh a 34 euros (media del año 2020). Si entonces ya estaban contentos Galán, Bogas y Reynés, resulta fácil imaginar la alegría con el MWh a los 154 euros de este lunes. Los beneficios se disparan de manera exponencial.

Según el MITECO en la subasta de renovales realizada en el mes de enero se adjudicaron algo más de 3 GW, en concreto 3.034 MW, de los cuales 2.036 correspondieron a la fotovoltaica y el resto a la eólica. El precio medio obtenido por las plantas fotovoltaicas fue de 24,47 euros por MWh y de 25,31 euros para la eólica. Pero lo más impactante se centró, sin duda, en los precios mínimos. La solar ofreció un mínimo de 14,89 euros por MWh frente a los 20 euros de mínimo de la eólica.

En números redondos, si antes los beneficios eran de casi 20 euros ahora son de casi 140 euros por MWh, porque todas las energías limpias siguen costando lo mismo producirlas y las están vendiendo al precio que marca el ciclo combinado de gas. Y a MWh más caro, más ganancias.

Si bien es cierto que son muchos los momentos en el año en los que España se puede abastecer sin el respaldo de las energías fósiles, por la baja demanda, lo que está claro, es que con los recursos de generación disponibles, no se cubren los períodos de demanda normal o excesiva.

EJEMPLO DE UN DÍA DE RECORD HISTÓRICO

La estructura de generación eléctrica del viernes, día del récord absoluto del precio del MWh fue la siguiente, a las 11:20h, (uno de los momentos de mayor demanda de energía en la península), según los datos proporcionados por REE fue la siguiente: energía eólica, 1576 MW, (4,92%); hidráulica, 1921 MW, (6%); solar fotovoltáica, 7727 MW, (24,14%); solar térmica, 1576 MW, (4,92%); térmica renovable, 570 MW, (1,78%); nuclear, 5961 MW, (18,62%); ciclo de carbón, 825 MW, (2,58%); ciclo combinado (con gas), 8832 MW, (27,59%) y cogeneración de residuos, 3024 MW, (9,45%).

En conclusión, de toda esa energía generada, solo el 27,59% se produjo a través del ciclo combinado, que utiliza gas natural, y que es el que al final fijó el precio que acaban pagando los consumidores. En otras palabras, el 72,41% de la energía producida se pagará al precio máximo, cuando realmente en algunos casos casi no cuesta prácticamente nada producirla.

En ese momento la demanda real de energía fue de 32.180 MW, y el CO2 asociado a esa generación fue de 784 al carbón, 3.268 al ciclo combinado y 847 a la cogeneración y residuos. (t/h)

María Castañeda
María Castañeda
Redactora de MERCA2 de empresas y economía; especializada en energía, sostenibilidad y turismo.