El éxito imparable de los fondos Vanguard: ¿dónde comprarlos en España?

El fenómeno de la inversión pasiva, que consiste en invertir en bolsa a través de ETFs o fondos indexados, sigue ganando adeptos en España. De hecho, uno de cada cinco euros que se invirtieron en el país el año pasado lo acapararon este tipo de productos, según los últimos proporcionados por Inverco, la patronal de fondos. La nueva cifra alcanzada supone que en los últimos años se haya doblado. A su vez, pone de relieve que la llamada ‘revolución silenciosa’ en la gestión de activos ha llegado a España para quedarse.

Una rebelión que, además, tiene un nombre propio: Vanguard. El éxito de la marca que creó Jack Bogle, pero que ideó en cierta manera el reconocido Paul Samuelson, no tiene parangón en el mundo de la gestión de activos. La compañía de gestión de activos nació entre el escepticismo y la desconfianza, pero su negocio no ha parado de crecer, tras décadas de grandes resultados. De hecho, lo mejor es que sus abrumadoras cifras hablen por sí mismas: en la actualidad gestiona más de seis billones, europeos, de activos, lo que la sitúa como la segunda firma a nivel mundial en este apartado.

La imparable notoriedad que ha logrado la marca se debe, básicamente, a que ha logrado reducir los costes hasta prácticamente dejarlos en cero. A lo que se une la baja rotación de activos y la enorme diversificación de sus valores, mantiene cerca de un 3% o más en la práctica totalidad de las empresas que cotizan en el mundo. Todo ello, le ha convertido en un claro ganador para cualquier inversor, ya sea para los más agresivos (como una forma de diversificar) como para los más cautos (cuya posición en renta variable se ejecuta bajo este modelo).

En España, el apetito por la marca Vanguard, dentro del crecimiento que está teniendo la inversión pasiva, se puede apreciar por el número de plataformas que se han lanzado a comercializar sus productos.

Los clientes pueden invertir en fondos Vanguard a través de dos vías: roboadvisor –gestores automatizados que ofrecen carteras de fondos indexados empaquetados y adaptadas a diferentes niveles de riesgo- o entidades que comercializan directamente Vanguard para pequeños inversores. Es el caso de bancos con operativa online como MyInvestor y Singular Bank (SelfBank) y EBN, y otras firmas más pequeñas como GPM y Zona Value.

Por lo tanto, para quienes deseen invertir directamente en Vanguard las alternativas en España son limitadas y más aún si el cliente quiere evitar el pago de comisiones. El detalle de las comisiones es realmente relevante en estos productos, dado que (como hay que recordar siempre) la clave de la inversión pasiva es limitar en la mayor medida los costes asociados a la contratación y mantenimiento. Menos comisiones equivale a más rentabilidad.

LAS MEJORES ALTERNATIVAS

El detalle de las comisiones es realmente relevante en estos productos, dado que (como hay que recordar siempre) la clave de la inversión pasiva es limitar en la mayor medida los costes asociados a la contratación y mantenimiento. Menos comisiones equivale a más rentabilidad.

MyInvestor comenzó a comercializar fondos indexados hace algo más de un año y se ha convertido en un referente por no tener mínimo de inversión –se puede invertir desde céntimos-  y por no cobrar ninguna comisión añadida, ni siquiera comisiones de custodia que sí cobran otras entidades. Cuenta con la mayor gama de Vanguard en España –más de 80 productos- y la operativa es a través de app.

Su principal competidor en la comercialización de Vanguard, Selfbank (Singular Bank), perdió fuelle el pasado mes de noviembre, cuando anunció a sus clientes el cobro de una comisión de custodia del 0,30% más IVA anual con un mínimo de 0,50 euros al mes por cada producto. El coste de custodia duplica en muchos casos la propia comisión del fondo, por lo que muchos clientes buscaron refugio en otros fondos u entidades. Además, exige mínimos de 1.000 euros.

También EBN cobra comisiones de custodia. 0,30% anual más IVA con un importe mínimo inicial de 2.500 euros y siguientes aportaciones desde 1.000 euros.

Mayores son las barreras para acceder a este producto en Renta 4. Exige una inversión de 100.000 euros, algo fuera del alcance de pequeños ahorradores.

En definitiva, el crecimiento de la inversión pasiva en España es una magnífica noticia para los inversores del país. Más todavía, que el número de plataformas que los comercializan se hayan multiplicado. Aunque esas buenas nuevas también conllevan nuevos deberes para los interesados como es la de escudriñar a las compañías en busca de las mejores opciones. Pero al final todo se resume en el mismo dilema que solventó de forma brillante Bogle: la mayor variedad y el menor coste posible.