La calidad del agua de Madrid, clave para ser la favorita

La creación de Canal de Isabel II no tenía solo como objetivo acabar con la escasez de agua que existía en Madrid, sino garantizar la calidad de forma que se pudiera proteger la salud de sus ciudadanos. Así pues, el hecho de elegir las aguas del río Lozoya por los ingenieros Juan Rafo y Juan de Ribera para la ciudad fue una decisión lógica. Este río, gracias a su orografía, gozaba de unos estándares físicos y químicos más elevados que otros caudales.

Una vez inaugurado el Canal de Isabel II, la principal preocupación de Lucio del Valle, director de la empresa, fue asegurar que la llegada del agua se hacía con la máxima calidad. Además de las filtraciones producidas en el Pontón de la Oliva, la calidad del agua llegada del Lozoya se vio afectada por un aumento de la turbidez a raíz del arrastre de sedimentos.

El consejo de administración de Canal de Isabel II nombró una comisión liderada por el científico Ramón y Cajal para tomar medidas que hicieran frente a esta problemática. Debido a que las limitaciones técnicas de la época impedían que la potabilización del agua fuera totalmente efectiva, la solución fue natural. La que fuera la primera técnica de potabilización de Canal era muy sencilla: repoblar la cuenca del Lozoya y cuidar los vertidos que se hacían a este río.

Este proceso se considera fundamental para garantizar una correcta calidad en las cuencas de los ríos. Además, debido al incremento de población durante esta época en la ribera del Lozoya, esto aseguraba un buen mantenimiento de los ecosistemas naturales y el control de los vertidos.

AVANCES TÉCNICOS

A medida que los años pasaban y la sociedad evolucionaba, las técnicas de tratamiento evolucionan y las últimas tecnologías pasan a ser algo fundamental en Canal de Isabel II. De esta forma, en 1967, se construye y pone en servicio la primera estación de tratamiento de agua potable (ETAP), sita en el municipio de Majadahonda. La red de 14 ETAP cuenta con las últimas tecnologías de filtración, como carbono activo, arena, ósmosis inversa y desinfección mediante cloraminas.

Esto ha hecho que, tras 170 años de la creación de Canal de Isabel II, hasta un 96% de los ciudadanos de la Comunidad de Madrid elijan beber agua del grifo, y el 82% de quienes han probado el agua de otras comunidades, prefieren la de Madrid. Las tecnologías aplicadas en el tratamiento dan como resultado un agua blanda, de mineralización débil y baja en sodio.

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Pruebas de calidad en los laboratorios de Canal de Isabel II.

En algunos sectores de la sociedad existe la creencia de que el agua del grifo es peor que la embotellada, pero la cantidad de controles analíticos que le hacen pasar provoca que algunas asociaciones, como la de Pediatras de Madrid, recomienden su consumo incluso para los bebés.

En la actualidad, Canal de Isabel II cuenta con 157 depuradoras por toda la región y en las que es capaz de regenerar el agua residual para poder utilizarla en actividades de limpieza, regadío o industriales, además de proteger el estado de los ríos de la región madrileña.

CANAL, HACIA EL FUTURO VERDE DE LA COMUNIDAD DE MADRID

Calidad, sostenibilidad e innovación son los pilares de la actuación de Canal de Isabel II. La sostenibilidad se traduce en una economía verde de los recursos, en el caso de Canal de Isabel II, aplicada al buen uso del agua. Canal es una empresa puntera que busca el uso eficiente de los recursos como el agua, la competitividad en el sector del agua, la innovación en los nuevos procesos de depuración y generación de energía utilizando como fuente el agua, esto es, buscar una rentabilidad medioambiental.

Son 170 años en los que la empresa pública ha ido evolucionando hasta asumir los retos medioambientales para lograr una región más sostenible. Desde que se construyó el Pontón de la Oliva hasta los nuevos proyectos que ahora desarrolla, en línea con los Objetivos de Desarrollo Sostenible y tomando como referencia el compromiso medioambiental.

Por ello, Canal impulsará la eficiencia energética y la energía verde mediante el desarrollo de proyectos vinculados a la energía solar o al hidrógeno verde: construirá una planta pionera en España de generación de hidrógeno verde, un elemento clave en la descarbonización, que además será la primera en utilizar energía renovable y agua depurada como fuente de generación del hidrógeno. La construcción de esta planta supondrá una inversión estimada de 24,5 millones de euros, y tendrá una potencia instalada de 5 Megavatios.  

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ETAP de Canal de Isabel II.

Otro proyecto clave será el despliegue del Plan Solar, con el que se pondrán en servicio instalaciones fotovoltaicas propias para autoconsumo eléctrico a través de una inversión de 33 millones de euros, con el objetivo de obtener energía renovable y reducir las emisiones de gases de efecto invernadero.

Según el último análisis realizado por la agencia de calificación de riesgos Ficht en el sector de las utilities para medir el poder de adaptación de las empresas a la sostenibilidad, sobresalen diez empresas españolas entre las 100 empresas líderes mundiales de sostenibilidad. Entre esas diez, junto a Iberdrola, Naturgy o Enagás, por citar algunas, se encuentra Canal de Isabel II, empresa pública de la Comunidad de Madrid, como gestora del ciclo integral del agua, y gracias a proyectos como el Plan Solar y el hidrógeno verde, que van encaminados a potenciar la economía verde y sostenible en la Comunidad de Madrid.