El agua es un bien esencial para la vida y un recurso estratégico para mitigar el impacto del cambio climático por su vinculación con la generación de energía limpia. Recientemente, “la pandemia ha puesto a prueba al sector de las compañías que dan servicio de saneamiento y abastecimiento de agua y la han superado con muy buena nota”. La calificación la otorga el presidente del Grupo de Trabajo sobre el Agua de la Federación Mundial de Organizaciones de Ingeniería (FMOI), Tomás Sancho, en una entrevista concedida a Negocios TV, la televisión económica que emite en el 125 de Movistar+.
Tanto en pleno confinamiento, como una vez concluido el encierro, el sector ha trabajado intensamente como proveedor de un bien de primera necesidad. «No hemos sentido la carencia del agua y eso es porque los servicios han funcionado muy bien, e incluso, se ha puesto en marcha un plan específico para la detección del Covid en las redes de saneamiento y depuradoras que nos está permitiendo dar alertas a las autoridades sobre la evolución de la pandemia», explica el representante de la FMOI.
La singularidad del recurso natural en nuestro territorio y la dependencia de grandes obras e infraestructuras hidráulicas han elevado a la ingeniería nacional a un grado de maestría y destreza observada a nivel global como referencia para casos replicables en otros países. Se ha constituido así una suerte de ‘Marca España’ del agua que la industria nacional pasea por los foros internacionales y sectoriales más importantes del mundo, para aportar sus capacidades y cualidades. La próxima cita, pospuesta por la pandemia, será el Foro Mundial del Agua 2022, en Senegal.
Dentro de Europa, «en España tenemos mucho menos recurso natural en el lugar y en el tiempo en los que lo necesitamos», no como en otros países como Francia y Alemania «donde dependen mucho menos de las obras hidráulicas para poder satisfacer su demanda y, por eso tienen mucha menos experiencia en este ámbito», apunta Sancho.
«Tanto las entidades de financiación, como el Banco Asiático de Desarrollo, el Banco Mundial o el Banco Interamericano», entre otros, «tienen muy en cuenta a la industria española por su amplia experiencia y, por otra parte, el sector del agua, tanto público como privado, está haciendo muchos esfuerzos, aportamos conocimiento de la gestión, muy válido y apreciado», de forma que, «nuestras empresas están viajando muy bien con el agua, por todo el mundo, y son muy reconocidas», asegura el experto.
Sancho se refiere a la defensa de los intereses empresariales «siempre en función de lo que podemos aportar compartiendo lo que la naturaleza nos ha obligado a desarrollar aquí, en nuestro país, en el que para tener un abastecimiento suficiente y asegurado se ha requerido mucha cabeza, esfuerzo y financiación».
PRINCIPALES DEMANDANTES: INDUSTRIA, ENERGÍA Y AGRICULTURA
A futuro, el principal desafío lo presenta el crecimiento poblacional, que implica que hay que producir un 60% más de alimentos en el mundo, además de un 40% más de energía, pese al incremento de la eficiencia energética, generando elevadas demandas de agua. «Por eso las Naciones Unidas, dedican el 6º de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), al agua».
Por eso, «debemos tener en cuenta que el agua es un factor geopolítico a nivel internacional de primera magnitud«, de hecho, «China está desarrollando una activa política comercial y de inversiones tanto en África como en Iberoamérica a fin de asegurar granero para toda su población, porque en su territorio, además de carencia de agua, tampoco cuentan con capacidad de generarla para todo el alimento que se demanda.
«A través de los alimentos viaja mucha agua de unos países a otros», manifiesta Sancho en alusión a la denominada agua virtual y, de esta manera, «el agua no solo está en nuestro entorno inmediato sino que está presente en otros entornos internacionales que son importantes».
El segundo gran reto lo tienen que asegurar las autoridades encargadas de garantizar una gestión responsable de un bien escaso como el agua, en un contexto medioambiental sostenible. En este apartado, el responsable del Grupo de Trabajo sobre el Agua de la FMOI apuesta por «evitar políticas cortoplacistas de aprovechar el recurso para satisfacer demandas a cambio de consumir más recursos naturales de los que soporta el planeta».
En este apartado, «la preocupación es máxima y la UE es pionera, a través de la directiva marco del agua, en dar un enfoque integrado de atención a la demanda y calidad del agua, mediante un consumo eficiente y responsable de los recursos naturales», concluye.
LA INNOVACIÓN EN LA INGENIERÍA Y LA INDUSTRIA
Los profesionales implicados en el desarrollo del sector han desarrollado «una labor ímproba que debe continuar». Tanto es así que, «cuatro de cada cinco gotas que se consumen en España han pasado por un embalse y por las grandes construcciones hidráulicas», por otro lado, también se registra «una gran labor en innovación, desarrollo y mejora de los rendimientos, por ejemplo, para evitar fugas y para aumentar la eficiencia», señala Sancho.
Asimismo, el experto recuerda que cuando comenzaron a funcionar las desaladoras necesitaban consumir los 5kWh/m3 y, a día de hoy, el consumo ronda los 3kWh/m3, reduciéndose al 60% la energía empleada para desalar agua. «Y todo eso son desarrollos de la industria y de la ingeniería aplicada para poder aumentar la eficiencia de los procesos, y luego está también la contribución a la gestión de las infraestructuras y el propio recurso, en los cuales la ingeniería tiene un papel preponderante y en el que cada día se enfrenta a nuevos retos», asegura.
Más allá de satisfacer la demanda del recurso, en este siglo XXI se han intensificado los aspectos relacionados con la depuración, el tratamiento y la reutilización del agua, para los que se están acometiendo planes muy importantes como el Plan Sanitario del Agua (PSA) por parte del Ministerio de Sanidad, «que arrastrará al sector industrial, empresarial y de la ingeniería», apostilla Sancho.
El sector prevé inversiones de 4.000 M€ en los próximos diez años, unos recursos que difícilmente saldrán de las arcas públicas pese a los mecanismos de recuperación y resiliencia que llegarán de Europa.