jueves, 12 diciembre 2024

El nuevo recibo de la luz, un puzle que puede salir muy caro

Se avecinan curvas en el mercado eléctrico y no sólo para los hogares españoles, las pymes también se verán afectadas por el nuevo recibo de la luz que entrará en vigor en junio. Y es que el cambio en las tarifas eléctricas aprobado por el Gobierno se centra en potencias inferiores a 15 kW.

Tal y como ocurría hasta ahora, el precio de la energía variará cada hora en función del mercado mayorista. Sin embargo, el cambio llega con los cargos sobre kilovatio por hora (kWh) para financiar el sistema eléctrico: estos se modificarán en función de tres horarios diferentes.

Los nuevos horarios dispuestos en la tarifa 2.0TD obligarán al usuario a estudiar su consumo y reducirlo, si es posible, en aquellas horas donde el precio es más caro. De esta manera, el usuario podrá ahorrar en la factura de luz, pero en caso contrario, pagará la indisciplina.

A partir del 1 de junio de 2021 todos los clientes domésticos con una potencia de hasta 15 kW tendrán una tarifa con discriminación horaria en tres periodos de manera obligatoria. Y el establecimiento de estas nuevas franjas horarias acarrea la desaparición de las tarifas con precio estable.

Esto supone que cada jornada se dividirá en tres franjas horarias: punta, valle y supervalle. En esta última, el precio de la energía consumida y el precio del peaje de acceso serán más económicos.

Los dos horarios diurnos con un precio más caro (horas punta) se reparten de lunes a viernes de 10h a 14h y de 18h a 22h. En las horas restantes, de 08h a 10h de la mañana, de 14h a 18h de la tarde y de 22h a 00h, la electricidad tendrá un precio intermedio.

De esta forma, la nueva tarifa trae aparejada la reducción de las horas de energía más barata, estableciendo un periodo valle de 8 horas de lunes a viernes. El nuevo recibo de la luz establece las 24 horas de los sábados, domingo y festivos nacionales desde las 00h hasta las 08h, como los períodos de consumo energético a menor coste, a falta de que se publiquen en el BOE las tarifas concretas.

UN RECIBO DE LA LUZ MÁS COMPLEJO

Si interpretar la factura de la luz ya era misión imposible para la mayoría, que se limitaba a pagar sin preguntar, a partir del verano el jeroglífico del recibo eléctrico aumenta el nivel de complejidad. Sin embargo, si se planifica el consumo de forma correcta la previsión apunta a unos ahorros que rondan los 100 euros al año para una familia media.

Pero también habrá cambios en la parte regulada de la factura, es decir, en los costes fijos del recibo de la luz. El 20% de esos costes ajenos al consumo saldrá de la factura porque se aprobará el FNSSE (Fondo Nacional para la Sostenibilidad del Sistema Eléctrico), además de un porcentaje de los pagos por capacidad.

El Anteproyecto de Ley del Fondo Nacional para la Sostenibilidad del Sistema Eléctrico establece un nuevo sistema de reparto de los costes regulados que se destinan a financiar la retribución de la generación de electricidad a partir de fuentes de energía renovables, cogeneración de alta eficiencia y residuos (RECORE), previstas en la Ley 24/2013 del Sector Eléctrico.

Actualmente, dicha retribución se financia, en su mayoría, a través de los cargos que pagan los consumidores de electricidad. Los cargos son unos importes que mensualmente se incluyen en recibo de los consumidores y que además de las renovables financian los sistemas eléctricos extrapeninsulares y el déficit del sistema.

El anteproyecto considera que dicho fondo se financiaría con las aportaciones de los sectores de electricidad, gas y productos petrolíferos, en función de su peso relativo en las ventas de productos energéticos en cada momento, y con una progresión gradual y lineal desde su puesta en marcha.

SOSTENIBILIDAD DEL SISTEMA ELÉCTRICO

La CNMC considera que este sistema proporciona una señal de precio de energía más adecuada que la del modelo vigente y garantiza la sostenibilidad del sistema eléctrico, elementos necesarios para la descarbonización de la economía.

Además, señala que mantener el sistema vigente de financiación de dicho coste en un contexto como el actual (menor demanda eléctrica, acentuada por la crisis del Covid-19, disminución de los ingresos regulados, impulso de la eficiencia energética, y una mayor penetración de las renovables), conllevará elevar los cargos que pagan los consumidores de electricidad, particularmente domésticos y Pymes, y aumentará el endeudamiento futuro del sistema eléctrico.

SEÑALES DE PRECIO

En un contexto de transición energética en el que todo el país, y no solo el sector eléctrico, es el sujeto de los compromisos climáticos, el modelo de financiación de las energías (RECORE) que plantea el Anteproyecto analizado está más próximo al uso final de la energía y da señales más adecuadas de precios que las del modelo vigente.

En todo caso, la CNMC considera que si bien la creación del fondo es una solución más adecuada de financiación que a través de los cargos, la solución óptima a medio plazo, tendría que dirigirse hacia una reforma global de la fiscalidad energética y medioambiental.

Esta debería tener en cuenta todos los consumos energéticos, no solamente el eléctrico, y aplicar el principio de “quien contamina, paga”, de forma que diera señales adecuadas para la descarbonización de la economía a todos los consumos energéticos.

Finalmente, el informe de la CNMC presenta consideraciones sobre los impactos redistributivos entre agentes y sectores, derivados de la aplicación del Fondo, sobre el efecto en las liquidaciones de las actividades reguladas del sistema eléctrico y hace propuestas para minorar riesgos de incumplimientos de las obligaciones de aportación al Fondo.

EL ATÍPICO 2020

Partimos de un año previo atípico para el mercado eléctricoEl precio de la energía cayó en 2020 hasta niveles no registrados desde el año 2011. El coste de la electricidad fue un 29% más barato en comparación con 2019.

A esto se suma el descenso de la demanda de electricidad experimentada el año pasado, primero por la ralentización y, más tarde, por la paralización de la actividad, que también marcaron unos precios a la baja. En este sentido, durante buena parte del año el coste del gas fue muy económico al tiempo que las renovables escalaban posiciones hasta cubrir el 44% de toda la generación eléctrica en España, en 2020.

Tal y como informaba Red Eléctrica en su informe anual, la energía nuclear fue la fuente predominante en 2020, junto con la eólica, y seguida de la fotovoltaica, la que más creció el pasado año, produciendo el triple de electricidad que con carbón.

Con estos precedentes, las previsiones para 2021 en base a los mercados de futuro, hablan de un cambio de tendencia al alza tras el que se encontrarían factores como el aumento de los costes de emitir CO2, el precio del gas y también el mencionado repunte de la demanda de electricidad. Aunque los pronósticos también apuntan a que las épocas de desembalses de agua y de grandes vientos corregirán a la baja el precio hasta moderar las subidas.

El precio de electricidad está referido al mercado regulado, en que se incluyen 11 millones de clientes cuyo recibo oscila en base al mercado mayorista de compra y venta de electricidad. En el otro lado, en el mercado libre, se ubican unos 18 millones de usuarios que pagan el precio que marca la comercializadora contratada en cada caso.

El precio mayorista de la electricidad tiene un peso cercano al 35% sobre el recibo final, mientras que alrededor del 40% corresponde a los peajes y cerca del 25% restante, al IVA y al Impuesto de Electricidad. El Gobierno ha congelado para 2021, para su revisión en abril, los peajes y cargos eléctricos con los que los consumidores sufragan los costes regulados.

En cuanto al impacto de la pandemia en el mercado eléctrico, el Covid-19 ha venido a acelerar hasta consolidar una tendencia a la baja del mercado mayorista que se inició a finales de 2018.

Desde una perspectiva más global, los elementos que han influido en la evolución del mercado eléctrico son un gas natural que se ha abaratado a causa de la caída de la demanda de China y los países asiáticos y también la progresiva salida del carbón de la generación que ha dejado al gas como combustible principal de los ciclos combinados.


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